LO ÚLTIMO del tiroteo en una escuela primaria de Texas

Un joven armado irrumpió en una escuela primaria el martes en Uvalde, Texas, y mató a 19 niños y dos maestras en el tiroteo escolar más mortífero de Estados Unidos en casi una década.

Agentes de policía mataron al agresor, que posteriormente fue identificado como Salvador Ramos, un residente de la localidad de 18 años de edad. Él baleó a su abuela y explicó sus violentos planes en mensajes privados en línea poco antes de perpetrar la masacre en la escuela primaria Robb. Los investigadores dicen desconocer algún motivo del ataque.

Este es un vistazo de lo que se sabe hasta ahora:

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¿QUÉ PASÓ EN UVALDE?

El agresor baleó a su abuela de 66 años en la cara en la vivienda que compartían en Uvalde, y posteriormente huyó en la camioneta de la mujer mientras ella pedía ayuda, de acuerdo con el gobernador Greg Abbott, el director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steve McCraw, y otros funcionarios.

A poca distancia de allí, Ramos estrelló la camioneta afuera de la escuela, salió con un fusil y se acercó a una puerta trasera, añadieron las autoridades. Dijeron que un policía asignado a la escuela “enfrentó” a Ramos, pero el agresor se metió al plantel y caminó por un pasillo hasta llegar a un aula de cuarto año. Luego de ponerle el cerrojo a la puerta del salón de clases, comenzó a disparar a eso de las 11:30 de la mañana con un fusil tipo AR-15, y llevaba consigo varios cargadores.

Un equipo que incluía a policías locales y agentes de la Patrulla Fronteriza finalmente logró abrir la puerta y mató a tiros a Ramos luego de que él les disparó, informó la policía.

Otros policías y socorristas rompieron algunas de las ventanas de la escuela para que los profesores y estudiantes pudieran escapar.

Ramos portaba un chaleco táctico, aunque no era blindado, de acuerdo con senadores estatales que dijeron haber sido informados sobre el incidente. Había otro fusil tipo AR-15 en su camioneta, y se encontró una mochila con varios cargadores llenos de balas en la entrada de la escuela.

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¿QUIÉNES ERAN LAS VÍCTIMAS?

Las autoridades no han divulgado los nombres de las víctimas, pero sus familias ya proporcionaron información sobre ellas.

Eliahna Garcia era una niña extrovertida de 10 años a la que le encantaba cantar, bailar, practicar deportes y estar con su familia, de acuerdo con su tía Siria Arizmendi. Uziyah Garcia tenía apenas 8 años y era “el niño más lindo que he conocido”, dijo su abuelo Manny Renfro, recordando cómo el chico ya era capaz de dominar los patrones de pases de fútbol americano.

Xavier Javier Lopez, de 10 años, esperaba poder nadar en el verano, comentó su prima Lisa Garza. Entusiasta y cariñoso, estaba “simplemente disfrutando de la vida, sin saber que esta tragedia iba a ocurrir hoy”, expresó.

Layla Salazar, de 10 años, era una corredora veloz que había ganado seis carreras en el día de campo de la escuela.

“Era muy divertida”, señaló su padre, Vincent Salazar, recordando cómo bailaba en videos que subía a TikTok y cantaba con él “Sweet Child O’Mine”, de Guns N’ Roses, todas las mañanas de camino a la escuela.

Jailah Nicole Silguero, de 10 años, no quería ir a la escuela el martes y parecía presentir que algo malo iba a pasar, comentó su madre Veronica Luevanos a la cadena Univisión. El primo de Jailah también falleció en el tiroteo.

Eva Mireles, de 44 años, llevaba 17 años dando clases, de acuerdo con una carta de bienvenida dirigida a los estudiantes que escribió el año pasado. Ella y su esposo, un agente de policía escolar, tenían una hija adulta.

Mireles escribió que le gustaba salir a correr y hacer senderismo, y una de sus parientes, Amber Ybarra, dijo que tenía un espíritu aventurero.

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¿QUIÉN ERA EL AGRESOR?

Las autoridades indicaron que el agresor se llamaba Salvador Ramos, de 18 años de edad. Vivía en Uvalde, una localidad predominantemente latina de unos 16.000 habitantes en un área agrícola a unos 120 kilómetros (75 millas) de la frontera con México y a unos 135 kilómetros (85 millas) de San Antonio.

Ramos no tenía antecedentes penales ni historial de problemas de salud mental, señaló Abbott. Había abandonado los estudios en la secundaria.

En la media hora previa al tiroteo escolar, Ramos utilizó Facebook para decir que iba a balear a su abuela, luego puso que ya lo había hecho, y después escribió que iba a disparar contra una escuela primaria, sin especificar cuál, indicaron funcionarios.

Facebook dijo que los textos de Ramos eran mensajes privados que salieron a la luz después del incidente.

Los investigadores también han estado revisando una cuenta de Instagram que al parecer era de Ramos. En los días previos al tiroteo, publicó una fotografía en la que aparece una mano sosteniendo un cargador y otra en la que se veían dos fusiles tipo AR-15. La cuenta pidió a otra usuaria de la red social que compartiera la segunda fotografía con sus 10.000 seguidores, a lo cual la usuaria se negó diciendo que daba “miedo” y que apenas lo conocía.

En la mañana de la masacre, la cuenta vinculada con Ramos le mandó un mensaje siniestro: “Estoy a punto”.

Instagram rechazó responder a preguntas sobre las publicaciones.

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¿DE DÓNDE PROCEDE EL ARMA?

El joven adquirió legalmente sus armas poco después de cumplir 18 años y días antes del ataque, les dijeron funcionarios policiales a los legisladores estatales.

Compró un fusil de una tienda de armas que tenía licencia federal en la zona metropolitana de Uvalde el 17 de mayo, de acuerdo con el informe de las autoridades entregado al senador estatal John Whitmire. El 18 de mayo, el joven adquirió 375 balas. Dos días después, compró el segundo fusil.

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¿QUÉ NO SE SABE?

Las autoridades no han divulgado la lista completa de las víctimas, ni muchos detalles importantes sobre el ataque.

Entre ellos: qué ocurrió entre Ramos y el agente de la escuela que lo enfrentó por primera vez; quién vio los mensajes en línea atribuidos a él; cuál es su historia, si es que había una, con la primaria Robb, y por qué decidió cometer la masacre.

“No vemos un motivo o catalizador ahora mismo”, comentó McCraw el miércoles por la tarde.

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¿CUÁNTOS TIROTEOS MASIVOS HA HABIDO EN LAS ESCUELAS DE ESTADOS UNIDOS?

Se han producido 14 tiroteos que han dejado cuatro o más víctimas en las escuelas y universidades de Estados Unidos desde 1999, cuando dos estudiantes mataron a 12 de sus compañeros y a un docente en la escuela secundaria Columbine en Colorado ese año. Eso de acuerdo con una base de datos recopilada por The Associated Press, USA Today y la Universidad de Northeastern, y otros informes de la AP. En esos ataques masivos han muerto 169 personas en total.

La masacre en Uvalde fue la más mortífera desde diciembre de 2012, cuando 20 estudiantes de primer año y seis profesores perdieron la vida en la escuela primaria Sandy Hook de Connecticut, a manos de un hombre que acababa de matar a su madre.

En 2007, un estudiante de Virginia Tech mató a tiros a 32 personas.

A estas alturas es tan predecible como las peticiones de oraciones y pensamientos: un tiroteo masivo deja muchos muertos, y poco después de la matanza llegan las teorías conspirativas descabelladas y la desinformación.

Ocurrió después de Sandy Hook, después de Parkland, después del tiroteo en un club nocturno de Orlando y tras el ataque de este mes a un supermercado en Buffalo. En cuestión de horas tras la balacera del martes en una escuela de Uvalde, Texas, comenzó otro brote en el que usuarios de internet compartían afirmaciones sin base sobre el hombre identificado como agresor y sus posibles motivos.

En Twitter, Reddit y otras plataformas de medios sociales aparecieron con rapidez afirmaciones infundadas de que el tirador era un inmigrante que vivía de forma ilegal en Estados Unidos, o una persona transgénero. Iban acompañadas de teorías conspirativas ya conocidas que sugerían que todo el tiroteo había sido preparado de alguna manera.

Las afirmaciones reflejan problemas más amplios con el racismo o la intolerancia hacia las personas transgénero, y son un esfuerzo por atribuir el tiroteo a minorías que ya sufren altas tasas de acoso en internet y crímenes de odio, según el experto en desinformación Jaime Longoria.

“Es una táctica que sirve a dos propósitos: evita las conversaciones reales sobre el problema (de la violencia armada) y da a la gente que no quiere enfrentar la realidad un chivo expiatorio, les da alguien a quien culpar”, dijo Longoria, director de investigación en la Disinfo Defense League, un grupo sin fines de lucro que trabaja para combatir la desinformación racista.

En cuestión de horas tras el crimen se hicieron virales publicaciones que afirmaban falsamente que el tirador vivía en el país de forma ilegal. Algunos usuarios añadieron detalles pintorescos como que estaba “huyendo de la Patrulla Fronteriza”.

“Era un extranjero ilegal buscado por asesinato de El Salvador”, decía un tuit con cientos de retuits y ‘me gusta’. “Esto es sangre en las manos de Biden y nunca debería haber ocurrido”.

El hombre que según las autoridades hizo los disparos, Salvador Ramos, de 18 años, es un ciudadano estadounidense, según dijo el martes en una conferencia de prensa el gobernador de Texas, Greg Abbott.

Otros usuarios de medios sociales utilizaron imágenes de internautas inocentes para identificarlas falsamente como el agresor y afirmar que era transgénero. En el foro 4Chan, los usuarios compartieron la foto y comentaron un plan de describir al agresor como transgénero, sin ninguna prueba para ello.

Un tuit que después fue borrado mostraba una foto de una mujer trans con una botella verde junto a la boca, que miraba a la cámara y con unos auriculares en una oreja.

“ÚLTIMA HORA: LA IDENTIDAD DEL TIRADOR SE HA REVELADO”, afirmó el usuario, que empleó un término peyorativo para afirmar que el agresor era una mujer trans con un canal en YouTube.

Nada de eso era cierto. La imagen mostraba en realidad a una mujer trans de 22 años llamada Sabrina, que vive en Nueva York. Sabrina, que pidió que no se publicara su apellido por privacidad, confirmó a The Associated Press que la foto era suya y dijo que no estaba relacionada con la supuesta cuenta de YouTube.

Sabrina dijo haber recibido acoso en medios sociales, especialmente mensajes que la acusaban de ser la autora del tiroteo. Ella respondió a varias publicaciones que difundían la imagen pidiendo que se borrasen los posts.

“Toda esta odisea es simplemente espantosa”, dijo Sabrina a AP.

Otra foto muy difundida mostraba a una mujer trans con una sudadera de Coca-Cola y una falda negra. Una segunda imagen mostraba a la misma mujer con una camiseta negra de la NASA y una falda roja. Ninguna de esas imágenes mostraban al tirador, sino a una usuaria de Reddit llamada Sam, que confirmó su identidad a AP el miércoles. AP no emplea el apellido de Sam para proteger su privacidad.

“No soy yo, yo ni siquiera vivo en Texas”, escribió Sam en un post en Reddit.

Las autoridades no han publicado ninguna información sobre la sexualidad o identidad de género del agresor.

El congresista de Arizona Paul Gosar incluyó las dos afirmaciones sin base sobre Ramos en un solo tuit, ahora borrado, en el que también escribía mal su nombre. “Es un extranjero ilegal transexual izquierdista llamado Salvatore Ramos”, tuiteó Gosar el martes por la noche.

La oficina de Gosar no respondió a un mensaje pidiendo comentarios.

En algunos casos, la desinformación sobre tiroteos masivos u otros eventos es difundida por usuarios bienintencionados que intentan ayudar. En otros casos, puede ser una labor de estafadores que intentan iniciar recaudaciones de fondos fraudulentas o llamar la atención sobre su web u organización.

Luego están los trolls que parecen hacerlo por diversión.

Comunidades en los márgenes de internet, como 4chan, a menudo aprovechan tiroteos masivos y otras tragedias como una oportunidad para sembrar el caos, engañar al público y promocionar mensajes dañinos, según Ben Decker, fundador y director general de la consultora de investigaciones digitales Memetica.

“Para ellos es muy intencionado y deliberado celebrar estos incidentes para influir también en cuáles son las conversaciones principales”, dijo Decker. “Hay un deseo nihilista de probarse a uno mismo en esta clase de comunidad engañando con éxito al público. De modo que si uno puede liderar una campaña que lleva a un resultado como este, gana una cierta credibilidad en el grupo”.

Para las comunidades que sufren el grueso de estos malignos ataques en internet, sin embargo, las acusaciones falsas conllevan temor a violencia y más discriminación.

Algo tan aparentemente inocuo como un comentario tránsfobo en medios sociales puede desencadenar un acto de violencia contra una persona trans, explicó Jaden Janak, doctorando en la Universidad de Texas y profesor en el Centro de Estudios Transgénero Aplicados.

“Estos niños y adultos que fueron asesinados ayer estaban simplemente viviendo su vida”, dijo Janak el miércoles. “No sabían que ayer sería su último día. Y de forma similar, como personas trans, ese es un temor que tenemos todo el tiempo”.