Exgobernadora colombiana pide garantías por su vida
Nelly Carrión y Víctor Caycho
Washington Hispanic
“Los ataques contra mí van a ir escalando y ya me falta uno solo, que es el derecho a la vida. Pero ellos no respetan la vida y no me la van a respetar”.
Oneida Pinto
Exgobernadora de La Guajira, Colombia, en declaraciones a Washington Hispanic.
neida Pinto Pérez no es una mujer común y corriente. Hija de un padre de origen afro y de una madre indígena, es una reconocida líder de la orgullosa comunidad wayúu en Colombia, tanto que la prensa y los sectores políticos la conocen como “la princesa wayúu”.
Oneida estuvo de visita en Washington DC, para denunciar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) “la persecución política” de la que es víctima en su país, según dijo. Hasta dicha sede llegó el jueves 27 de octubre, donde expuso “la vulneración de los derechos humanos para las minorías que represento”. Al mismo tiempo, dijo que responsabiliza al estado colombiano “si me pasa algo”.
“Es que temo por mi vida”, señaló a Washington Hispanic durante una visita que realizó a nuestras oficinas de redacción el viernes 28, y llegó vistiendo una indumentaria tradicional de los “wayúu”.
Añadió que además de todos los obstáculos que le pusieron a su carrera política hasta llegar a gobernadora, y luego lograr su inhabilitación del cargo, ahora se la persigue y se le acusa de enviar mensajes amenazantes al actual gobernador interino, que Oneida Pinto denuncia como falsas y demanda una investigación a fondo.
La ex gobernadora es una trabajadora social con maestría en Administración de Negocios y Liderazgo y entró a la política al ser elegida alcaldesa del municipio de Albania durante dos períodos, de 2004 a 2007 y de 2012 a 2015. Hizo un impresionante trabajo, convirtiendo a Albania –situado en el Cerrejón, una mina de carbón a cielo abierto considerada la más grande del mundo-, en una localidad modelo en salud, educación y servicios públicos.
Sin embargo, el 18 de julio del 2014 presentó su renuncia al cargo para aspirar a la gobernación de La Guajira.
Muy pocos le daban posibilidades de triunfo y mas bien fue objeto de una serie de trabas para impedir su inscripción por el partido Cambio Radical, hasta que lo consiguió y dio la gran sorpresa en las elecciones del 25 de octubre del 2015, que ganó en forma arrolladora. Consiguió 182 mil votos de los guajiros contra apenas 70 mil de su inmediato contendor.
La “princesa wayúu” había llegado de manera brillante a gobernadora en un departamento clave de Colombia como es La Guajira.
Sólo duró cinco meses y 22 días en el cargo. Según Oneida Pinto, “me acusaron con el argumento de que yo estaba inhabilitada para aspirar a la gobernación de La Guajira porque no había renunciado un año antes, cuando las autoridades electorales de mi país me habían dado el visto bueno para seguir”.
“Me demandaron, el Consejo de Estado hizo un ‘fallo express’ y el 7 de junio de este año me notificaron de la suspensión y de la declaratoria de nulidad de mi elección”, añadió. Se vio obligada a dejar la gobernación el 22 del mismo mes.
La exgobernadora presentó una tutela ante el Consejo de Estado –máxima instancia en estos casos en Colombia-, que falló en primera instancia negando esa apelación. Oneida solicitó la impugnación del veredicto ante el mismo Consejo de Estado, fallo que está esperando.
Sin embargo, en las últimas semanas volvieron a arreciar los ataques contra Oneida Pinto, de parte de “la clase dirigente política tradicional de mi departamento”, como ella señala.
“A esos dirigentes no les conviene que yo como mujer indígena pueda seguir luchando por defender los derechos que tienen las personas que me eligieron y que yo pueda permanecer políticamente viva en mi departamento”, objetó.
“Entonces –añadió-, comenzaron los ataques penales, armaron un complot y me denunciaron que yo estaba detrás de eso, contra el señor gobernador de la Guajira. Me citó la fiscalía y entregué todas las pruebas al fiscal para que él compruebe que hay un complot en mi contra para poder sacarme de la vida política de la Guajira”.
La ex gobernadora también se reunió en Washington DC con varios congresistas demócratas y republicanos en el Capitolio, quienes expresaron preocupación por este caso.
Antes de regresar a su país el sábado 29 de octubre, la “princesa wayúu” señaló que lo hacía “con la frente en alto, porque vuelvo a mi país a defender mi vida y mis derechos políticos”.
De paso, Oneida Pinto logró una pequeña victoria al restituírsele la seguridad que se le había quitado y que el gobierno de Colombia usualmente proporciona a exgobernadores y exalcaldes por el tiempo que se considere pertinente.