PURO GUANACO

Hoy me dijeron que la puesía nuestra es pura mierda, / que no hay tales puetas en este país rascuache / que más parece un arrimado a la humanidá que otra cosa. / Y me lo dijeron así como para llevarme de encuentro. / Hasta le rechinaban los dientes / al fulano que entonces hablaba con sus ojos, diciéndome:


«Vaya, vos, defendete, decí algo, apostá tu alma / y verás si no te vas derechito al infierno.
Decí si no es cierto que a ustedes les hace falta / la suerte que a otros les abundó en Italia, en Grecia, en Francia…


Ya me imagino cómo se verían con la corona de laurel de Petrarca / y cómo charranganearían la cítara en el Olimpo / y cómo menearían los jaiboles en las recepciones diplomáticas / en donde Darío estuvo a través de su marcha triunfal por esta vida.

 

¡Ah igualados, ustedes están pior que nuestros futbolistas, aguacateros, / que cómo suspiran cuando ven que en los diarios / se habla a grandes titulares de Pelé y Kubala; / se les figura que son ellos, semejantes pelados / que nos han hecho perder la cara de vergüenza en los mundiales!

 

¡Ah babosos! ¡Si aquí no hay algo que valga la pena! / ¡Ni científicos, ni técnicos, ni pintores, ni periodistas, ni nada! / Por último, los ladrones que podrían levantar cabeza por nosotros / son unos aprendices, /gánsteres de a peseta que a la vuelta de la esquina
los está agarrando la cuilia con su gran botín / (un monedero con tres pesos y treinta centavitos), / sólo para darles una gran pijiada por pendejos.

 

¡Imaginate si no estamos para el tigre! / Y todavía aparece un aludo de ustedes
escribiendo que El Salvador ocupa en Latinoamérica: / el primer lugar en poesía,
el segundo en cuento, / el tercero en teatro, / y por último empatado en novela con Colombia y Argentina!

 

No creés que ya es tiempo de dejarse de tanto mambo, / que le digan de una vez por todas a la majada salvadoreña / que mejor se busque otro mapa; / que ya es mucho joder también con la enganchada que nos han dado / de que el Himno Nacional es el más cachimbón del mundo / después de la Marsellesa; / que se hagan así, / oí a Guillermo Tell / y te cagarás de la risa / al oír el mismo tara ra ta ta ta tata tan…


Pero ahí vamos, Juan vendeme la conserva, / o como dicen también “¿A dónde vas Vicente?, / ¡adonde va toda la gente!”…. / No hombré, si es cierto que por algo nos dicen Guanacos / no crean que todos estamos en pañales.


No somos tan dialtiro / chocos ni sordos, pues el hecho de que a veces / no decimos ni cuío cuando nos quieren meter goles / en todos los campos de la vida, / no significa que no sepamos quiénes son los contrincantes / ni quiénes son los réferis de este país, / que para qué seguir, si ya estamos hasta aquí / de tanta paja en los cafetines, / en los periódicos, en la radio, en la televisión, / en todos los lugares donde siempre hay un periquito, / feliz con su masita en el piquito…


Sí, pueta, para qué seguir, / si ya se me está yendo la lengua hasta bien lejos / y vos sabés que las paredes oyen / y no vaya a ser el diablo que mañana amanezca todo aserenado / por estar hablando babosadas, / que como dicen por ái “machete estate en tu vaina”, / que es lo mismo echate al lomo tu misma sombra.


No, pueta, no le busquemos tres pies al gato. / Mejor recitemos “Un rancho y un lucero” de Espino, / que nada nos cuesta; / o cantemos “El carbonero”, / pues al fin y al cabo el que canta su mal espanta…

 

[Del libro: Puro guanaco, Primer Premio Universitario Latinoamericano de Poesía 1977. Primera edición, EDITORIAL UNIVERSITARIA, Universidad de Panamá 1979]

Nota: La imagen es un mural pintado en las paredes internas de la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador.