Otro Rolls-Royce dice adiós a los motores V12
En caso de que usted no lo recuerde, Rolls-Royce es una de las varias marcas automotrices que está dejando de producir motores V12. El último modelo coupè de la marca que equipará dicho motor es el Rolls Royce Black Badge Wraith Black Arrow.
Como su nombre lo indica, el Wraith se basa en el Black Badge y utiliza el motor Rolls-Royce más potente de todos los tiempos. Este título lo logra gracias a sus 623 caballos de fuerza. Pero, aunque el punto focal es el motor, siendo un Rolls los detalles y acabados son igualmente especiales.
Para empezar, la pintura cambia de color al pasar de Celebration Silver a Black Diamond. Este último está adornado con pintura «cristalina» derivada de infusión de vidrio, en un intento por imitar un efecto de desenfoque de movimiento y enfatizar la graduación de color entre dos tonos.
La marca con sede en Goodwood dice que necesitó 18 meses para probar y perfeccionar el trabajo de pintura a medida. Cabe mencionar que este tipo de pintura nunca se había usado en un Rolls-Royce. La laca de alto brillo debe pulirse durante más de 12 horas para terminar con una apariencia similar al vidrio. Esto crea lo que Rolls-Royce describe como una de las pinturas más complejas que han logrado. Recordemos que la más compleja que han fabricado es la del Phantom Syntopia presentado hace unos días.
Detalles en amarillo brillante crean un llamativo contraste con la pintura oscura y plateada de la carrocería. El tema es un guiño al Thunderbolt, un gigante de siete toneladas con un V12 de Rolls Royce y ocho ruedas. En manos del piloto de pruebas George Eyston, alcanzó las 357.497 mph en 1938.
Dentro del coupè, el tema amarillo y negro del exterior está presente en toda la tapicería y elementos de contraste. En el famoso techo iluminado encontrarás 2,117 fibras ópticas, una cifra récord para un Rolls Royce. Estos han sido arreglados manual e individualmente para representar las constelaciones que aparecieron sobre las Planos de Sal en Utah, el 16 de septiembre de 1938, cuando Eyston estableció el récord mencionado.
Siendo una despedida del V12, el motor también está presente en el interior del Rolls-Royce Black Badge Wraith Black Arrow. El tablero cuenta con un grabado de los planos del V12, así como un reloj analógico que hace referencia al récord de velocidad de 357.497 mph de Thunderbolt.