Por el derecho al voto de los salvadoreños en el exterior

Juancarlo Morales

El fenómeno de la migración de salvadoreños hacia el exterior de su país es una realidad que se ha manifestado desde principios de los años ‘80 con el inicio del conflicto armado y se ha ido incrementando de manera acelerada desde entonces. Cada día son más los compatriotas que por diferentes motivos buscan oportunidades fuera del territorio salvadoreño y establecen sus vidas en otros países hasta el punto que en este momento uno de cada cuatro salvadoreños vive fuera de El Salvador.

Actualmente, los salvadoreños que viven en el exterior tienen una participación sumamente activa en la economía del país por medio del envío de remesas, gastos en visitas de vacaciones y muchas otras formas de apoyo.

Según el Banco Central de Reserva (BCR) de El Salvador, se recibieron en 2017 un total de más de $5,021 millones en remesas familiares durante el año pasado, 9.7 por ciento más que la cifra del 2016, es decir un incremento de $445 millones. El ministerio de Turismo reportó en el año 2016 que un total de 132 millones de dólares ($132,000,000) habían ingresado a la economía del país por parte de visitantes salvadoreños.

A estas cifras hay que agregarle las compras de productos nostálgicos que son exportados cada año alrededor del mundo, pagos por gestiones consulares, envío de productos a sus familiares en El Salvador y ayuda humanitaria que procede de organizaciones de compatriotas que se asocian para ayudar a sus lugares de origen y por medio de otros organismos internacionales.

Todas estas cifras son indicadores del papel protagónico que juegan los salvadoreños en el exterior en el desarrollo de la actividad económica de El Salvador. Y si a esto le sumamos la estrecha relación familiar, cultural, social y política que se genera entre todos los ciudadanos que viven dentro y fuera del territorio tenemos como resultado una nación que se expande a través del mundo.

Acceso al sufragio
Sin embargo, hay una relación muy diferente entre las gestiones del gobierno salvadoreño hacia los compatriotas que viven en el extranjero –que son la razón de ser de los servicios consulares- y que en algunos territorios no se les provee apropiadamente los servicios requeridos ni el ejercicio del derecho al voto en el exterior, de manera fácil y eficaz.

Tal es el caso que en los últimos días se han enfrentado una serie de anomalías con el sistema en línea para el empadronamiento previo a las elecciones del próximo año. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) habilitó el sitio pere.tse.gob.sv para salvadoreños en el exterior, pero a la hora de ponerlo en práctica se han presentado deficiencias, reportadas por muchos ciudadanos, como el hecho de que al tratar de acceder al sistema éste no les ha permitido empadronarse y en cambio reciben mensajes como el siguiente: ”El número de DUI y la fecha de expedición no coinciden, por favor corroborarlo e intentar de nuevo”. También se reportan otros problemas, como el no poder digitalizar las imágenes del DUI para subirlas al sistema, o que el sistema no permite subir una imagen por ser muy grande y así podemos seguir enumerando una serie de anomalías.

Por otro lado, El Salvador es el único país de la región que solo cuenta con la modalidad del voto postal desde el exterior, cuando la mayoría de países cuenta con una modalidad presencial, en recintos especialmente habilitados para emitir el sufragio el día de las elecciones. A esto se le agrega la dificultad de obtener el documento único de identidad y la falta de información oficial sobre la calendarización del proceso de empadronamiento.

Pieza fundamental
El artículo 72 de la Constitución de la República de El Salvador, establece el sufragio como un derecho fundamental de todo ciudadano y la asamblea legislativa salvadoreña aprobó el decreto No. 273 donde se expresa el derecho al ejercicio del voto en el exterior y asegura que el sufragio constituye una pieza fundamental para hacer realidad el sistema de gobierno “republicano, democrático y representativo”.

Cualquiera pensaría que en un país donde un cuarto de la población vive en el extranjero, los mecanismos para ejercer el voto en el exterior deberían haberse analizado, perfeccionado y actualizado. Algunos datos de la última elección presidencial en el 2014 reflejan que de los más de un millón 500 mil salvadoreños que viven en Estados Unidos en edad de ejercer el sufragio sólo 10,334 se empadronaron y únicamente el 0.78 por ciento pudo ejercer efectivamente el voto.

Ante esta situación se ha formado recientemente el “Comité de Acción Política Salvadoreña de Washington DC, Maryland y Virginia”, encabezado por la activista Jackie Reyes, que se ha puesto como objetivo promover el voto de los salvadoreños en el exterior.

“¿Por qué no se facilitan los mecanismos para hacer el voto en el exterior más accesible? ¿Existe algún interés de ciertos sectores o partidos para limitar la participación de votantes en el exterior?”, se pregunta Reyes, a nombre del comité.

Urge modernización
La nueva organización señala que la Carta Internacional de los Derechos Humanos establece con claridad que los derechos políticos forman parte del conjunto de derechos que gozan todas las personas en el mundo y que son inalienables, lo cual presenta un reto prioritario a las autoridades competentes para trabajar por establecer un sistema más eficaz que abarque a toda la ciudadanía.

Como punto de partida –explica el comité-, debería conocerse cuál es la situación de los ciudadanos salvadoreños en el exterior y diseñar un sistema consular que responda a ese contexto, tomando en cuenta la modernización de los métodos, sistemas y equipos para brindar un servicio rápido, eficaz y accesible desde cualquier punto en que el ciudadano se encuentre.

En segundo lugar, implementar el voto en el exterior de manera permanente sin la necesidad de empadronarse; es decir, que la información se actualice automáticamente al adquirir o renovar su DUI y en el momento en que éste cambie. Por último, el establecimiento de otras modalidades de voto como: el presencial a través de las distintas representaciones consulares y en línea, para agilizar y lograr una mayor cobertura.

Todo lo anterior –sostiene Jackie Reyes- se resume en la necesidad de analizar la realidad en la que viven los salvadoreños residentes en el exterior y en hacer efectiva la protección de los derechos que como ciudadanos les corresponde, por lo que es necesario desarrollar sistemas y procesos que permitan la integración de todos los ciudadanos tanto en el interior como en el exterior del país para estructurar una mejor sociedad salvadoreña.