Se acerca el invierno, y puede empezar la depresión estacional

Viene el invierno. Han caído las hojas, bajan las temperaturas y hay menos luz diurna para alegrar nuestro estado de ánimo.

Aunque algunas personas disfrutan del cambio de las estaciones, millones de adultos en Estados Unidos sufrirán durante los meses invernales una forma de depresión llamada trastorno afectivo estacional, o TAE. Este trastorno puede sentirse igual que una depresión corriente, porque lo es, dijo Thea Gallagher, profesora adjunta clínica en el departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina Grossman de New York University/NYU Langone en la ciudad de Nueva York.

«La única diferencia es que la aparición de esta depresión concuerda con las estaciones», dijo Gallagher. «Por lo general comienza en el otoño y en el invierno, cuando hay menos luz, menos actividad, temperaturas más frías y un calendario que cambia. Y entonces desaparece en la primavera, pero puede regresar cada año alrededor de la misma época».

Según el Instituto Nacional de Salud Mental, la agencia federal para las investigaciones sobre trastornos mentales, una persona puede ser diagnosticada con TAE si tiene síntomas de una depresión grave que ocurre estacionalmente al menos dos años consecutivos. Los síntomas pueden incluir dormir o comer demasiado, apartarse del contacto social, sentirse deprimido casi a diario, sentirse desesperado o inútil, ser incapaz de concentrarse y no tener energía alguna.

Para los investigadores ha sido difícil precisar cuántas personas experimentan TAE. Los estimados varían de 1.4% a 9.7% de las personas que viven en América del Norte, con las tasas para aquellos que viven en las latitudes más septentrionales acercándose al 10%. El TAE es más común en las mujeres.

No está claro qué causa el TAE, si bien algunos estudios sugieren que las personas que sufren de depresión estacional pueden tener problemas con la regulación de serotonina, un neurotransmisor que ayuda a regular el estado de ánimo y que resulta afectado por la exposición a la luz solar. Otros estudios sugieren que las personas con TAE producen demasiada hormona melatonina, la cual puede aumentar la somnolencia.

Tanto la melatonina como la serotonina están vinculadas a cómo el cuerpo asimila los ciclos noche-día. Cuando los niveles están desequilibrados, puede ser más difícil para las personas ajustarse a los cambios estacionales en la duración del día. La vitamina D, que promueve la actividad de la serotonina y se produce cuando la piel resulta expuesta a la luz solar, también puede que desempeñe un papel.

Independientemente de cuales sean las causas del trastorno afectivo estacional, los expertos dicen que es evidente que los síntomas depresivos aumentan según se acerca el invierno y se desvanecen con la llegada de la primavera.

«Uno de los aspectos inusuales del TAE es que es la única forma de depresión de la cual conocemos el desencadenante, que es la falta de luz ambiental», dijo Robert Levitan, quien ocupa la cátedra Cameron Holcombe Wilson en estudios sobre depresión en el Centro para la Adicción y la Salud Mental y es profesor de psiquiatría en la Universidad de Toronto. «La mayoría de las depresiones no son tan predecibles. Esta predictibilidad puede ayudar a algunos individuos a reconocer los síntomas e implementar rápidamente el tratamiento, mientras que para otros puede dar lugar a semanas de anticipación negativa a medida que se acerca el otoño».

Levitan dijo que no todos los que padecen de TAE sufren de depresión grave. «Hay un continuo», dijo él. «Algunas personas solo se sienten cansadas. Ellas disfrutan menos de las cosas, pero pueden trabajar y funcionar. Sin embargo, para otras, es verdaderamente discapacitante».

Las personas que sufren de depresión estacional pueden prevenirla tomando antidepresivos en cuanto el clima comienza a cambiar, dijo Gallagher. Otras personas puede que no sufran una depresión suficientemente grave como para requerir medicamentos, pero incluso así pueden adoptar medidas preventivas para contrarrestar los síntomas.

Gallagher dijo que la terapia lumínica, que consiste en exponer a las personas a luz intensa todos los días para compensar por la falta de luz natural, ha demostrado ser efectiva. Por lo general, esto se hace temprano en la mañana durante 30 a 45 minutos. Las luces son unas 20 veces más intensas que las luces interiores, pero por seguridad, filtran la dañina luz ultravioleta. Las personas con ciertas enfermedades oculares o aquellas que toman medicamentos que las hacen extremadamente sensibles a la luz puede que no sean capaces de usar terapia lumínica.

Levitan dijo que él alienta a las personas que no pueden usar terapia lumínica a que «salgan a caminar y reciban un poco de esa luz natural».

Salir y ver a otras personas también puede ayudar, dijo Gallagher. «Reconozca que a medida que las temperaturas descienden, se tiende a planificar mucha menos socialización», dijo ella. «Los planes se hacen más fácilmente en el verano. Por tanto, sea intencional respecto a la socialización y el autocuidado».

La psicoterapia, la conciencia plena para reducir el estrés y la ansiedad, y la meditación también pueden ser útiles, dijo ella.

Aunque es menos común, algunas personas pueden sufrir de TAE durante el verano. Los síntomas de la TAE que aparecen en el verano incluyen dificultad para dormir; pérdida de interés en la comida; sentirse inquieto, agitado o ansioso; o en casos extremos, tener episodios de comportamiento violento.

Independientemente de cuando ocurra la TAE, dijo Gallagher, es importante que te cuides.

«Ten autocompasión», dijo ella. «Recuerda que es solo algo que sucede, y que tú sabes cómo manejarlo».

Si tiene preguntas o comentarios sobre esta historia de la American Heart Association News, por favor envíe un correo electrónico a editor@heart.org.

American Heart Association News hace reportajes acerca de noticias del corazón y el cerebro. No todas las opiniones expresadas en estos artículos reflejan la postura oficial de la American Heart Association.

Las declaraciones, conclusiones, precisión y confiabilidad de los estudios publicados en revistas científicas de la American Heart Association o presentados en las reuniones científicas de la American Heart Association son únicamente las de los autores del estudio y no reflejan necesariamente la orientación o posiciones oficiales de la American Heart Association.

American Heart Association, Inc. es el propietario o el titular de los derechos de autor, y todos los derechos están reservados. Se concede permiso, sin costo y sin necesidad de solicitud adicional, para individuos, medios de comunicación y esfuerzos de educación y concientización no comerciales para vincular, citar, extraer o reimprimir estas historias en cualquier medio, siempre y cuando no se altere ningún texto, y se haga la atribución adecuada a la American Heart Association News. Ver términos de uso completo. Estas historias no se pueden utilizar para promocionar o respaldar un producto o servicio comercial.

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD DE ATENCIÓN MÉDICA: Este sitio y sus servicios no constituyen la práctica de asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico. Siempre hable con su proveedor de servicios de salud para el diagnóstico y el tratamiento, incluidas sus necesidades médicas específicas. Si tiene o sospecha que tiene un problema o condición médica, comuníquese de inmediato con un profesional de la salud calificado. Si se encuentra en los Estados Unidos y experimenta una emergencia médica, llame al 911 o llame para obtener ayuda médica de emergencia de inmediato.