La navidad 2022 con renovadas esperanzas y nuevas emociones

Lector y lectora de la Sala Cultural: 

Ante todo, gracias por leer nuestra columna semanal, motivada y orientada a promover las expresiones culturales de Latinoamérica, particularmente en Los Estados Unidos de América. Pero abierta a toda propuesta estética seria, respetuosa del idioma y del acervo cultural de nuestro público. No se trata de ser erudito, sino, sincero y honesto con el decir.

 

El mundo está agitado y tiene un cruento conflicto en Ucrania que cada día devora decenas de otros iguales a nosotros, pero con idioma y costumbres distintas, pero que mueren igual. Con la diferencia que ellos están siendo asesinados cada día. Preciso que, en la medida en que la tecnología bélica se va perfeccionando, así es la cantidad de personas que mueren “profilácticamente”, o como dicen: casualidades de guerra. ¡Vaya carcajada que ha de soltar la muerte!

 

Pero no todo fue trágico en este año, también se tuvo la alegría del campeonato mundial de fútbol. Ganó Argentina en un partido que provocó ansiedades y lágrimas. Los rostros que han quedado grabados en los miles de cortos de internet y o programas especiales dan cuenta de lo frágiles que estamos, como humanos, de la esperanza (de ganar), temor (de perder), ansiedad de darle un sentido a la vida, deseo de creer en el otro (Messi como prototipo del que nos salva) y la conciencia de evadirse en una batalla que se vive en pantalla, pero que es tan solo un símil de lo que vivimos día a día, con las mismas emociones encontradas.

 

En el hemisferio norte de América, el invierno está llegando con fuerza y en el Sur de América el calor está entrando poco a poco, como pidiendo permiso. Allá las cosas están complicadas, pero aquí, en Los Estados Unidos de América, también están difíciles. Allá se lucha a brazo partido por ideologías, aunque deberían hacerlo contra el hambre y pobreza endémica. Aquí, en el Norte, con la desesperación de que “los otros” están entrando o quieren entrar ilegalmente y es causa suficiente para restregarles los muros en sus rostros. Tanto allá como aquí, estamos jodidos.

 

Pero no quiero traer el cielo oscuro sobre esta columna, aunque no es correcto negar la negrura que nos acecha. Ahora quiero hablar del año en que todos crecimos culturalmente, conociendo nuevos puntos de vista, nuevas ofertas estéticas; artistas que contribuyen a hacer digerible este mundo a través de su manera particular de interpretar o reinterpretar la realidad. Esa realidad que nos lacera, desafía y deprime. Ellos o ellas la transmutan para que el vulgo, yo con ellos, la procesemos y comprendamos.

 

Menciono algunas heroínas y héroes que, sin capa, pero con carácter y buena pluma, nos salvan de la mediocridad de vida que el sistema “de ser por el tener”, nos tuerce y fuerza a mirar al piso, ellas, salvadores del año, son: Claudia Zavala con su cruzada de rescatar y visibilizar la lucha limpia y tenaz de mujeres migrantes que se sobreponen a desafíos asombrosos. Y Tania Primavera Preza Díaz, quien con su exquisita sensibilidad nos muestra a un cotidiano San Salvador que torea, día a día, la muerte. 

 

Este año se dio noticias del poeta Josué Andrés Moz, cuyo talento es su propio desafío. La novelista ecuatoriana Margarita Dager-Uscocovich con su obra oscura que aclara siniestros ambientes. La peruana Ani Palacios con su extraordinario libro de “relatos sórdidos” que abordan casos que, a veces, desgarran mentes, pero que concientizan corazones. Y del inmortal Salvador “Chamba” Juárez, exquisito poeta del pueblo salvadoreño. 

 

Supimos del Colombiano Carlos de Jesús Olave Gulfo, quien, desde su posición en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, hace espacio a la producción literaria latinoamericana. También se dio a conocer el documental “La Manplesa”, sobre la cruzada incendiaria de los salvadoreños y afroamericanos en el centro de Washington, D.C., y el largo metraje “Antes la Lluvia” de la directora salvadoreña Brenda Vanegas.

 

El joven pintor salvadoreño Rafael Rodríguez, quien brega en la vida con su talento como brújula. También se publicó sobre la portentosa obra de los maestros pintores: Marco Valencia, Henry Ramírez, David Duke Mental, Miguel Ángel Ramírez y Nicolás Shi.

 

El escritor mexicano-salvadoreño Gabriel Otero llegó invitado a la Sala Cultural y serán publicados varios de sus artículos. Se dio a conocer la obra literaria de Neris Amílcar Hernández, salvadoreño que vive en Los Ángeles, California. También artículos de plumas refinadas como los peruanos Armando Alzamora, Oswaldo Díaz Chávez y Paulo Piaggi; y los poetas centroamericano Otoniel Guevara, Vladimir Monge y Carlos Parada.

 

Gracias a todos, a los escritores, pintores, gestores culturales, cineastas, Magister, Doctores, legos pero inspirados en la fe, lectores y amantes del buen decir. ¡Feliz navidad 2022!

 

* Escritor de la diáspora salvadoreña en Washington DC, Magister en Literatura Hispanoamericana. Colaboraciones enviarlas a: egpinedar@gmail.com