Huracán inunda calles, derriba árboles y deja a miles sin electricidad en Florida

El huracán Idalia azotó Florida el miércoles con fuertes vientos, lluvias y marejadas que partieron árboles, arrancaron techos de hoteles y convirtieron autos en balsas, para luego avanzar hacia Georgia, donde inundó carreteras y obligó a los habitantes a huir hacia tierras altas mientras todavía conservaba fuerza de tormenta tropical.

“Se desató el infierno”, dijo Belond Thomas, de Perry, una pequeña localidad en el interior de la región de Big Bend, donde Idalia tocó tierra.

Thomas huyó con su familia y algunos amigos hacia un motel con la idea de que estarían más seguros en ese lugar para pasar la tormenta que en casa. Pero cuando el ojo de Idalia pasó en la zona alrededor de las 8:30 de la mañana, un fuerte silbido penetró el aire, los ventarrones arrancaron el techo del motel y varios restos cayeron sobre su hija embarazada que estaba en una cama. Por fortuna, no resultó herida.

“Fue aterrador”, declaró Thomas. “Todo pasaba muy rápido… todo daba vueltas”.

Idalia tocó tierra cerca de Keaton Beach a las 7:45 de la mañana como un huracán de categoría 3 con vientos máximos sostenidos de 205 kilómetros por hora (125 millas por hora). Para la tarde se debilitó a tormenta tropical, con vientos de 113 km/h (70 mph).

A medida que el ojo se desplazaba sobre tierra firme, los fuertes vientos arrancaban letreros y tejados, y partían árboles de gran altura. Pero para el mediodía del miércoles, no había muertes confirmadas en Florida, aunque algunos accidentes de tránsito con fallecidos en dos condados podrían ser atribuidos al final a la tormenta, dijo el gobernador de Florida, Ron DeSantis. Sí se confirmó un deceso en Georgia.

A diferencia del huracán Ian del año pasado, que azotó la muy poblada zona de Fort Myers y dejó 149 muertos en el estado, Idalia pasó por una zona poco habitada de Florida que es conocida como la “costa natural” del estado, una región principalmente rural con millones de hectáreas (acres) sin urbanizar, alejada de metrópolis y de zonas con mucho turismo.

Esto no significa que no haya causado problemas. Las corrientes cubrieron calles cerca de la costa y arrastraron pequeñas embarcaciones que no estaban amarradas, y casi medio millón de usuarios se quedaron sin electricidad en Florida y Georgia.

En Perry, los ventarrones rompieron escaparates, arrancaron revestimientos de edificios y volcaron la marquesina de una gasolinera. Los aguaceros inundaron parcialmente la Interestatal 275 en Tampa y los vientos derribaron cables de luz sobre los carriles dirección norte de la Interestatal 75 al sur de Valdosta, Georgia.

La marejada ciclónica podría alcanzar los 4,9 metros (16 pies) en algunos lugares. Algunos condados implementaron toques de queda para mantener a los residentes fuera de los caminos.

A menos de 32 kilómetros (20 millas) al sur de donde Idalia tocó tierra firme, empresas, muelles y viviendas de Steinhatchee, Florida, fueron engullidos por las aguas procedentes de Deadman’s Bay. La policía impidió el tránsito a esta comunidad costera de más de 500 habitantes, conocida por sus industrias pesquera y forestal.

Funcionarios estatales, 5.500 elementos de la Guardia Nacional y equipos de rescate dieron inicio a las labores de búsqueda y rescate, inspeccionando puentes, retirando árboles derribados y buscando a cualquier persona en apuros.

Debido a las características de la zona de Big Bend, los equipos de búsqueda podrían necesitar más tiempo para completar su trabajo en comparación con huracanes anteriores en zonas más urbanas, dijo Kevin Guthrie, director del Departamento de Manejo de Emergencias de Florida.

El ciclón seguía siendo un huracán mientras cruzaba Georgia con vientos máximos de 150 km/h (90 mph), después de empapar Florida, sobre todo al este de Tallahassee, la capital del estado. Los meteorólogos dijeron que castigaría a las Carolinas durante la noche como tormenta tropical.

A las 5 de la tarde del miércoles, hora del Este de Estados Unidos, Idalia se ubicaba a 65 kilómetros (40 millas) al oeste de Savannah, Georgia, y a 180 kilómetros (115 millas) al oeste-suroeste de Charleston, Carolina del Sur, informó el Centro Nacional de Huracanes. Se movía hacia el noreste a 33 km/h (21 mph).