Muere el director francés Jean-Luc Godard por suicidio asistido
El director Jean-Luc Godard, el famoso “enfant terrible” del cine francés de la Nouvelle Vague (la Nueva Ola), quien revolucionó el cine popular en la década de 1960 con su ópera prima “À bout de souffle” (“Sin aliento”), y por años fue uno de los directores más influyentes en el cine, falleció el martes. Tenía 91 años.
Godard murió pacíficamente, rodeado por sus seres queridos en su casa en la ciudad suiza de Rolle, en el Lago Lemán, dijo su familia en un comunicado. El comunicado señaló un suicidio asistido como la causa del deceso.
Un reporte médico reveló recientemente que el director tenía “múltiples patologías discapacitantes”, de acuerdo con el comunicado de la familia, que no especificaba sus males.
En una larga carrera que comenzó en la década de 1950 como crítico de cine, Godard fue quizá el director más contestatario entre los cineastas de la Nouvelle Vague y reescribió las reglas para la cámara, el sonido y la narración, rebelándose contra una tradición previa de una cinematografía más predecible.
Para “À bout de souffle”, un filme de bajo presupuesto, Godard empleó una cámara ligera móvil para capturar escenas callejeras y aproximarse al público de una forma diferente.
Dejó de lado los fondos planeados y el “artificio” del cine de Hollywood de la época. El impacto fue inmediato, “À bout de souffle” fue una sensación a su estreno en 1960 y sigue siendo una referencia de la historia del cine.
“Hay un poco de Godard en casi todas las películas en la actualidad”, dijo Frederic Maire, presidente de la Cinemateca Suiza. “Casi todos los directores que han ido a la escuela de cine en la actualidad, o aprendieron cinematografía en cinematecas, han visto películas de Godard, y se han maravillado, sobresaltado e impresionado por su manera de contar historias”.
El presidente francés Emmanuel Macron le rindió homenaje diciendo: “Hemos perdido un tesoro nacional, el ojo de un genio”.
Godard trabajó con algunos de los mejores actores del cine francés, como Jean-Paul Belmondo, quien saltó a la fama por sus películas, y Brigitte Bardot, quien protagonizó su aclamada “Le mépris” (“El desprecio”) de 1963.
Además, hizo un perfil de los Rolling Stones en sus comienzos, le dio voz a la política marxista, de izquierda y al Black Power de la década de 1960, y su controversial “Je vous salue, Marie” (“Yo te saludo, María”), una versión moderna y erótica de la natividad, generó encabezados cuando el papa Juan Pablo II la denunció en 1985.
Aunque muchas de sus obras fueron celebradas, Godard también hizo varias películas con mensajes políticos y experimentales, que complacían a un pequeño círculo de admiradores, pero que exasperaban a muchos críticos, quienes las veían como llenas de un intelectualismo exagerado.
El director del Festival de Cine de Cannes, Thierry Fremaux, dijo el martes a The Associated Press que estaba “triste, triste, inmensamente” por la noticia del fallecimiento de Godard.
Nacido en una familia francosuiza adinerada el 3 de diciembre de 1930, creció en Nyon, Suiza, estudió etnología en la Sorbona, en la capital gala, donde se sintió cada vez más atraído por la escena cultural que floreció en el “cineclub” del Barrio Latino tras la II Guerra Mundial.
Hizo amistad con otros grandes cineastas en ciernes como François Truffaut, Jacques Rivette y Eric Rohmer y en 1950 fundó la fugaz Gazette du Cinema. Para 1952 había empezado a escribir para la prestigiosa revista de cine Cahiers du Cinema.
Después de trabajar en dos películas de Rivette y Rohmer en 1951, Godard trató de dirigir su primera película mientras viajaba por Norte y Sudamérica con su padre, pero nunca la terminó.
De vuelta en Europa, trabajó como obrero en el proyecto de una represa en Suiza, empleó su salario para financiar su primera cinta terminada, “Opération ‘Béton”, un documental de 20 minutos sobre la construcción de la represa.
De vuelta en París, Godard trabajó como vocero en una agencia de artistas e hizo su primer largometraje en 1957, “Charlotte et Véronique, o Tous les garçons sappellent Patrick”, estrenada en 1959. También continuó perfeccionando su escritura.
Por ese entonces comenzó a trabajar en “À bout de souffle”, basada en una historia de Truffaut.
La película es protagonizada por Belmondo como un joven ladrón sin dinero que busca ser como los gánsteres de las películas de Hollywood y que, después de dispararle a un policía, se fuga con su novia estadounidense, interpretada por Jean Seberg.
Las creaciones cinematográficas de Godard estaban llenas de los tonos rudos y atrevidos de la Francia resurgente de la posguerra, en años conocidos localmente como los “Gloriosos 30”, que duraron hasta finales de la década de 1970 y crearon algunas de las escenas y diálogos más agudos de lo que era entonces la cúspide de la rica vanguardia cinematográfica francesa.
La imagen en “À bout de souffle” del ingenuo Seberg vagabundeando por los Champs-Elysées de París con un cigarrillo, una camiseta entallada y un sombrero fedora es una de las más memorables del cine francés.
Junto con “Les 400 Coups” (“Los 400 golpes”) de Truffaut, la cinta de Godard marcó el nuevo estilo de la estética cinematográfica francesa. Godard rechazaba el estilo convencional de narración y en su lugar empleaba cortes frecuentes que alternaban discusiones filosóficas con escenas de acción. Aderezaba todo con referencias a las películas de gánsteres de Hollywood y guiños a la literatura y las artes plásticas.
Godard también tuvo a lo largo de su carrera una participación en proyectos colectivos, contribuyendo a escenas en “Les sept péchés capitaux” (“Los siete pecados capitales”) junto con directores como Claude Chabrol y Roger Vadim. También trabajó con Ugo Gregoretti, Pier Paolo Pasolini y Roberto Rossellini en la película italiana “Ro.Go.Pa.G.” con escenas de Godard que retrataban un perturbador mundo postapocalíptico.
Godard, quien años después se ganó una reputación por sus convicciones políticas izquierdistas casi intransigentes, tuvo un primer roce con las autoridades francesas en 1960 cuando hizo “Le petit soldat” (“El soldadito”). La película, llena de referencias a la guerra colonial de Francia el Argelia, no se estrenó hasta 1963, cuando terminó el conflicto.
Su obra se volvió más pronunciadamente política para finales de los 1960. En “Week End” sus personajes se burlan de la hipocresía de la sociedad burguesa, incluso cuando demuestran la futilidad de una guerra violenta de clases. Surgió de un año de descontento popular que sacudió Francia y culminó en las protestas estudiantiles de mayo de 1968.
Godard mostró sus simpatías por diversas formas de socialismo en películas rodadas entre principios de la década de 1970 y principios de la década de 1990.
Directores como Quentin Tarantino, Bernardo Bertolucci, Brian De Palma y Jonathan Demme lo consideraban una influencia.
Darren Aronofsky, realizador de “Black Swan” (“El cisne negro”) tuiteó: “QEPD Godard. Aprendí mucho de mi copia VHS de ‘Breathless’… gracias maestro”.
Godard criticó a Hollywood en multitud de ocasiones a lo largo de los años.
En noviembre de 2010 prefirió quedarse en su casa en Suiza en lugar de viajar a Hollywood para recibir un Oscar honorífico en una ceremonia privada.
Su apoyo permanente a la causa Palestina también lo llevó a acusaciones de antisemitismo, a pesar de insistir que simpatizaba con el pueblo judío y su lucha en la Europa ocupada por los nazis.
Aunque la Academia recibió algunas quejas porque se le otorgaría el premio a Godard, el presidente en turno, Tom Sherak, dijo que el director era reconocido únicamente “por sus contribuciones al cine de la Nueva Ola”.
En diciembre de 2007 fue reconocido con un premio a la trayectoria de la Academia Europea de Cine.
Godard se casó en 1961 con la modelo y actriz nacida en Dinamarca Anna Karina, que apareció en una serie de cintas del director durante el resto de la década, todas consideradas como hitos de la Nouvelle Vague. Destacan “Vivre sa vie” (“Vivir su vida”), “Alphaville” y “Pierrot Le Fou” (“Pierrot el loco”), también protagonizada por Belmondo, y que según los rumores se rodó sin guion. Godard y Karina se divorciaron en 1965.
Godard se casó con su segunda esposa, Anne Wiazemsky, en 1967. Después comenzó una relación con la cineasta suiza Anne-Marie Mieville. Godard se divorció de Wiazemsky en 1979, después de que se mudó con Mieville a Rolle, donde vivió el resto de su vida.