México defiende labor en derechos humanos, pese a informe

Redacción
Washington Hispanic

l gobierno mexicano defendió el miércoles su compromiso con los derechos humanos, luego que un estudio halló que casi todos los casos de abusos perpetrados por soldados en la lucha contra los cárteles de la droga quedan impunes.

La Procuraduría General de la República está trabajando para aplicar “cambios estructurales e institucionales para abatir la impunidad y perseguir las violaciones a derechos humanos”, dijo el gobierno en un comunicado.

Reveló que se creará unidades investigativas especiales para estudiar esos casos.

Además añadió que la fiscalía ya está aplicando reformas que fueron mencionadas en un informe elaborado en febrero, donde se incluyen varias recomendaciones mencionadas en el reporte emitido el martes por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés).

El comunicado dice que las fuerzas armadas han ampliado sus cursos de derechos humanos para soldados, con lo que han disminuido las denuncias ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

Afirmó que aprecia la asistencia de los militares en la ofensiva contra los carteles de la droga en todo el país.

“La participación de las Fuerzas Armadas de México en atención al crimen organizado forma parte de las tareas de acompañamiento temporal a las autoridades locales, y responde a los enormes retos que plantea el tráfico internacional de armas y drogas, que afecta de manera particular a nuestro país”, dijo el gobierno.

Las fuerzas armadas han desempeñado un papel crucial en la guerra contra los narcotraficantes desde fines del 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón envió soldados a combatir a los carteles. La ofensiva militar ha continuado bajo el actual mandatario, Enrique Peña Nieto.

En todo este tiempo se han multiplicado las denuncias de violaciones de derechos humanos por parte de los militares, como torturas, asesinatos y desapariciones.

Los críticos denuncian que los militares no deberían estar ejerciendo labores policiales. Sin embargo, muchos departamentos policiales del país son considerados corruptos, demasiado débiles o a veces incluso cómplices de los carteles, y por lo tanto incapaces de participar efectivamente en la lucha contra las drogas.