Carros eléctricos buscan vencer las temperaturas frías

El interior agreste y gélido de Alaska, donde la temperatura puede descender hasta a 46 grados Celsius bajo cero (50 grados Fahrenheit bajo cero), no es el lugar donde uno esperaría encontrar un autobús escolar eléctrico.

Pero aquí está el autobús número 50, con una calcomanía de la caricatura de un caballo en un costado, que todos los días atraviesa silenciosamente unos 64 kilómetros (40 millas) de caminos nevados y helados en la localidad de Tok para llevar a los estudiantes a la escuela, no muy lejos de la frontera con Canadá.

Funciona bien en la ruta diaria. Pero las temperaturas bajas le roban autonomía de viaje a las baterías de los vehículos eléctricos, por lo que el No. 50 no puede realizar recorridos más largos, ni a Anchorage o Fairbanks.

Es un problema que algunos propietarios de vehículos eléctricos de pasajeros y funcionarios de tránsito encuentran en climas fríos de todo el mundo. A 7 grados C bajo cero (20 grados F), los vehículos eléctricos simplemente no llegan tan lejos como lo hacen a los 21 grados C ideales (70 grados F). Parte de esto se debe a que mantener calientes a los pasajeros con tecnología tradicional agota la batería.

Por ello, los viajes más largos pueden ser difíciles en climas más fríos. Autoridades de tránsito como las de Chicago, que se comprometieron a convertir toda su flota de autobuses a electricidad para 2040, deben tomar medidas extraordinarias para mantener los autobuses eléctricos cargados y puntuales.

 

Hay esperanzas

Algunos fabricantes de automóviles y conductores temen que una menor autonomía de las baterías en climas fríos pudiese limitar la aceptación del público de los automóviles, camiones y autobuses eléctricos, en un momento en que es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases generadas por el transporte con el fin de contrarrestar el cambio climático. 

Pero hay esperanzas. Los científicos trabajan a marchas forzadas para perfeccionar la química de las baterías nuevas, que no pierden tanta energía en climas fríos como los sistemas actuales a base de iones de litio.

Además, los automóviles equipados con eficientes bombas de calor no pierden tanta autonomía con el frío.

“Es un problema tener baterías en tiempo frío, y tenemos un clima bastante frío, uno de los más fríos de Norteamérica”, dijo Stretch Blackard, propietario de Tok Transportation, que tiene contratos con las escuelas locales.

Muchos propietarios de vehículos eléctricos personales también han descubierto que los viajes largos en invierno pueden ser difíciles. Este tipo de vehículos pueden perder entre un 10% y un 36% de su alcance durante las olas de frío que llegan al menos varias veces cada invierno a muchos estados de Estados Unidos.

Aproximadamente tres cuartas partes de esta pérdida de autonomía de los vehículos eléctricos se deben al sistema de calefacción para mantener calientes a los ocupantes, pero la velocidad e incluso la conducción en autopista también son factores que influyen. Algunos conductores hacen todo lo posible para no utilizar mucha calefacción y así viajar más lejos, para lo cual usan guantes o se sientan en asientos calentados con el fin de ahorrar energía.

 

Buscan soluciones 

General Motors se encuentra entre quienes trabajan en soluciones. Mediante pruebas, los ingenieros pueden realizar cambios en la gestión de la batería y la calefacción en los automóviles existentes y aprender para los modelos futuros, dijo Lawrence Ziehr, gerente de proyectos de recuperación de energía para los vehículos eléctricos de GM.

La semana pasada, General Motors envió un escuadrón de vehículos eléctricos desde el área de Detroit a la gélida península superior de Michigan para probar el impacto del clima frío en la autonomía de la batería.

A pesar de detenerse para cargar dos veces en el camino, una camioneta pickup GMC Hummer, con unos 526 km (329 millas) de alcance por carga, hizo el viaje de 504 km (315 millas) a Sault Ste. Marie y al arribar sólo le quedaba autonomía para unos 56 km (35 millas), apenas lo suficiente para llegar a las instalaciones de prueba de GM. Tras encontrar una estación de carga fuera de servicio en una tienda de comestibles, los ingenieros condujeron a un hotel cercano con el fin de obtener la suficiente energía y así poder concluir el viaje.

En las universidades, los científicos también trabajan en cambios químicos que podrían hacer que la pérdida de energía debido al clima frío sea cosa del pasado.

Dasgupta, de la Universidad de Michigan, dice que ellos desarrollan nuevos diseños de baterías que permiten que los iones fluyan más rápido o permitan una carga rápida en el frío. También hay composiciones químicas de baterías, como las de estado sólido, que no usan electrolitos líquidos.

Prevé que las mejoras pasarán de los laboratorios a los vehículos en los próximos dos a cinco años.

“Realmente hay una carrera mundial para incrementar el desempeño de estas baterías”, dijo.