Taxis salvadoreños exigen bloquear operaciones de Uber

AP
Washington Hispanic

Miles de taxistas ocuparon el lunes las principales calles de la capital salvadoreña: los carros amarillos exigían a las autoridades que no se reformen las leyes de tránsito para evitar que plataformas como Uber operen en el país.

Los taxistas se concentraron en tres puntos de San Salvador para luego marchar hasta la Asamblea Legislativa, donde harían su pedido a los diputados.

“Nosotros pagamos más de 15 millones de dólares al año en impuestos. Uber y la otra plataforma Vamos no pagan nada. Nosotros operamos legalmente, ellos lo hacen en la ilegalidad”, dijo a The Associated Press uno de los voceros de los taxistas, que se identificó como Joaquín Cortez.

Ordenados en dos y hasta tres filas, los carros amarillos encendieron sus motores y lentamente se dirigieron hasta el palacio legislativo. Los ventanales de los vehículos fueron ocupados con letreros que rechazaban este servicio privado de transporte: “Fuera Uber, en El Salvador no te queremos”.

Uber comenzó a operar en El Salvador en 2017 y en noviembre de ese año el viceministerio de Transporte señaló que la legislación local no contempla ese tipo de plataformas y advirtió que todo ciudadano que se inscriba al servicio y lo utilice se expone a recibir multas y a que le decomisen su licencia para conducir, tarjeta de circulación y placas del vehículo.

Casi de inmediato, Uber manifestó que se apegaría a las leyes que rigen el transporte en El Salvador para operar sin problemas.

“Reiteramos a las autoridades nuestra disponibilidad para cooperar con la elaboración de un marco regulatorio apropiado que incluya estas nuevas tecnologías”, expresó en un comunicado Uber Centroamérica y Caribe.

La Asamblea estudia una propuesta de reforma para crear una Registro Electrónico de Redes de Transporte, con lo cual se solventaría el vacío legal para que este tipo de plataformas puedan operar sin ningún riesgo jurídico.

No obstante, los taxistas están convencidos de que esta reforma los perjudicaría.

“Los ingresos han bajado. Hay días que apenas saco para la gasolina, a mí me perjudica”, afirmó Catalino Saravia, un taxista de 40 años.
En contraste, hay algunos usuarios que sí apoyan este servicio de transporte.

“Dan un buen servicio y es más barato. A mí me gusta, solo hay que legalizarlo para que no haya problemas”, dijo a la AP Estela Jiménez.