Temer: renunciar equivaldría a admitir culpabilidad

Washington Hispanic

AP

l presidente brasileño Michel Temer afirmó en una entrevista publicada el lunes que dejará el cargo sólo si lo destituyen, a pesar de las crecientes exigencias para que renuncie debido a un escándalo de corrupción.

En entrevista con el periódico Folha de S. Paulo, Temer se dijo inocente y afirmó que permanecerá en el puesto hasta diciembre de 2018 con la ayuda de sus aliados en el congreso a fin de implementar medidas de austeridad y reformas económicas impopulares.

«No voy a renunciar. Si quieren echarme que me echen, pero no voy a renunciar porque eso equivaldría a admitir mi culpabilidad», afirmó el mandatario.

En otros sucesos el lunes, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva fue encausado por tercera ocasión por los fiscales ante el juez Sergio Moro. La fiscalía dice creer que Lula cometió delitos de corrupción y lavado de dinero debido a su uso frecuente de una finca en las afueras de Sao Paulo.

Ahora le corresponde a Moro, elogiado por muchos como un héroe en la lucha contra la corrupción en Brasil, decidir si el ex mandatario será juzgado.

Lula niega haber cometido nada ilegal y dice que la finca es propiedad de un amigo suyo.

Con relación a Temer, el Supremo Tribunal Federal le abrió una investigación por acusaciones de obstrucción a la justicia, corrupción pasiva y pertenecer a una organización delictiva. La medida se tomó después de que fue difundida una grabación en la que al parecer Temer se manifiesta a favor de pagarle dinero a un antiguo aliado que se encuentra encarcelado a cambio de su silencio.

Como parte de un acuerdo con la fiscalía, el empresario Joesley Batista declaró que les pagó a Temer y a sus aliados millones de dólares en sobornos y fondos ilegales para campañas.

Temer también ha sido acusado de negligencia por no tomar medida alguna luego de escuchar a Batista decir que pagó sobornos a dos jueces y a un fiscal. El encuentro con éste, propietario de la empacadora de carne JBS, tuvo lugar en marzo.

En la entrevista, Temer dice: «Fui muy ingenuo al permitirle la entrada a una persona (como Batista)» en el palacio vicepresidencial en medio de la noche, sin haberlo programado en la agenda oficial. Para ese entonces el magnate de negocios ya era objeto de tres investigaciones judiciales.

La presión sobre Temer aumentó el fin de semana, cuando algunos partidos aliados en el Congreso abandonaron la coalición gobernante, además de que el Colegio de Abogados se manifestó a favor de un juicio político al presidente.

Asimismo, en 19 ciudades del país hubo pequeñas protestas contra el presidente, cuya popularidad ha bajado a 9%, según una encuesta del instituto Datafolha.

Como resultado, la firma consultora Eurasia aumentó de 20% a 70% las probabilidades de que Temer no llegue al fin de su mandato.

El lunes, el Supremo Tribunal decidió esperar a que Batista entregue a la policía federal el equipo utilizado para grabar al presidente, así como el audio original de la conversación. La defensa de Temer insiste en que se le efectúe una auditoría al equipo y a la grabación original antes de que prosigan las investigaciones.

Un experto forense contratado por Temer dijo en una conferencia de prensa que la grabación tiene “70 momentos de obscuridad” y consideró que es “inservible” como evidencia.

Claudio Lamachia, presidente del Colegio de Abogados de Brasil, criticó a Temer por permitir el ingreso de Batista al palacio durante la noche, y prometió procurar que enfrente un juicio político sin importar los audios registrados.

En los próximos días, el Colegio de Abogados entregará al presidente de la cámara baja, Rodrigo Maia, su primera solicitud para que se le abra un juicio político a Temer.

Maia ha recibido ya ocho peticiones en ese sentido.