Se disparan precios de la gasolina

Los estadounidenses están sintiendo dolor a la hora de poner gasolina en sus autos, y la Casa Blanca puede hacer poco para protegerlos.

Los precios más altos del petróleo y la gasolina desde 2014 están ensombreciendo la recuperación económica de la recesión por COVID-19. El impacto de las acciones energéticas amenazan con intensificar el mayor susto de inflación del país en más de una docena de años.

La gasolina a 3 dólares o más el galón también plantea serios problemas políticos para el presidente Joe Biden, a pesar de que la culpa de los republicanos está fuera de lugar en gran medida. A los votantes no les gustan los altos precios de la gasolina y, sea justo o no, tienen un historial de culpar a quienquiera que esté en la Casa Blanca.

Hay «una creciente preocupación en la Casa Blanca por una peligrosa subida de precios que podría descarrilar la recuperación global», señaló Helima Croft, jefa de estrategia de materias primas de RBC Capital Markets, en una nota a sus clientes esta semana.

La administración Biden ha dicho que «todas las herramientas en la caja de herramientas» están bajo consideración para combatir los altos precios de la energía.

El asunto OPEP+

El plan A del gobierno era conseguir que la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados, conocidos colectivamente como OPEP+, abrieran los grifos. Eso no ha tenido éxito, al menos hasta ahora.

La OPEP+ anunció el lunes que solo agregaría suministro gradualmente al mercado, negándose a atender las llamadas de la Casa Blanca para aumentar drásticamente la producción.

La noticia de la OPEP+ hizo que el crudo estadounidense subiera por encima de los 79 dólares el barril por primera vez desde el 14 de noviembre.

Los precios en el surtidor también continúan subiendo. El precio promedio nacional de la gasolina regular subió a US$ 3,24 el galón el jueves, frente a los 2,18 dólares de hace un año, según la Asociación de Automovilistas de América (AAA).

Ahora, la secretaria de Energía, Jennifer Granholm, sugirió que la administración Biden está considerando un Plan B, y posiblemente un Plan C.

A Granholm se le preguntó en la Cumbre de Estrategias de Transición Energética del Financial Times si tendría sentido volver a liberar barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo, la reserva de crudo de emergencia del país.

«Es una herramienta que se está considerando», dijo Granholm, y agregó que «ciertamente el presidente lo considerará».

Los precios del petróleo estadounidenses cayeron brevemente por debajo de los 75 dólares el barril luego de esos comentarios.

Granholm tampoco descartó el paso más extremo de prohibir las exportaciones de petróleo.

«Es una herramienta que no hemos utilizado, pero también es una herramienta», dijo Granholm. Sin embargo, el Departamento de Energía también retrocedió, diciendo que no hay un plan inmediato para prohibir las exportaciones de petróleo.

«Eso sería verdaderamente desastroso y contraproducente», dijo McNally, exasesor del presidente George Bush.

Una prohibición de exportación podría ser contraproducente para los conductores estadounidenses.

Biden se reunirá con los líderes mundiales en Glasgow a finales de este mes en la COP26. Se trata de una cumbre destinada a forjar apoyo para que la economía mundial deje de utilizar los combustibles fósiles.

Detrás de escena, los funcionarios de Biden probablemente se verán obligados a presionar a la OPEP para que produzca más combustibles fósiles. Es solo otro recordatorio de lo complicada que será la transición energética y de lo adicto que sigue siendo el mundo al petróleo.