Cierre de escuelas en Chicago desata controversia

AP
Washington Hispanic

Cinco años después de aprobar el mayor cierre de escuelas públicas en la historia de Estados Unidos, Chicago está a punto de cerrar otros cuatro planteles en una zona plagada de pobreza y alta criminalidad.

Las autoridades aseguran que el cierre, en el vecindario de Englewood en el sur de la ciudad, es necesario para la construir en el lugar una institución educativa más moderna, a un costo de 85 millones de dólares.

Pero algunos padres, alumnos y activistas se mantienen escépticos, asegurando que los cierres del 2013 dejaron traumatizada a la comunidad, y que el nuevo plan sólo empeorará las cosas al forzar la reubicación de cientos de alumnos, en su mayoría negros e hispanos de bajos ingresos.

“Cerrar nuestras escuelas es lo último que deberían hacer”, dijo Miracle Boyd, una alumna de 16 años de John Hope College Prep, una de las instituciones que podrían desaparecer. «No son ellos los que están en esos pupitres, cinco días a la semana, tratando de aprender con grandes dificultades porque no tenemos los recursos que necesitamos… ¿Por qué no usan esos 85 millones para mejorar nuestra educación y llevar a nuestras escuelas al éxito?”.

Al igual que muchas otras ciudades, Chicago varias veces ha recurrido al cierre de escuelas deficientes para mejorar la calidad de la educación. Clausuras similares han tenido lugar en Filadelfia, Detroit y San Luis, pero Chicago hizo historia al cerrar unos 50 planteles, afectando a más de 12.000 estudiantes en zonas principalmente de afroamericanos e hispanos.

El debate sobre el cierre de escuelas en Chicago ha causado gran rencor en la comunidad. Ha habido asambleas vecinales llenas de gritos y pedidos cargados de emoción. Los vecinos les han implorado a las autoridades invertir más en las escuelas existentes y en aumentar las medidas de seguridad. Algunos se quejan de que la decisión es por racismo. Y temen que al forzar la reubicación de alumnos, los están poniendo en riesgo de caer víctimas de pandillas que los considerarán enemigos simplemente porque vienen de otro vecindario.

Las autoridades dicen que no se tomará una decisión final hasta la votación de la junta directiva el 28 de febrero. Dicen que ya han tratado de mejorar las escuelas existentes con campañas de inscripción e inversión de recursos, pero que ello ha resultado insuficiente.