Clorinda Matto de Turner y la novela «La Cabaña del tío Tom»

Grego Pineda*

 

Clorinda Matto de Turner, escritora peruana, generó agitación social y ataques que forzaron su autoexilio en Argentina, hasta su muerte en 1909, con la publicación de su novela Aves sin Nido en 1889. Similares pasiones mezquinas habían provocado la novela La Cabaña del tío Tom en 1852 en Los Estados Unidos de América. Ambas mujeres dieron cátedra de valor, conciencia social y talento: marcaron época.

 

Francesca Denegri, investigadora académica, haciendo un recuento de los ataques contra Clorinda Matto, en su icónico libro El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres ilustradas en el Perú, menciona que varios apólogos de la cuzqueña escribieron a su favor desde Buenos Aires, Santiago, Guayaquil y Bogotá y hubo alguno que comparó la novela con La cabaña del tío Tom, de Harriet Beecher Stowe, por el impacto social.

 

La vez más importante que se comparó a la novela Aves sin nido con la novela La Cabaña del tío Tom fue el 18 de febrero de 1904, por el Agente de la Sociedad Americana de la Biblia para las repúblicas del Río de la Plata, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador, señor Andrew M. Milne, quien escribió el prefacio que acompañó la primera edición de la traducción al inglés de Aves sin nido.

 

La versión en inglés se tituló: Birds without a nest: A Story of Indian Life and Priestty Oppression in Peru, publicada en Londres por Charles J. Thynne, traducida del español por J. G. H. Dicha edición se hizo en memoria de Albert Merriam Hudson, «quien fue siempre el amigo leal y defensor incondicional de los oprimidos y de los tratados mal por personas en el poder, este trabajo está dedicado amorosamente por el traductor, J. G.H.».

 

Es importante destacar que la motivación para traducir la obra de Clorinda Matto al inglés era reivindicar la vida de un luchador en beneficio de los desprotegidos y oprimidos, con lo que implícitamente se estaba reconociendo a Matto y su obra como de interés y ejemplo reivindicativo y a ella, como a Albert Hudson, una leal amiga y defensora incondicional de los oprimidos y abusados por parte de las personas con poder.

 

El prefacio de la traducción al inglés de Aves sin nido decía: «Cuando la Sra. Harriet Beecher Stowe escribió su “Cabaña del tío Tom”, tenía la fe y el fervor de una gran nación cristiana detrás de ella. La señora Turner estaba sola en su primer esfuerzo. Nacida y educada como católica romana, y sin esa apreciación del Evangelio que tiene hoy, se atrevió a publicar y dar a conocer su librito que despertó toda la oposición religiosa y la persecución que se le podía presentar».

 

Es importante destacar dos aspectos: Clorinda Matto estaba sola en su cruzada a favor de los indígenas oprimidos y abusados; y tenía oposición y persecución por tales pretensiones reivindicativas, lo que doblaba su soledad y vulnerabilidad. Esta situación de oposición y persecución también la vivió la autora de La Cabaña del tío Tom, pero sin la insidiosa participación de la Iglesia.

 

Tanto La Cabaña del tío Tom y Aves sin nido parten de un concepto altruista del amor al «Otro», el cual se define dentro de las jerarquías sociales de las respectivas sociedades de la época, es decir, se convierte en un paternalismo cuyos sujetos letrados hablan por, pero también en vez de los «Otros». Se trata de proyectos reivindicativos respecto de las «razas» explotadas.

 

Las dos escritoras muestran su afán de integrar los grupos étnicos en la nación, tanto a nivel socio-económico como espiritual, ha sostenido Friedhelm Schmidt-Welle. Precisamos que la intención de Clorinda Matto era mejorar las condiciones de vida de los indígenas y mujeres, mediante su inserción en el proceso de modernización.

 

Al inicio del siglo XX, la imagen como escritora de Clorinda Matto se agigantaba al ser comparada con Harriet Beecher Stowe, debido a la importancia y popularidad de esta última, especialmente por la trascendencia histórica, política y social de la canónica novela La Cabaña del tío Tom.

 

No exageramos al decir que haber comparado a Matto con Beecher era agigantarla, porque a principios del siglo XX no se apreciaba a Clorinda Matto en el Perú ya que, por ejemplo, José de la Riva Agüero en su obra Carácter de la literatura del Perú independiente (1905) dijo que la autora no tenía vocación para la novela. El movimiento indigenista de la década de los años veinte la olvidó y José Carlos Mariátegui la excluyó de la lista de autores peruanos auténticos.

 

Entonces, con Clorinda Matto de Turner y su obra, se cumplía lo que la sabiduría popular repite que «nadie es profeta en su propia tierra». De ello da fe la exitosa carrera literaria que sí desarrolló en la República de Argentina, donde se reconoció, apoyó y valoró su labor intelectual hasta el final de sus días. Ahora el Perú tiene la oportunidad de conocer, valorar y honrar el legado mattiano. No obstante, Clorinda Matto de Turner ya es Universal.

 

*Escritor salvadoreño-estadounidense. Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Católica del Perú.