“Este es nuestro país”, dicen nuevos ciudadanos

Redacción
Washington Hispanic

na Nedreberg, quien nació en Managua, Nicaragua, se secó las lágrimas al ondear su bandera en el Museo Nacional de la Segunda Guerra Mundial en Nueva Orleáns. A Nedreberg la acompañaba su esposo y su hija de 2 años, quien llevaba un vestido de lunares blanco y rojo y un moño blanco en el cabello.

«Este es mi país ahora», afirmó Nedreberg, sobrecogida por la emoción. «Encontré a mi esposo aquí, tengo amigos aquí y una comunidad cariñosa. Estoy muy orgullosa de decir que este es mi país ahora».

Al igual que ella, más de 7,800 aspirantes se convirtieron en ciudadanos en un centenar de ceremonias especiales que se realizaron en todo el país y en el extranjero hasta el viernes 7 de julio.

Los candidatos para obtener la ciudadanía en Nueva Orleáns provienen de cerca de 25 países como Brasil, Colombia, El Salvador, Nicaragua, Hungría, Irán, Irak, Kosovo y Australia.

Una ceremonia similar se realizó en Mount Vernon, Virginia, donde más de un centenar de inmigrantes participaron en la emotiva ceremonia. Llevaban banderas estadounidenses o iban vestidos con varios tonos de rojo, blanco y azul, los colores representativos del país que así evocaba el Día de la Independencia.

En la Torre de la Libertad de Miami (Florida), otros 200 inmigrantes prestaron el juramento de naturalización, en una ceremonia que presidió la congresista republicana por Florida, Ileana Ros-Lehtinen, encargada de dar el discurso principal.

«Es un gran honor hablar ante estos nuevos ciudadanos en el día en que Estados Unidos celebra su Independencia, y más en un punto histórico como la Torre de la Libertad», exclamó Ros-Lehtinen.
«La Torre de la Libertad es un símbolo de esperanza y libertad para muchos cubano-americanos (…)», dijo la legisladora, que felicitó a los recién naturalizados y les animó a mantener los valores fundacionales de Estados Unidos.

En Miami se dio el caso anecdótico de Kha Nguyen, de 94 años, quien llegó a Estados Unidos procedente de Vietnam para estar con su única hija Anh Dao, de 73 años.

«Me gustaría cuidarla el resto de su vida», declaró Dao. «Estoy agradecida de que pueda quedarse aquí y ser ciudadana», añadió mientras la abrazaba.

«La grandeza de Estados Unidos siempre se ha debido a que es una nación de inmigrantes, esto es tan real ahora como lo era cuando se fundó esta nación hace 237 años», dijo la senadora Jeanne Shaheen a los nuevos ciudadanos.