“Tango Nights” brilló ante concurrido auditorio de la escuela Churchill

Teresa Ramirez, Ph.D. / Washington Hispanic

Centenares de personas gozaron de un impresionante concierto latino de cuerdas denominado “Tango Nights” en el que participaron más de 150 jóvenes músicos, la noche del jueves 16 en el auditorio de la escuela secundaria Winston Churchill donde ellos estudian, localizada en el área de Potomac del condado de Montgomery, en Maryland.

El público, en su mayor parte familiares de los precoces artistas, aplaudieron repetidamente los diversos temas de conocidos tangos, interpretados con magistral ejecución. Y los aplausos fueron dirigidos especialmente al director musical de la escuela Churchill, Kristofer Sanz, por cuyas venas corre sangre cubana.

Al final del concierto, Sanz, muy emocionado, agradeció a los asistentes y a sus alumnos y después ofreció una entrevista para Washington Hispanic, en la que elogió la pasión que brota en cada uno de sus músicos.

“Enseñar música a los jóvenes es algo muy especial, ya que estos chicos ponen su corazón, su alma y cada gramo de su ser cada vez que la interpretan. Fueron 150 corazones latiendo como uno solo en el escenario y por eso resultó una experiencia tan mágica e increíble”, afirmó.

Sanz ya lleva 17 años en la escuela Churchill, dirigiendo sus orquestas juveniles que se presentan en cuatro conciertos anuales. También es el director musical de orquestas juveniles clásicas de Maryland, como es la Orquesta Juvenil Strathmore.

“Soy de ascendencia cubana, mis padres son de Cuba y hace muchos años emigraron a Estados Unidos, así que siempre he llevado la música en la sangre”, señala el director musical.

Sanz contó que hace un par de años se encontró con un arreglista que trabajaba con hermosos tangos para una orquesta de cuerdas. “Así que decidimos recopilarlos todos, y ese es el tipo de concierto que hemos ofrecido”.

“Toda la música fue de inspiración latina, de diferentes lugares, con algunas piezas mexicanas al estilo mariachi, además de temas españoles para guitarra que fueron arregladas para orquesta”, mencionó.

Kristofer Sanz dijo que su carrera profesional se orientó hacia el trabajo musical con adultos, “pero hay algo muy especial en la experiencia que tengo con los jóvenes”.

Accionando los brazos, Sanz destacó que sus estudiantes “ponen su corazón y su alma y cada gramo de su ser cada vez que tocan música y para mí eso es mi mejor recompensa”.

Laten los corazones

Emocionado, Sanz hizo notar que lo del Jueves fue uno de los primeros grandes conciertos después de la obligada paralización por la pandemia. “Así que tener la oportunidad de volver a reunirnos todos y contar con 150 corazones latiendo como uno solo en este escenario es una experiencia realmente mágica e increíble”.

En “Tango Nights” participaron más de 150 músicos de orquestas de cuerda, pertenecientes a los grados 9 a 12 de la escuela Churchill.

¿Y por qué los tangos? A esa pregunta, Sanz respondió: “Hemos hecho música de todos los grandes nombres, pero uno de mis objetivos educativos es asegurarme de que mis alumnos tengan la oportunidad de experimentar todo tipo de música. Porque si bien un músico completo es bueno, también debe ser capaz de apreciar todos los ámbitos de la vida, todos los aspectos que hacen que el mundo sea hermoso”.

Dice que a ello se añadió el hecho de ser latino. “Teniendo esa pasión en mi interior, quería compartirla con ellos y, de hecho, es muy difícil encontrar arreglos musicales para orquesta de cuerda. Y cuando encontré estos tangos, supe que era lo más adecuado para los instrumentistas que tenía, y ahora contamos con unos seis o siete solistas, en violín, viola o violoncello”.

Asimismo, el director musical se mostró feliz porque la presentación del concierto trajo a la luz “toda la hermosa música latina a nuestra comunidad”.

Las orquestas de la Churchill cuentan con unos siete u ocho estudiantes latinos. “Ellos estaban muy emocionados cuando recibieron este repertorio y sus padres me enviaron un correo electrónico agradeciendo el tiempo dedicado a honrar nuestra cultura, que no se divulga mucho en esta zona del condado de Montgomery”.

Violinista latina

Sanz nos dio a conocer el caso de Ashley Alarcón, una de sus estudiantes hispanas. “Ella es ahora violinista. Nunca antes lo había sido. Tenemos tantos estudiantes increíblemente talentosos en la música y al principio ella no sentía ser uno de ellos. Lo interesante es que de todos mis alumnos Ashley es una de las que más se apasionaba por estar en el grupo, y siempre aparecía equilibrando su carga de trabajo con la de la orquesta”.

“Luego descubrí que toca la guitarra, así que en estos conciertos de tango ha tocado ese instrumento. Y aunque no estoy seguro si ella se dirija hacia la música en la universidad, sí sé que es una de esas personas que siempre apoyará las artes en las que ha desarrollado una profunda pasión”.

Finalmente, Sanz tuvo palabras para los jóvenes que desean incursionar en este tipo de arte. “Es algo que predico a mis hijos todo el tiempo y es que la música es algo tan hermoso y poderoso. Hay muchos niños que estudian en la escuela Churchill, son más de 2 mil 500, pero cuando se reúnen en la orquesta es un lugar donde pueden ser ellos mismos. Donde no tengan que ser falsos, donde pueden desnudar su alma, donde podemos reírnos juntos y llorar juntos. Y lo más importante es que siempre estamos ahí para los demás y es una comunidad, una familia, donde puedes vivir tu vida porque sabes que cuando estamos juntos es un ambiente seguro y simplemente hermoso”.