Sindy Benavides, primera mujer latina que dirige LULAC

Víctor Caycho
Washinton Hispanic

El viernes 20 fue un día histórico para la Liga de Ciudadanos Latino Americanos Unidos (LULAC), al nombrar a Sindy Benavides como directora ejecutiva (CEO) de la organización. Es la primera vez en los 89 años que tiene LULAC –fundada en 1929- que una mujer latina, nacida en Honduras, es nombrada para ese alto cargo. Su nombramiento, por unanimidad, tuvo lugar durante la Convención Nacional realizada en Phoenix, Arizona, luego de un largo proceso de selección.

Sindy Benavides –quien reveló haber ingresado al país como indocumentada hace tres décadas, cuando tenía un año de edad, junto con su madre y su hermano de dos años-, ya era la CEO interina hasta el 20 de julio y manejó todo lo referente a la exitosa convención. Ahora expresa su decisión de trabajar en el nuevo cargo “con mucho amor pero también con mucho coraje”.

WASHINGTON HISPANIC: ¿Cómo recibió este nombramiento como Directora Ejecutiva (CEO) de LULAC?
SINDY BENAVIDES: Fue el resultado de un largo proceso de selección a cargo de LULAC, en una búsqueda a través de todo Estados Unidos. Más de 48 candidatos aplicaron. Después fueron 15, luego 11, siguieron cinco y al final quedamos los últimos tres. Fui una de las tres finalistas y tuve que pasar bajo un comité de cinco personas. Y bueno, me encontré en esta semana con el anuncio. ¿Se imagina? Aquí estoy muy emocionada porque tenemos muchísimo trabajo por hacer.

W.H.: ¿Cuál es la tarea que le toca a usted, ahora que ha asumido plenamente la Dirección Ejecutiva de LULAC?
S.B.: Dirigir LULAC a nivel nacional. Somos una organización de derechos civiles y vamos a estar muy ocupados porque estamos viviendo tiempos muy críticos, en los cuales nuestra comunidad está bajo continuo ataque.

W.H.: ¿A qué tipo de ataques se refiere?
S.B.: A las separaciones de familias, de los niños, o cuando el actual presidente llama violadores a nuestra comunidad mexicana, cuando critica la validez de un juez que nació en este país, cuando observamos lo que está sucediendo con los derechos de nuestras mujeres y de nuestra comunidad LGBTQ. Son tiempos muy penosos y nosotros estamos enfocados en asegurarnos que nuestra comunidad entienda el poder que ellos tienen.

W.H.: Sobre todo ahora, cuando la comunidad hispana es tan numerosa, ¿cierto?
S.B.: Si, los números están a nuestro favor. Vemos una comunidad muy numerosa y que va a seguir creciendo. Somos una revolución democrática. Pero nuestro poder debe volcarse en registrarnos y en salir a los precintos a votar. Porque si no lo hacemos vamos a seguir viendo los mismos resultados. Como comunidad tenemos que salir de las casas. No podemos quedarnos sentados. Debemos estar muy activos y alzar con fuerza nuestra voz porque nuestro futuro depende de eso.

W.H.: ¿Qué le hace pensar que una mujer como usted, y además hondureña, toma la posta para enfrentar estos grandes desafíos?
S.B.: Es la primera vez que una mujer toma las riendas de LULAC como su CEO en los 89 años de esta organización. Como hondureña, como inmigrante, como mujer y como madre, mi esperanza es poder unificar a nuestra comunidad, enfocarnos en la misión de asegurarnos que todos entiendan nuestro poder. Como inmigrantes y como miembros de esta nación nosotros damos tanto, contribuimos económicamente y, además, como americanos somos el futuro de nuestro país. Este trabajo que recae en mi no es solo de una persona; lo debe tomar el pueblo a través de todo el país para lograr el cambio que queremos ver.

W.H.: ¿En qué forma está trabajando LULAC en el caso de las familias inmigrantes separadas?
S.B.: Estamos examinando el aspecto legal de la separación de familias, de lo que está pasando con nuestros niños. Nos enfurece esta política de mucha violencia contra nuestra comunidad y por eso estamos viendo qué recursos legales podemos tomar. Como este es un año político, por las elecciones de medio término, debemos asegurarnos que nuestra comunidad envíe en ese proceso un mensaje súper grande, que no vamos a estar callados y que vamos a alzar nuestra voz en las urnas.

W.H.: ¿Cómo llegó a Estados Unidos y en qué época?
S.B.: Vengo de una familia muy humilde. Mis padres emigraron a este país desde Honduras. Mi papá vino primero y después mi mamá. Mi hermano mayor tenía dos años y yo un año de edad. Lo que mucha gente desconoce es que yo vine indocumentada.

W.H.: ¿Y no tuvo problemas?
S.B.: La primera vez agarraron a mi mamá y la mandaron de vuelta a Honduras. La segunda vez la pusieron en una cárcel de México, con mi hermano y conmigo, cuando yo tenía un año. Y la tercera vez nos agarraron en la frontera, ya en los Estados Unidos. En ese tiempo no separaban a las familias. Nos dejaron ir con nuestra comunidad en Los Ángeles. Recuerdo cómo yo iba a recoger las latas de las calles para poder traer un poquito más de ingresos con mi mamá y mi papá. Cuando nos mudamos a Virginia ayudaba a mi mamá a limpiar casas y oficinas.

W.H.: ¿Qué lecciones le quedan de toda esa experiencia?
S.B.: Si no fuera por el amor de muchas personas que me entregaron su inteligencia y me pasaron su conocimiento y su amor, yo no estaría donde ahora estoy. Empieza con mis padres, Norma y David Benavides, que siempre creyeron en mi y me impulsaron para seguir avanzando. Con personas como Leni González, mi primera mentora, quien me presentó a LULAC a través del Concilio 4609, del que sigo siendo miembro, y todo nuestro equipo de Virginia, con Walter Tejada. A la señora Frankie Hughes, a quien adoro y es mi segunda mentora, quien me ha visto crecer y siempre ha estado a mi lado apoyándome desde que era una niña de doce años. Mis otros mentores fueron incluyen al senador Tim Kaine, Larry Roberts, John Trasvina y Debbie Diener. Personas como mis hermanas del NHLI (National Hispanic Leadership Institute), mujeres poderosas y exitosas en sus carreras a través de todo el país, que han estado conmigo, paso a paso.

W.H.: Realmente un gran apoyo…
S.B.: Sí, porque uno no llega solo a estos lugares de poder. Yo pongo primero a mi pueblo por delante, a mi comunidad, a mi abuelita Zoila América que está en el cielo y que siempre creo que me sonríe desde allá. Me siento muy bendecida.

W.H.: ¿Cómo cree que asumirá esta dura tarea que hoy empieza?
S.B.: Esta labor la voy a hacer con mucho amor y también con mucho coraje. Estamos viviendo un tiempo en el que no podemos ser tímidos. Y mi corazón tiene que temblar lo suficiente. Sé que me estoy empujando al límite para asegurarme que seré la mejor portavoz para nuestra comunidad.

W.H.: ¿Qué nos puede decir de Domingo García, elegido presidente nacional de LULAC en la misma convención?
S.B.: Como una organización nacional de membresías tenemos un proceso muy democrático. Y nuestras membresías hablaron y eligieron a Domingo García como su próximo presidente nacional. Ya tuve la oportunidad de sentarme con él y empezar a platicar en términos de la dirección que la organización va a tomar bajo su liderazgo. Es abogado y una persona muy capaz. Se que voy a trabajar hombro a hombro con él para asegurarnos que estamos haciendo todo lo posible –y hasta lo imposible-, para luchar por nuestra comunidad.

“TENEMOS QUE SALIR A VOTAR”
Sindy Benavides envía el siguiente mensaje a la comunidad hispana a través de Washington Hispanic.

• “Primero que nada, gracias por el apoyo de Washington Hispanic, desde siempre”.
• “He tenido la oportunidad de trabajar con muchas personas de nuestra comunidad en diferentes capacidades y mi llamado a ellos es que estamos viviendo hoy un tiempo tan crítico que no es posible ser indiferente”.
• “Y tenemos que salir a votar este noviembre, porque nadie quiere ver que nuestra comunidad sea separada y tampoco más violaciones de derechos civiles que están golpeando a nuestra comunidad”.