Los latinos y el Súper Martes

Patricia Guadalupe
Colaboradora
Washington Hispanic

a sabemos cuál es el Súper Tazón del fútbol americano –el Super Bowl-, que se jugó hace poco, y ahora viene el Súper Tazón de la contienda electoral, el llamado Super Tuesday la semana que viene, cuando se llevarán a cabo primarias en diez estados –incluyendo el vecino estado de Virginia-, y se determinará un 25 por ciento de los delegados que los candidatos necesitarían para sellar la nominación.

El candidato con el mayor impulso es el que pocos pensaban podría llegar tan lejos: Donald Trump. Y lo curioso es que él asegura que lo está haciendo con el apoyo de votantes latinos. El comentario que más aplausos recibió después que se dieran a conocer los resultados en Nevada esta semana fue cuando dijo que una mayoría de los votantes latinos le dieron a él su apoyo. “Eso me da mucha alegría”, gritó ante la concurrencia, “que el 46 por ciento de los hispanos me apoyó”. Esa cifra también circuló entre algunos medios como “evidencia” de que Trump tiene amplio apoyo en la comunidad latina, a pesar de sus comentarios controvertidos llamando a los mexicanos criminales y violadores a principios de la campaña electoral.

Pero esa cifra, aunque parezca alta, exagera el apoyo que tiene el empresario neoyorquino en la comunidad hispana porque está basada en unas encuestas que se tomaron en Nevada entre solamente unas mil 300 personas y que Trump luego infló. De esas, poco más de 100 dijeron ser latinos y fanáticos de Trump. O sea, ese 46 por ciento representa un puñado de personas. Pero no es nada sorpresivo que la campaña de Trump lo siga mencionado como una verdad absoluta.

Se calcula que unas 5 mil personas hispanas participaron en la contienda republicana en Nevada, pero es poco comparado con los 16 mil hispanos que fueron a las urnas en la primaria demócrata en ese mismo estado unos días antes.

Por supuesto que hay personas hispanas que apoyan a Trump –como a cualquier otro candidato- y sostienen que lo hacen porque él se compromete a frenar el embotellamiento legislativo en Washington y porque creen que no es un político como los demás y dice lo que muchos no se atreven a mencionar. Además, aseveran los que lo apoyan, los comentarios sobre inmigrantes están dirigidos hacia los que están aquí ilegalmente porque “no respetan las leyes”.

Incluso su esposa, la ex modelo Melania Trump, es una inmigrante nacida en Eslovenia y comentó esta semana que no se siente ofendida que su marido haya hablado de esa manera sobre inmigrantes indocumentados porque “no está hablando de mí” ni de los demás inmigrantes que “siguen las leyes”.

Trump no es el único que pretende seguir usando el tema de la inmigración como parte de la contienda electoral.

Los demás candidatos republicanos tienen a los inmigrantes indocumentados en la mira, sabiendo que no tienen el poder del voto y hay pocas consecuencias en pronunciarse en contra de ellos, como lo hizo en días pasados el senador Ted Cruz, cuando dijo que como presidente deportaría a todos los aproximadamente 11 millones de indocumentados que viven en el país. ¿Todos?, le preguntaron; ‘sí, todos’, contestó, además de construir un muro en la frontera con México. Para eso tenemos agencias como la Patrulla Fronteriza, para reforzar las leyes y asegurar que la gente obedezca, afirmó Cruz. Rubio también metió la cuchara en el asunto, discutiendo con Cruz durante uno de los debates sobre cuál de los dos tendría una mano más dura y quién deportaría a más personas.

La administración Obama no se queda atrás, continuando con las deportaciones y rompiendo récords de ser el que más personas ha deportado que cualquier otro presidente. Los candidatos republicanos hablan de deportar a los indocumentados; el presidente lo está haciendo. En su mayoría son mujeres y menores de edad, y hasta la fecha la administración Obama ha deportado cerca del 5% de menores detenidos en la frontera con México. Algunos grupos continúan criticando esa política y varios organizaron una protesta hace unos días en la ciudad de Nueva York.

Y los grupos latinos, ¿dónde están? Les tomó bastante rato en criticar la política migratoria del presidente al ponerle el apodo “deportador en jefe”, y fuera de ahí se escucha muy poco. Seguramente están trabajando entre bastidores, abogando por mayor respeto hacia la comunidad migratoria, ¿verdad?
Todo llegará a su punto culminante el martes que viene (1 de marzo), y, por el momento, Trump tiene una amplia delantera. Incluso ya se habla de que él podría desafiar todos los pronósticos que se hicieron al principio de la campaña cuando nadie lo tomaba en serio, para ahora salir como el candidato republicano a la presidencia.

Sabremos más el martes por la noche cuando se den a conocer los resultados. Pero una cosa que queda muy claro es que el silencio sepulcral de muchos grupos latinos ante los constantes ataques en contra de los inmigrantes es como darle permiso a que continúen hostigando a la comunidad, y eso es una realidad sumamente preocupante.