Giro sorpresa en el panorama político de España

Washington Hispanic

AP

os socialistas de España eligieron nuevamente a Pedro Sánchez como su secretario general, casi ocho meses después de que la cúpula del partido lo removiera del cargo.

El regreso político de Sánchez, que ha prometido una oposición más dura al gobierno conservador en minoría, ha agitado el panorama político en la quinta economía de Europa.

¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ EN JUEGO?

Armado de su renovada legitimidad, Sánchez ha prometido reconstruir un Partido Socialista Obrero Español (PSOE) más orientado a la izquierda, que plante batalla política al Ejecutivo conservador de Mariano Rajoy e incluso sea capaz de erigirse en su alternativa.

Con la oposición socialista neutralizada en sus primarias internas, el Partido Popular (PP) de Rajoy había logrado salir adelante a pesar de la falta de mayoría en el Legislativo. En siete meses de gobierno había sido capaz de sacar adelante muchas de sus iniciativas con el apoyo de Ciudadanos, una nueva formación de centroderecha afín al empresariado y acuerdos puntuales con otras fuerzas.

Fue precisamente la abstención de los socialistas la que permitió la investidura del presidente del gobierno, a finales de 2016, con el fin de evitar una nueva ronda de elecciones.

Pero los escándalos de corrupción, incluida una delicada investigación sobre la financiación ilegal del partido de gobierno, han erosionado la imagen de Rajoy y arreciado las críticas de la oposición.

Podemos, el nuevo partido de extrema izquierda, ha sido el primero en presentar una moción de censura que se debatirá en el parlamento durante las próximas semanas.

Aunque Sánchez ha dicho que no la apoyará, lo cual descarta el éxito de la iniciativa de Podemos, el nuevo líder socialista sí ha dado a entender que podría liderar su propia moción de censura al gobierno de Rajoy si persisten los casos de corrupción en su seno.

Que Sánchez consiga los apoyos explícitos de otras formaciones para sustituir a Rajoy parece hoy un escenario lejano. Pero dada la debilidad del Partido Popular en el Congreso -donde solo controla 134 de los 350 escaños-, la aprobación de iniciativas legislativas clave será el reto inmediato.

¿CÓMO HA LLEGADO SÁNCHEZ HASTA EL LIDERAZGO DEL PSOE?

A sus 45 años Sánchez ha regresado al escenario político en un giro de guion inesperado.

Economista de formación y hábil en inglés -algo poco habitual en políticos españoles de primera fila-, Sánchez presenta una imagen sofisticada de padre de familia, deportista y buen orador. Trabajó en los Balcanes, Bruselas y Estados Unidos antes de comenzar su carrera política, primero como concejal en Madrid y luego como diputado en el parlamento en las legislaturas de 2009 y 2013.

Los dirigentes del PSOE apoyaron a Sánchez como secretario general de los socialistas en el verano de 2014 y él ganó el pulso interno para ser el candidato del partido a la presidencia.

Sus detractores achacan a su oportunismo y testarudez que, bajo su batuta, el partido acabase inmerso en una de las peores crisis en sus 138 años de historia. Los socialistas han pasado de 169 escaños en la Cámara Baja en 2008 a solo 85 en las últimas elecciones generales, en junio del año pasado, el peor resultado desde el regreso de la democracia a España hace más de cuatro décadas.

Muchos de sus votos fueron a parar a Podemos, que ocupó un espacio relevante de la izquierda, y una buena parte también a Ciudadanos, en un contexto de crisis económica y sonados escándalos de corrupción que erosionaron el bipartidismo tradicional.

Tras dos elecciones inconclusas, a finales de 2015 y mediados de 2016, y a pesar de los malos resultados electorales, Sánchez intentó formar gobierno para evitar la reelección de Rajoy. Lo hizo buscando pactos con las dos nuevas formaciones, Podemos y Ciudadanos, pero fracasó en recabar suficientes apoyos.

Pese a las presiones de las élites socialistas, el político madrileño se negó a pactar con el Partido Popular. Tampoco quiso permitir que Rajoy gobernase, aunque fuera sin su apoyo directo, lo que provocó su salida como secretario general del PSOE. Para no tener que abstenerse en la investidura de Rajoy, Sánchez renunció también a su escaño en el Congreso.

¿CUÁLES SON LOS RETOS A LOS QUE SE ENFRENTA EL LÍDER DE LA OPOSICIÓN?

Para su resurrección política Sánchez ha capitalizado la frustración de muchos militantes del partido por el apoyo tácito del PSOE al gobierno conservador. Por eso su reto más inmediato será la reconstrucción de un partido muy fragmentado, tal y como quedó patente en el resultado de las primarias celebradas el fin de semana.

Su primera tarea será afianzar el control del partido frente a sus críticos, las élites y buena parte de los cargos electos que apoyaron a su principal contrincante, la presidenta regional de Andalucía Susana Díaz, incluidos los expresidentes de gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

La primera muestra real de cuánto ha logrado pacificar al partido se escenificará el próximo 17 de junio en Madrid, con la celebración de un congreso nacional del partido. Hasta entonces seguirá a cargo del día a día de la gestión política el líder de una junta interina, Javier Fernández.

Rajoy no felicitó a Sánchez de forma inmediata. El domingo, al conocerse los resultados, el presidente del gobierno envió un tuit en el que felicitaba al Real Madrid por coronarse vencedor de La Liga de fútbol. El lunes, ya en rueda de prensa, dijo que no preveía un adelanto electoral.

“Yo apuesto por la estabilidad y la sensatez”, dijo Rajoy, señalando que no se planteaba la opción electoral “cuando este gobierno lleva solo siete meses en el poder y después del disparate que hemos vivido en el 2016”.

Incluso con los socialistas en contra, el Ejecutivo tiene en principio suficiente apoyo para sacar adelante los presupuestos generales de este año en una votación el mes que viene.

Pero la falta de entendimiento entre gobierno y oposición añade incertidumbre a cuestiones clave como el futuro de Cataluña, cuyo gobierno regional quiere celebrar un referéndum secesionista en menos de cuatro meses. Los dos principales partidos se han unido siempre en la defensa férrea de la unidad territorial, pero Sánchez podría trastocar ese frente común ante el desafío independentista.

¿QUÉ SIGNIFICA EL ÉXITO DE SÁNCHEZ PARA LA SOCIAL DEMOCRACIA EN EUROPA?

La alcaldesa de París Anne Hidalgo celebró el domingo la victoria de su “amigo” Sánchez como “una buena noticia para la socialdemocracia en España y Europa” y el líder del grupo de la Alianza Progresista de los Socialistas y Demócratas, Gianni Pittella, felicitó al nuevo secretario por una victoria que suponía “un nuevo inicio para un PSOE fuerte, unido y necesario para Europa”.

Con el giro ideológico Sánchez quiere devolver al PSOE a un lugar predominante en la izquierda española. Pero más allá de sus fronteras, el éxito o caída de su modelo será foco de atención de muchos de los seguidores de una socialdemocracia que busca salir de una crisis de identidad.

El camino de ida y vuelta de Sánchez ofrece similitudes al del líder del laborismo británico Jeremy Corbyn, que ha emprendido la reforma del partido a pesar de los débiles apoyos internos, o incluso a la regeneración del socialismo en Francia, que falló recientemente a la hora de catapultar a Benoit Hamon a la segunda ronda de las elecciones presidenciales.

Todos ellos son líderes aupados por las bases en partidos que han sufrido por la percepción negativa que los votantes tienen de cómo gestionaron la crisis económica, dijo Antonio Barroso, subdirector de análisis de la firma de riesgo político Teneo Intelligence.

“Más allá del problema programático, de no saber qué políticas ofrecer en el nuevo marco económico, tienen en común que les ha resultado imposible reconectar con el electorado o con las elites,” dice Barroso.

El mayor reto lo tienen, sin embargo, dentro de su propia casa. Según el experto, Sánchez puede aprender algunas lecciones de sus compañeros europeos, puesto que “estar al frente de partidos divididos debilita muchísimo el que podamos ver una alternativa de gobierno.”