DC tendrá que seguir esperando para ser estado 51

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

os residentes del Distrito de Columbia han hablado alto y claro. Quieren ser reconocidos como el estado número 51 de los Estados Unidos. Sin embargo, esta iniciativa podría tomar más de lo esperado para concretarse, pues con republicanos en control de ambas cámaras, no hay un futuro cercano a la vista.

El deseo de los ciudadanos del Distrito de Columbia no es nada nuevo. Por décadas han intentado ser reconocidos y tener voz y voto en el gobierno federal, pero ese tiempo aún no llega. Propulsores de esta medida crearon la constitución que recibió el visto bueno de la población el martes, pero eso es sólo la mitad del trabajo.

El Congreso tiene la última palabra sobre si el Distrito de Columbia se convierte o no en un nuevo estado, pero el rechazo republicano, por razones meramente políticas, le ha cortado las alas a esta iniciativa. Ahora con un gobierno mayoritariamente republicano tocará seguir esperando.

Actualmente el Distrito de Columbia está sujeta a la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes, que encabeza el republicano Jason Chaffetz, un acérrimo detractor de que DC tenga representación federal. Y es que, con una población mayoritariamente demócrata, y con una población de más de 600 mil personas, el Distrito tendría probablemente que elegir a dos senadores y un representante, algo que inclinaría la balanza a favor de los demócratas.

«Obviamente que parte de nuestra estrategia era estar listos para cuando tuvieramos gente electa que piensa como nosotros en la Casa Blanca y el Congreso», dijo la alcaldesa Muriel Bowser. No obstante, Bowser ha dicho que se rehúsa a dejar morir la iniciativa.

Ha dicho que será el tema número uno en la agenda para tratar con el futuro presidente, Donald Trump. «No hay forma de que vamos a olvidar que acabamos de votar por esto», dijo Bowser.

En el área metropolitana de Washington DC también se vieron otras iniciativas. En el condado de Montgomery la población votó a favor de poner un tope a los periodos que una persona puede servir como concejal o ejecutivo en el condado. Mientras que en Fairfax la gente se pronunció en contra de la aplicación de un impuesto a la comida en restaurantes y comidas preparadas en supermercados.