Mensaje de Trump contra migrantes podría lastrar economía

AP
Washington Hispanic

ames Harrison, el propietario de una empresa de construcción en Phoenix, tiene entre sus empleados a tres personas protegidas por el programa DACA que el gobierno de Donald Trump planea eliminar gradualmente.

En caso de que esos trabajadores — que fueron llevados ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños — sean deportados, Harrison duda que pueda encontrar pronto a otros empleados para reemplazarlos.
“Son algunos de mis mejores trabajadores”, dijo Harrison. “No toman, no se drogan, no hacen más que trabajar”.

Su propio abuelo, señaló, inmigró a Estados Unidos desde Inglaterra sin ningún documento.

El punto de vista de Harrison no podría ser más distinto al del secretario de Justicia Jeff Sessions, quien hizo la cuestionable declaración el martes de que la medida del gobierno de Obama “dejó sin trabajo a cientos de miles de estadounidenses al permitir que esos miles de empleos quedaran en manos de extranjeros ilegales”.

Casi todos los economistas y la mayoría de los líderes empresariales rechazan la postura de Sessions.

Poner fin al programa conocido como Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus iniciales en inglés), no impulsará al empleo estadounidense en un momento en que la fuerza laboral envejece y las bajas tasas de desempleo dejan a muchos empleadores con la complicada tarea de encontrar trabajadores capacitados. Aseguran que eliminar el programa podría, incluso, costar empleos a largo plazo.

El programa permite que los inmigrantes que fueron llevados ilegalmente a Estados Unidos durante su infancia permanezcan en el país, asistan a la escuela y tengan un permiso de trabajo. A los beneficiarios se les llama en ocasiones “dreamers”, en referencia a una propuesta de ley rechazada en el Congreso. Obama implementó el DACA en 2012.

El gobierno indicó que el programa se eliminará gradualmente durante los próximos seis meses, dándole al Congreso la oportunidad de aprobar un plan de reemplazo.

Los economistas advierten que eliminar el DACA, junto con otros pasos tomados por el gobierno federal _como las restricciones de viaje para los residentes de varias naciones de mayoría musulmana, y las propuestas para reducir la inmigración legal_, podrían causarle daños a la economía a largo plazo.

Las propuestas podrían desalentar a posibles inmigrantes, incluidos aquellos con estudios y capacidades, de ingresar a Estados Unidos. Algunos de los que ya están dentro del país podrían abstenerse de iniciar su propio negocio, según los analistas.

“Les dice a los inmigrantes en Estados Unidos que no hay certezas en este país”, dijo Edward Alden, alto miembro del Consejo de Relaciones Exteriores, un organismo sin fines de lucro especializado en política exterior. “Eso tendrá impactos económicos que se resentirán más allá de las circunstancias de empleo y las perspectivas de los mismos dreamers”.

En general, los inmigrantes tienden a fundar una compañía más que los estadounidenses nacidos en el país, dijo Alden. Alrededor del 40% de las empresas de Silicon Valley han tenido a por lo menos un fundador inmigrante.

La compañía de Harrison realiza trabajo de arenado para retirar la pintura con base de plomo y el moho. Él pensaba viajar a Houston para participar en el trabajo de recuperación tras el paso del huracán Harvey.

La semana pasada, Harrison y otros 400 directores generales firmaron una carta en la que exhortaron al gobierno federal a conservar el programa DACA. En el documento se señala que casi el 75% de las 25 primeras compañías en el listado de Fortune dan trabajo a algunos de los casi 800.000 jóvenes protegidos por el programa.

Microsoft, que indicó que emplea a por lo menos 39 beneficiarios, pidió al Congreso aprobar una legislación que mantenga vigente la medida, antes de pasar a la reforma fiscal.

Estudios revelan que el daño económico de expulsar a aquellos protegidos por la medida sería modesto pero perceptible. El Cato Institute, un organismo sin fines de lucro que busca la promoción de ciertas políticas públicas, calculó que a la economía estadounidense le costaría 215.000 millones de dólares durante los próximos 10 años, una pequeña porción al considerar que la producción nacional es de casi 17 billones de dólares anuales.

Pero la mayoría de los economistas ven la inmigración como un bono económico. Ello es particularmente valioso cuando aumenta la edad promedio del país, lo que significa que hay más estadounidenses jubilándose.

Tales jubilaciones han frenado el crecimiento de la fuerza laboral estadounidense, lo que a su vez limita la expansión potencial de la economía.