El Poder de la Ficción en las novelas de Margarita Dager-Uscocovich

Por Grego Pineda*

 

La ecuatoriana-estadounidense, Margarita Dager-Uscocovich, es escritora, poeta, crítica de arte, intérprete bilingüe y defensora de los derechos de los refugiados y de las mujeres. Sus años que vivió en diferentes países de Europa y América, le han permitido desarrollar esa empatía especial que trasluce en sus obras, con los más vulnerables y que necesitan que su drama humano sea visibilizado.

 

Mi obra, dice Margarita Dager, «tiene un compendio de romance, odio, tragedia, sexo y crueldad, tiene vivencias en su máximo nivel, pero yo dosifico la entrega, incluso hay escenas sublimes, aunque parezca paradójico. Tiene lo suficiente para que el lector y yo nos comuniquemos en un plano literario, es cierto, pero más que eso en un plano humano, de conciencia y hasta espiritual, si se piensa mejor».

 

La novelista Margarita Dager-Uscocovich, vive intensamente sus libros, es decir, concibe la idea de ser caja de resonancia de algo que le aguijonea su conciencia, su sensibilidad humana y que, como queda dicho, por su camino de vida y vastas lecturas, ha conocido escabrosos casos que sólo se pueden asimilar por medio de la ficción, ya que, de lo contrario, exigirían una presencia policial inmediata, y un psicólogo a mediano plazo. El lector absorbe y es absorbido por la narrativa tejida en cada libro.

 

Su última novela, «Las queremos vivas», es una lectura obligada para estos tiempos. Las múltiples escenas, personajes y contextos son ficciones que abordan un problema social real, verdadero. Pero la maestría de Margarita Dager nos protege de la crudeza y sentido de culpabilidad social, cuando su narrativa toma respiro en momentos en que la trama es demasiada densa y sórdida. La obra nos devela la oscuridad del negocio ilícito del tráfico sexual y sus perversas aristas

 

No es fácil escribir sobre los temas escogidos por Dager-Uscocovich, pero alguien debe hacerlo, y la valentía y coraje de la novelista queda manifiesto en sus dos novelas y muchos cuentos, crónicas y reseñas que van quedando publicadas en su andar ciudadano. La mayoría conocemos de su temática a través de las noticias que dicen algo, pero que ocultan más, sobre la trata de blancas, tráfico sexual, sobrevivientes o aún víctimas de delitos que hieren a la colectividad.

 

La otra novela, «No es tiempo de morir», con temática distinta a la ya mencionada, fue premiada en varias ocasiones en el año 2019, así como su versión en inglés en el año 2020. La obra nos transporta a la dura realidad de la guerra en Siria, pero, más que todo a la crueldad que experimentan los niños y mujeres como armas de guerra, en donde sus derechos son violentados de forma alarmante.

 

Tuve el gusto de leer las obras de Dager-Uscocovich y el vaivén de emociones durante la lectura fue más excitante que vegetar frente a una serie de televisión con ficciones digitales vacuas. Y le comenté esta impresión a ella, quien con modestia de lectora asidua y acuciosa me respondió: «No hay libro malo, sino, lector malo». Y amplío yo: Hay lector con poco tiempo de concentración, sin paciencia, sin disciplina de lectura.

 

La novelista reside en Charlotte, Carolina del Norte, y tiene una presencia notable y meritoria en la opinión pública latinoamericana, gracias a su constancia en publicar reseñas, artículos y opiniones en varios medios latinos, tales como: Editoriales del Mundo Latino Newspaper, La Nota Latina Miami y también en Ecuador en varios importantes medios periodísticos.

 

Las novelas mencionadas pueden ser adquiridas a través de Amazon y pueden seguir a la novelista en las redes sociales. Su obra está presente entre los Escritores Latinos en Estados Unidos de América que continúan escribiendo en español, con lo cual contribuyen al empoderamiento y crecimiento cultural de nuestra comunidad.

 

(*) Escritor, Magíster en Literatura Hispanoamericana, Abogado y Notario salvadoreño.