Habla sobreviviente de Baltimore

Julio Adrián Cervantes Suárez, trabajador mexicano de construcción, estaba en la madrugada del 26 de marzo disfrutando de un momento de descanso entre los trabajos de reparación de baches en el pavimento del enorme puente Francis Scott Key, de Batimore. Repentinamente escuchó un estallido y luego vio caer uno tras otro a los automóviles de sus compañeros hacia el profundo rio que corre bajo el puente.

En fracciones de segundo, su auto también se precipitó al agua, con él en su interior. Luego sintió como el vehículo se hundía rápidamente.

Y Julio Cervantes no sabía nadar.

Esta situación no lo puso en pánico y su instinto de sobrevivencia logró que pudiera accionar la manija, según Cervantes contó al abogado L. Chris Stewart, quien luego lo revelo el lunes 15 en conferencia de prensa. “Pudo sobrevivir, explicó Stewart, porque la ventana de su auto era manual”.

Cervantes le relató que pudo bajar la ventanilla, sumergirse en el agua e intentar escapar. “¿Pueden imaginar lo aterrador que es eso?», preguntó Stewart.

Él es uno de los abogados de dos firmas que representan a Cervantes y a las familias de dos de los trabajadores que fallecieron durante la tragedia.

«Luchó por su vida y sobrevivió», dijo otro de los abogados, Justin Miller, sobre Cervantes tras anunciar que habían iniciado su propia investigación sobre el incidente.