Lucha a fondo contra pandillas y crimen

Víctor Caycho
Washington Hispanic

Al final de una gira oficial de tres días a El Salvador, el secretario de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kevin McAleenan, firmó el miércoles 28 una carta de cooperación con el gobierno salvadoreño enfocada en la lucha conjunta contra las pandillas y el crimen organizado, así como en mejorar el control de las fronteras en el país centroamericano.

El documento fue suscrito en la Casa Presidencial por McAleenan y los ministros de Relaciones Exteriores y de Justicia y Seguridad Pública de El Salvador, Alexandra Hill y Rogelio Rivas, respectivamente. El presidente salvadoreño Nayib Bukele atestiguó la ceremonia.

Bukele afirmó en declaraciones posteriores a la prensa que una de las piedras angulares del acuerdo “es ayudarnos a luchar contra las pandillas y el crimen”. Destacó que el crimen no sólo es generado por las pandillas, “sino también por los traficantes de seres humanos, los que tratan personas, los contrabandistas que venden órganos, los que secuestran personas y las venden como esclavos… y no podemos permitir eso”.

El mandatario también dijo que la carta de intención servirá en muchos aspectos durante las siguientes semanas y meses, “uno de los cuales es generar nuestra propia capacidad para controlar las fronteras”.

Bukele añadió que en ello ya se trabaja con la patrulla fronteriza salvadoreña, creada por su gobierno, en coordinación con los otros países del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras y Guatemala). “Al mejorar el control de las fronteras salvadoreñas no sólo se logrará disminuir el flujo de personas que migran de forma irregular, sino también reducirá el actuar de las pandillas y el tráfico ilegal de menores”, enfatizó.

Según el documento difundido por la cancillería de El Salvador, este país y Estados Unidos también acordaron compartir información para combatir el narcotráfico y otros delitos que se cometen con documentos falsos en los aeropuertos y fronteras.

No es “tercer país seguro”

En conferencia de prensa, McAleenan elogió al gobierno salvadoreño por sus esfuerzos para reducir la oleada de migración irregular que alcanzó su tope meses atrás.

En respuesta a una pregunta, desestimó “que éste sea un acuerdo de tercer país seguro” y que mas bien se trata de una carta de intención “para colaborar en la parte de policía y para contrarrestar las pandillas, para tener la vitalidad económica y apoyar también la iniciativa propia de los salvadoreños en la capacidad de asilos junto con el ACNUR”. El “tercer país seguro” es un mecanismo según el cual una nación puede rechazar conceder asilo a una persona y canalizarla a un tercer país que se considere tenga condiciones adecuadas de seguridad para el solicitante.

McAleenan sostuvo que la ayuda estadounidense a El Salvador se canalizará hacia el apoyo a la policía, a fin de mejorar su capacidad operativa, así como a la ampliación del acceso a visas de trabajo para más salvadoreños.

Fuentes en Washington estiman que más de 2,5 millones de salvadoreños viven en territorio estadounidense, de los cuales 179 mil cuentan con el llamado estatus de protección temporal (TPS), que los ha protegido de la deportación dándoles oportunidades de residir y trabajar legalmente en los Estados Unidos.