Obispos salvadoreños piden solución permanente para afectados por TPS

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

Un grupo de sacerdotes de la iglesia Católica de El Salvador es la más reciente delegación de este país salvadoreño en reunirse con legisladores y funcionarios del gobierno estadounidense para abogar por una solución permanente a los cientos de miles de compatriotas que, después de haber vivido por décadas en este país, permanecen en un limbo ante la eliminación del Estatus de Protección Temporal, conocido por sus siglas en inglés como TPS.

La delegación estuvo encabezada por el cardenal de El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, los religiosos vinieron cargados de esperanza de que los legisladores encuentren una solución a la situación por la que pasan cerca de 200 mil personas de este país centroamericano.

“El asunto está en manos del Congreso, y el que podamos hablar con ellos mantiene abierta una ventana de esperanza que con el tiempo nos gustaría que se convirtiera en una puerta”, dijo Rosa Chávez en una sencilla conferencia de prensa en el salón de sacristía de la iglesia Sagrado Corazón, entre los vecindarios de Mount Pleasant y Columbia Heights, en DC.

En enero de este año, tal y como lo hicieron previamente con los TPS de Nicaragua y Haití, el gobierno del presidente Donald trump eliminó la protección temporal para los salvadoreños, quienes recibían el beneficio migratorio desde el año 2001, cuando el país fue azotado por dos terremotos en el 2001.

“Todos sabemos que esta nación es un símbolo de la democracia, la justicia y defensa de los derechos humanos, estamos convencidos que venimos a pedirles algo justo, que son los derechos de nuestros hermanos” sostuvo el arzobispo de San Salvador, José Escobar Alas.

Líderes católicos de El Salvador se pusieron el sombrero de cabilderos y el jueves pasado sostuvieron reuniones con varios legisladores, demócratas y republicanos, con la esperanza de que trabajen en una solución permanente para los cientos de miles de salvadoreños afectados por la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para ellos.

Durante la semana pasada los obispos no sólo sostuvieron conversaciones con funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional y el Congreso, sino que realizaron varias misas en el área metropolitana de Washington en las que oraron por una solución a la situación, y escucharon de primera mano las preocupaciones que viven quienes hasta hace poco estaban amparados con el TPS.

Los obispos señalaron que la deportación de los miles salvadoreños a su país de origen, crearía una “crisis humanitaria” en El Salvador, en donde las condiciones de seguridad y las oportunidades de empleo no son las más óptimas.

“Hemos conocido de primera mano las preocupaciones tanto de las personas en El Salvador como de los salvadoreños aquí en Washington”, señaló José Escobar Alas, arzobispo de San Salvador. “La gente nos pregunta que si el país estaría preparado para recibirlos, si llegan a ser deportados, pero la verdad es que es una situación muy complicada”, siguió.

En 2001, El Salvador fue incluido entre los países a los que el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos le otorgó TPS, programa que permite a los ciudadanos de esos países, residir y trabajar en los Estados Unidos por un periodo de tiempo, mientras sus lugares de origen se recuperan de fenómenos de la naturaleza, u otras situaciones que impiden que los ciudadanos regresen de manera segura.

Ese año dos terremotos devastaron parte del país y los Estados Unidos le abrió las puertas a los salvadoreños. Dieciséis años después, el terremoto no es un problema, pero la violencia en la que las maras tienen sumido al país, y la falta de oportunidades de empleos no aseguran el bienestar de los que regresen a El Salvador.

Apenas se supo de la eliminación del TPS, la Conferencia Episcopal de El Salvador creó la delegación y planificaron un viaje a este país. Meses después llegaron e intentarán lo mismo que la Cancillería no logró.

Rosa Chávez y los demás obispos dijeron que afrontan esta visita con mucha oración, para de esta manera iluminar a los legisladores para que discutan una propuesta de ley a beneficio de los salvadoreños en Estados Unidos. Actualmente hay cuatro anteproyectos que proponen un alivio para los beneficiados del TPS y del DACA, pero ninguno tiene fecha de discusión.

En total, de acuerdo con la Catholic Relief Services, que organizó la visita de los obispos, con el apoyo de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, hay 195 mil salvadoreños con TPS, y otros 24 mil jóvenes amparados por DACA.

“Creo que vamos a presentar argumentos sólidos, de carácter humano”, dijo Rosa Chávez a la vez que manifestó que los salvadoreños amparados por este programa son una pieza fundamental en la economía del área metropolitana de Washington ya que pagan impuestos, como para la de El Salvador con el envío de remesas.

“Nos alegra la presencia de nuestros pastores salvadoreños y sus palabras y presencia es una alegría para la comunidad inmigrante” señaló el obispo auxiliar de Washington, Mario Dorsonville. “Nos han invitado a continuar uniéndonos para lograr un impacto a nivel de cabildeo. El mayor punto de unidad es la oración”.
El jueves los obispos de El Salvador participaron de una misa en la iglesia de Santo Tomás, en el condado de Arlington. Cientos de personas se dieron cita al evento, en donde los líderes religiosos reiteraron que la iglesia siempre los recibirá con las puertas abiertas.