Unidad en el Día de los Presidentes

EDITORIAL

omo todos los años, en una tradición que se repite desde 1971, cada tercer lunes de febrero la ciudadanía rinde homenaje a los hombres a quienes mediante el sufragio entrega la responsabilidad de conducir las riendas de la nación. Hace 45 años, el presidente Richard Nixon combinó los cumpleaños de George Washington (22 de febrero), fundador y primer presidente de los Estados Unidos, con el de Abraham Lincoln (12 de febrero), décimo sexto presidente, para constituir el Día de los Presidentes.

También estableció que la celebración de dicho feriado –que se hizo extensiva a todos aquellos que han servido al país como presidentes-, se dará el tercer lunes de febrero.

La fecha se conmemoraba anteriormente como un día festivo y por separado. El de Washington desde 1832, al cumplirse el primer centenario de su nacimiento. El de Lincoln, desde 1865, año siguiente de su asesinato.

La celebración en 2016 se da cuando el actual presidente Barack Obama se encuentra en el último año de su segundo periodo y en medio de la agitada campaña por las primarias presidenciales rumbo a la elección general de noviembre que determinará quién será su sucesor.

Washington Hispanic considera, como Obama lo recalcó el miércoles en un mensaje a la Asamblea General de Illinois –pronunciado nueve años después de dar a conocer el lanzamiento de su candidatura a la presidencia del país-, que es necesario que esta campaña retome el civismo y la unidad política, a los que tanto aspira la ciudadanía, dejando a un lado la polarización y el divisionismo en cualquiera de los lados del espectro político. Asimismo, estima que quien salga elegido nuevo presidente deberá conectar a la gente, alentarla, ser positivo y constructivo, para que Estados Unidos se mantenga como la nación líder entre quienes aman la democracia, el progreso y el desarrollo sin extremismos ni discriminación para nadie, y mucho menos con la comunidad inmigrante.