La música favorece el lenguaje y la memoria

Redacción
Washington Hispanic

a fisiología cerebral recibe beneficios cuando se aprende a tocar un instrumento, debido a que para lograr una gran velocidad en los dedos, un músico necesita un gran entrenamiento mental.

Su primer acercamiento con la música se dio a los 11 años de manera autodidacta. Toca más de 25 instrumentos de percusión, cuerda y vientos; y, ha llevado la música peruana fusión a escenarios de Europa, Asia, Estados Unidos y Canadá. Un ejemplo de que el aprender a tocar instrumentos musicales puede ser beneficioso. Y por si se lo pregunta, ese pequeño niño de padre cuzqueño y madre huanuqueña que se acercó a la música a modo de juego es Lucho Quequezana.

La música es un medio de expresión y “compone los ánimos descompuestos y alivia los trabajos que nacen del espíritu”, decía el escritor español Miguel de Cervantes Saavedra. Debido a su papel primordial en el ser humano, la música es utilizada como una terapia para mejorar las habilidades lectoras y de escritura, sobre todo en personas con dislexia.

Los procesos mentales implicados en la ejecución de la música se asocian con la plasticidad estructural y funcional del cerebro que confirma que este puede ser modelado a través de la experiencia. Lutz Jäncke, profesor del Instituto Tecnológico de Zúrich, señala que la música como terapia neuropsicológica ayuda a “mejorar las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial”. Siendo esta última la capacidad que nos permite percibir de forma detallada el mundo y formar imágenes mentales de los objetos.

Nina Kraus, a cargo de la investigación de Universidad de Northwestern, realizó un estudio que involucró a cientos de niños de secundaria de Los Ángeles y Chicago. Los resultados del estudio determinaron que aprender música podría mejorar la concentración, memoria y enfoque de los niños en el salón de clases, al mejorar sus funciones neurales. Como parte de la investigación, los niños recibieron lecciones de grupos de música regularmente por cinco o más horas a la semana. Este entrenamiento mejoró sus habilidades de lectura.

Terapia musical. Las regiones cerebrales implicadas en el procesamiento de la música son necesarias para otras tareas como la memoria o habilidades del lenguaje. “Si la música tiene una fuerte influencia en la plasticidad del cerebro, es posible que este mismo efecto pueda utilizarse para mejorar el rendimiento cognitivo”, menciona Jäncke.

La fisiología cerebral recibe beneficios cuando se aprende a tocar un instrumento, debido a que para lograr una gran velocidad en los dedos, un músico necesita un gran entrenamiento mental. El psicólogo estadounidense Anders Ericsson determinó en una serie de investigaciones que se debe aplicar la “regla de los diez años” y “la regla de las 10 mil horas”, que explican que se requiere al menos diez años o 10 mil horas de practica para lograr un nivel de experto en el desempeño de cualquier disciplina.

Ventajas. La práctica de un instrumento musical ayuda, también, a la mejora del estado anímico y la relación con los pares. Carolyn Phillips, autora de Twelve benefits of music education, manifiesta que en el terreno individual, tocar un instrumento convierte a quien lo hace en una persona metódica que cuida los detalles, planifica bien las tareas y tiene mayor capacidad de atención. El contacto con la música ayuda también a asumir riesgos y aporta seguridad y autoconfianza.

Tome nota. Si quiere que su hijo inicie con el aprendizaje de un instrumento musical, los especialistas sugieren que sea él mismo quien elija. El estudio de las artes desde pequeños puede ofrecerles un mayor conocimiento de otras culturas, mediante el desarrollo de la compasión y la empatía.