Abren grupo de apoyo para afectados por cáncer

Jossmar Castillo
Washington Hispanic

esde hace décadas, grandes organizaciones científicas se han dado la tarea de buscarle una cura al cáncer, una de las enfermedades más peligrosas en el mundo y que cada año acaba con la vida de millones de personas.

Sólo en los Estados Unidos se estima que en el 2016, más de un millón 600 mil personas serán diagnosticadas con cáncer, mientras otro que medio millón morirán por esta enfermedad.

Miles de millones de dólares han sido destinados para la investigación y tratamiento de este padecimiento, pero muy poco se reserva para el apoyo físico y emocional de los pacientes desde el momento en que son diagnosticados hasta pasar por el tratamiento y luego la recuperación.

Claudia Vatandoost vivió esto en carne propia hace unos años, cuando tras una visita al doctor supo que tenía cáncer de seno. Como si el diagnóstico no fuera lo suficientemente desalentador al momento,
desde ahí supo que el camino a la recuperación no sería fácil.

“Es un proceso muy abrumador, y mucho más difícil cuando uno trata de aguantarlo solo”, dijo la mujer de origen hondureño, quien antes de la enfermedad trabajaba como maestra sustituta en las escuelas públicas del condado.

Pero de alguna manera conoció sobre Hope Connections for Cancer Support, una organización que desde 2007, como su nombre lo dice, se ha dedicado al apoyo físico y mental de las personas que padecen de cáncer y a sus familiares sin ningún costo.

“Los costos del cáncer y su tratamiento es de por sí demasiado caro como para estar cobrándole a la gente por un servicio que lo que busca es hacerlos sentir mejor”, dijo Paula Rothenberg, directora ejecutiva y fundadora de Hope Connections.

Hasta la fecha la organización ha atendido a unas 2500 personas que se benefician de cualquiera de los cinco programas que ofrecen en su sede de Bethesda, dentro de los que se incluye un grupo de apoyo completamente en español y que se extendió recientemente a una nueva sede en Landover, condado de Prince George’s.

“Estamos muy emocionados de llevar nuestros programas fundamentales a una comunidad cuya demanda no ha sido satisfecha cuando se trata de servicios médicos, emocionales y de rehabilitación para la gente con cáncer y sus seres queridos”, mencionó Rothenberg en su momento.

Actualmente el grupo de apoyo en español se reúne dos veces por mes en la sede de Bethesda y está siempre coordinado por un especialista que modera el grupo y responde las inquietudes de los participantes.

“El participar de los programas de Hope Connections ha sido como encontrar un oasis en el desierto”, dijo Claudia, quien sigue en su proceso de recuperación. Belkis Talavera también participa del grupo, y para ella, que Hope Connections tenga un grupo español, en el que ella puede expresar sus sentimientos y dudas en su idioma durante este proceso, ha sido lo mejor que le ha podido pasar.

“Si usted o un familiar padece de cáncer, no deje de visitar Hope Connections, de seguro le será de mucha ayuda”, dijo Belkis sin dudarlo.

Aparte de los grupos de apoyo Hope Connections for Cancer Support ofrece programas educativos, tiene una biblioteca física y virtual, ofrece clases de yoga, pilates y otros ejercicios físicos, y realiza actividades sociales para promover la interacción de las personas.

“Más que todo somos una comunidad de apoyo”, dijo Rothenberg, quien sueña con convertir a Hope Connections en una organización regional, debido a que son pocas las organizaciones que se dedican a brindar estos servicios y muchas las personas que lo necesitan.

El Instituto Nacional del Cáncer estima que unas 14.5 millones de personas viven más allá del diagnóstico y esta cifra aumentará a 19 millones para el año 2020.

Hope Connections for Cancer Support ofrece varios programas, entre ellos uno de mente/cuerpo y reducción de estrés. Foto: Cortesía.