China se acerca a EEUU en ayuda al exterior

AP
Washington Hispanic

hina está cada vez más cerca de Estados Unidos como fuente global de subvenciones y préstamos oficiales a países en desarrollo, según un nuevo reporte. Pero un análisis del flujo de las operaciones dice mucho de cómo el financiamiento que ofrece Beijing sirve a sus propios intereses económicos y produce poco crecimiento para los receptores.

El reporte del miércoles de AidData, un laboratorio del College of William & Mary en Virginia, es el esfuerzo más extenso hasta la fecha para medir el financiamiento oficial prestado por China, que publica pocos datos de sus proyectos de ayuda. El informe se conoce en un momento en el que Beijing intenta ampliar su influencia global para igualar la posición de China como segunda economía más grande del mundo.

China dio o prestó 354.400 millones de dólares en los 15 años terminados en 2014 a países en desarrollo en África, Asia y otros lugares, según AidData, en comparación con los 394.600 millones de dólares de Estados Unidos.

El proyecto publicó una base de datos con información de financiamiento chino elaborada con miles de fuentes de información, y un estudio de su impacto hecho por académicos de la Universidad de Harvard, la Universidad alemana de Heidelberg y la William & Mary.

“Al nivel más alto, podría decirse que Estados Unidos y China son ahora rivales en gasto cuando se trata de sus transferencias financieras a otros países”, dijo el director ejecutivo de AidData, Bradley C. Parks.

El secretismo chino sobre sus gastos ha alimentado las quejas de que su ayuda podría reforzar a regímenes corruptos o socavar estándares medioambientales y de derechos humanos que intentan establecer donantes occidentales.

La atención sobre los proyectos chinos de financiamiento ha crecido mientras Beijing promociona su “Inciativa Cinturón y Ruta”, una iniciativa multimillonaria para expandir los lazos comerciales de China con Asia, África y Medio Oriente construyendo puertos, carreteras y otras instalaciones.

La mayor parte de su financiamiento parece ser en forma de créditos de exportación y otras medidas para fomentar las exportaciones chinas u otros objetivos, que produjeron poco crecimiento estimable en las economías receptoras, según Parks. Estas operaciones no cuentan como asistencia al desarrollo, pero entran en la definición más amplia de ayuda que maneja la OCDE.

El financiamiento chino que sí cuenta como asistencia “mejora de forma sustancial” el crecimiento económico, según el reporte. Los resultados eran comparables a los de proyectos financiados por Estados Unidos y otras entidades occidentales.

“Los datos muestran que China no discrimina sus préstamos en función de la gobernanza. Algunos grandes acreedores tienen un pobre estado de derecho, como Venezuela, Angola o Pakistán”, escribió David Dollar, economista de la Brookings Institution en Washington y exdirector de país del Banco Mundial en China. “El patrón general indica que se ve impulsada por la demanda de los países que quieren pedir dinero prestado, más que por un plan maestro chino”.

Los países que votan con Beijing en Naciones Unidas reciben más dinero chino, señaló Parks. Aunque esto “podría no verse bien”, un análisis similar de Estados Unidos y otros donantes occidentales muestra el mismo patrón.

“En cierto sentido, Beijing ha seguido el ejemplo de los donantes occidentales tradicionales”, explicó Parks. “Esto no coincide con el mensaje del ‘donante rebelde’, según el cual China es de algún modo inferior o diferente”.