Marchan contra el odio y las deportaciones

Mitzi Macias
Washington Hispanic

lto al odio, fin de las deportaciones y respeto a las comunidades inmigrantes en Estados Unidos fueron los mensajes que inundaron las calles del centro de la capital estadounidense durante la marcha del 1 de mayo.

La movilización, organizada por la organización CASA en Acción y el sindicato de trabajadores SEIU local 32BJ, convocó a personalidades del mundo político, activistas, dueños de negocios, así como inmigrantes indocumentados, quienes se atrevieron a compartir sus historias.

“Nuestro poder más grande no es el señor de la Casa Blanca, ni siquiera puedo mencionar su nombre, el poder está con todos ustedes (…) ningún ser humano es ilegal, debemos tratar a todos con dignidad”, dijo el presidente nacional del Partido Demócrata, Tom Pérez, un feroz defensor de los derechos de los inmigrantes.

Uno de los principales objetivos de la Marcha del 1 de Mayo, fecha en que se conmemora el Día del Trabajo en muchos países latinoamericanos, fue resaltar el aporte de los inmigrantes a este país no sólo en el campo de la diversidad cultural sino en el ámbito económico y social.

“Los inmigrantes colaboran con su trabajo con el avance del país. Queremos que el mundo sepa que hacemos una contribución muy grande a este país. Queremos una reforma migratoria y que se respete a nuestra comunidad”, dijo el director ejecutivo de CASA en Acción, Gustavo Torres.

Precisamente para enviar este mensaje se invitó a inmigrantes para que suban al escenario y compartan sus historias. Este fue el caso de Elena Solís, una mujer inmigrante ejemplo de lucha y dedicación y de aporte en Estados Unidos.

“En este país he trabajado de todo, pero siempre me he dado tiempo para ayudar a mi comunidad. Vine a EEUU hace 25 años, me costó 10 años obtener la residencia permanente y recién hace un año y medio me hice ciudadana para poder participar activamente y elegir a nuestros representantes”, cuenta Elena Solís a Washington Hispanic.

Solís, al igual que millones de inmigrantes vino de su natal Perú dejando atrás a sus padres, su tierra y sus amigos en busca de nuevos horizontes. “El camino no ha sido fácil. Incluso mi padre murió y no pude regresar a mi país, tenía que seguir adelante”, añade Elena Solís.

Así como los miles de inmigrantes que salieron a marchar el 1 de mayo, Elena Solís está convencida que solo la fe y el trabajo duro y constante mostrarán al final del camino que valió la pena tanto sacrificio.

“Mi mensaje a los inmigrantes es que no están solos, siempre hay alguien que estará para ayudarlos. Todo se consigue con fe y esperanza y mi historia es un ejemplo de ello”, aseguró.

Por otro lado, Tom Pérez durante su participación también agradeció la labor que realizan los sindicatos y afirmó que el Partido Demócrata es el partido de los inmigrantes. “El Partido Demócrata siempre estará allí luchando por ustedes”, afirmó Pérez.

Se estima que participaron de la marcha alrededor de 4.000 personas, aunque según algunos asistentes el número de asistentes pudo haber sido mayor con el objetivo de enviar un mensaje más fuerte y ejercer más presión sobre el gobierno del presidente Donald Trump.

“He participado en otras marchas en la que ha habido más gente. Creo que faltó más información y divulgación sobre la marcha. Yo vine porque un grupo de la iglesia me invitó, pero sino ni me enteraba. Antes hacían convocatoria por radio, televisión y prensa. Esta vez no vi nada de eso”, señaló Marisol Medina.