Nueva Orleáns empieza a retirar estatuas confederadas

AP
Washington Hispanic

l monumento Liberty Place, que recuerda a la población blanca que intentó derrocar a un gobierno birracial después de la Guerra Civil en Nuevo Orleáns, fue removido a pedazos en un camión alrededor de las 5:35 de la mañana.

La remoción sucedió temprano para evitar altercados de quienes están a favor de que el monumento permanezca, algunos de los cuales, según funcionarios municipales, han hecho amenazas de muerte.

Tres estatuas de los generales confederados Robert E. Lee y P.G.T. Beauregard y otras del presidente de los Estados Confederados de América, Jefferson Davis, se eliminarán en días posteriores.

«Hay una mejor forma de usar la propiedad en la que están estos monumentos y una forma mejor de reflejar quienes somos», señaló el alcalde de Nueva Orleáns, Mitch Landrieu, en una entrevista con The Associated Press el domingo.

A nivel nacional, el debate sobre los símbolos confederados se avivó desde que nueve fieles fueron asesinados en una iglesia negra en Carolina del Sur en junio de 2015. El estado retiró la bandera confederada de los terrenos del capitolio regional en las semanas posteriores, y varias ciudades del sur estudiaron la retirada de monumentos desde entonces. La University of Mississippi arrió su bandera porque contiene el emblema confederado.

Nueva Orleáns es una ciudad de mayoría afroestadounidense aunque el número de residentes negros bajó desde el paso del huracán Katrina en 2005, que expulsó a muchos de la ciudad.

El Consejo de la Ciudad, de mayoría negra, aprobó en 2015 por 6 votos a uno la retirada de estos emblemas, pero las batallas legales sobre su destino hicieron que se demorara hasta ahora, explicó Landrieu.

Quienes defienden que estos monumentos no deben estar en las calles dicen que son artículos ofensivos que honran el pasado esclavista de la región. Pero otros reclaman que son una parte de la historia de la ciudad y que deberían estar protegidos como acervo cultural.
Desde que las autoridades anunciaron la retirada de las piezas, los contratistas que trabajan para la ciudad recibieron amenazas de muerte e intimidación.