Revocan medida contra estudiantes internacionales

Víctor Caycho
Washington Hispanic

Más de 200 universidades del país que salieron a respaldar un desafío legal contra las nuevas restricciones que afectaban a decenas de miles de estudiantes internacionales que debían abandonar el país si tomaban todas sus clases en línea este otoño alcanzaron una victoria sin precedentes al lograr que el gobierno retire la controvertida medida.

El martes 14, la juez Allison D. Burroughs, de la corte de Boston, Massachussetts, dio a conocer que las autoridades federales de inmigración habían acordado revocar la directiva, emitida el 6 de julio.

Las nuevas restricciones habían puesto en vilo a una enorme legión de estudiantes extranjeros, estimada en más de 213 mil, que estaban en el país o a punto de llegar en las próximas semanas para seguir estudios superiores durante el próximo ciclo académico.

Ese martes, al iniciarse la audiencia judicial donde se iba a seguir la demanda interpuesta por la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) contra la orden del gobierno, la juez Burroughs informó sobre la decisión oficial de revocar la medida “y de regresar al estado anterior”.

Cuando los medios de comunicación trataron de verificar la autenticidad de la sorpresiva decisión de la Administración Trump, un abogado que representa al Departamento de Seguridad Interna (DHS) y a la Oficina federal de Inmigración y Aduanas (ICE) dijo únicamente que lo dicho por Burroughs “es correcto”, según difundió el mismo día un despacho de la agencia de noticias AP.

La revocatoria de la medida trajo alivio a los miles de estudiantes extranjeros matriculados legalmente en universidades de toda la nación y que estaban en riesgo de ser deportados luego de prohibírseles seguir todos sus cursos por internet a consecuencia de la pandemia del coronavirus. Para evitar la deportación debían cambiar de universidad o salir del país voluntariamente.

Desde un primer momento, importantes centros de educación superior cuestionaron la medida, que había originado un caos en esas instituciones. Fue entonces que la prestigiosa Universidad de Harvard y el reconocido MIT abrieron la demanda federal contra el gobierno, bajo el argumento de que esa nueva política ponía en peligro la seguridad de los estudiantes y además obligaba a las escuelas y universidades a reconsiderar programas que lleva meses preparar.

También se sumaron demandas por separado de la Universidad Johns Hopkins, cuya sede central está en Baltimore, Maryland, y de la Universidad del Estado de California.

Centenares de otras universidades y escuelas superiores de los 50 estados de la nación se pusieron en pie de lucha y firmaron documentos judiciales de respaldo a la demanda interpuesta por la Universidad de Harvard y el MIT, en un gesto de solidaridad que no tiene precedentes.

“Jamás se había producido un caso donde tantas instituciones académicas se hubiesen unido para demandar al gobierno federal”, afirmó Terry Hartle, vicepresidente senior del American Council on Education, que representa a los presidentes de universidades de todo Estados Unidos.

Además de reiterar que la medida había sido “errónea desde un inicio” y que además no se consultó a la ciudadanía y había sido emitida sin justificación, el grupo elogió la decisión del ICE de dar marcha atrás y revocar la cuestionada política.

Fue tan apabullante la reacción de las universidades que los funcionarios de la Administración no intentaron siquiera defender en el tribunal su intento de expulsar a los estudiantes internacionales.

De todas maneras, las universidades, que contaron con el apoyo de fiscales generales demócratas de 16 estados y el Distrito de Columbia (DC), señalaron que se encuentran “en alerta” ya que se mostraron dudosas de llamar a este proceso “un caso cerrado”. Por ello mantienen abiertas otras demandas a fin de evitar cualquier intento de imponer otra directiva similar.