Trump se mofa de los republicanos perdedores en los comicios

AP
Washinton Hispanic

Después de rechazar la más mínima insinuación de que sufrió un revés, el presidente Donald Trump se mofó el miércoles de los miembros de su propio partido derrotados en las elecciones de medio periodo que se habían distanciado de él y dejó entrever que la pérdida de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes podría serle “extremadamente positiva” políticamente.

En una conferencia de prensa de casi 90 minutos en la Casa Blanca, Trump hizo su análisis de las elecciones de medio periodo, describiéndolas desafiantemente bajo una óptica positiva y haciendo énfasis en la victoria republicana en el Senado.

“Me parecía que estaba muy cerca de ser una victoria total”, declaró el mandatario, y agregó que “casi tendría que pensar” si hubiera preferido que los republicanos conservaran una escasa mayoría en la Cámara de Representantes en lugar de la categórica derrota que sufrieron. Los candidatos que adoptaron el mensaje de Trump “tuvieron un desempeño sobresaliente”, y aquellos que no flaquearon, afirmó, al tiempo que enlistó a algunos de los republicanos derrotados para sustentar su argumento.

Con su lectura de los comicios, Trump mostró su determinación de dar un toque positivo a los resultados que pondrán fin al control republicano del Congreso y que lo exponen a las investigaciones encabezadas por los demócratas en la Cámara de Representantes. También dejó ver claramente hasta dónde ha reconfigurado su partido a sus propias especificaciones, cuando dejó entrever que los que sobrevivieron se lo debían a él, un presidente que valora la lealtad sobre todo lo demás.

Trump arguyó que los resultados eran prueba de su capacidad para movilizar a los electores. Pero su mensaje también pareció alejar a los electores de mayor nivel educativo, especialmente las mujeres, en los suburbios. Los demócratas ganaron la mayoría en la cámara baja tras obtener más bancas en los distritos suburbanos más adinerados con alto nivel de estudios.

Entre golpes a la prensa, Trump se acreditó los triunfos republicanos en el Senado y afirmó que su “vigorosa campaña frenó la ola azul” y que ésta nunca se concretó del todo. Trump se distanció rápidamente de sus correligionarios perdedores en la cámara baja que han criticado su acalorada retórica, mencionando a los republicanos Carlos Curbelo, de Florida, y Mike Coffman, de Colorado, entre otros.

“¡Qué pena Mike!”, dijo Trump en referencia a Coffman antes de apuntar sus baterías contra Mia Love, de Utah, cuya contienda estaba aún por definirse.

“Mia Love no me dio amor y perdió”, afirmó Trump, en un juego de palabras con “love” (amor).

La afirmación de Trump de que ganaron los que lo han secundado tuvo sus excepciones. Por ejemplo, el senador republicano Dean Heller, de Nevada, perdió a pesar de su respaldo al mandatario. Ambos habían destacado su deseo de que se ratifiquen más nombramientos judiciales del presidente, una prioridad importante para muchos conservadores sociales.

Trump también dejó entrever que de alguna manera perder la mayoría en la Cámara de Representantes podría beneficiar a su agenda porque los demócratas querrán trabajar con él.

“Puedo ver que eso es extremadamente positivo políticamente”, apuntó.

La reprimenda del mandatario llegó hasta el Capitolio. El representante republicano Ryan Costello, de Pensilvania, que anunció su retiro este año, tuiteó su disgusto: “Enfrentar el hostigamiento y la porquería lanzada a diario durante dos años contra los miembros republicanos del Congreso en bancas muy disputadas, debido al presidente; mordernos los labios más veces de las que uno lo haría normalmente; estar en desacuerdo y distanciarnos del presidente de Estados Unidos por principios y civilidad en nuestra campaña; perder debido al presidente de Estados Unidos y que él nos falte al respeto. Me encoleriza hasta el tuétano”.