Denuncian abusos en colegio de presidente argentino

Washington Hispanic

AP

ufino Varela estaba afligido, confundido, cuando a los 12 años le contó al capellán de su escuela que había sido abusado sexualmente por un albañil en la casa de su familia.

En lugar de ayudarlo, cuenta Varela, el cura Finnlugh Mac Conastair le bajó los pantalones, le manoseó las nalgas y los genitales y luego le azotó en una habitación situada debajo de la capilla de uno de los colegios más prestigiosos de Argentina. Después, el cura irlandés, conocido como “padre Alfredo”, le ofreció caramelos y le dijo que debían mantener lo sucedido como un secreto con Dios.

“Yo había ido a pedir ayuda, pero sentía que era como un castigo que me daba Dios”, expresó Varela a The Associated Press. “Tengo el recuerdo de haber vuelto a la clase, guardar el llanto y volver a casa y no hablar tampoco”.

Mantuvo el secreto casi cuatro décadas. Pero finalmente habló del tema hace algunos meses, abriendo las puertas a más denuncias de exalumnos que dicen haber sido víctimas de abusos por parte de religiosos en el colegio donde estudiaron el presidente Mauricio Macri y otros miembros de la elite argentina.

El escándalo es uno de varios que involucra a religiosos en la patria del papa Francisco, quien prometió una política de “tolerancia cero” con los abusos que han estremecido a la institución en todo el mundo.

Si bien el pontífice no tuvo relación alguna con lo denunciado por Varela–ya que en el momento de lo ocurrido encabezaba la orden jesuita, ajena a la escuela–, el exalumno dice que recibió una llamada del papa este año tras hablar públicamente de lo que había sido víctima.

El Colegio Cardenal Newman fue fundado en 1948 por los Hermanos Cristianos, una orden religiosa con más de dos siglos de vida que se enfocaba en la educación de los desamparados. En los últimos años se enfrentó a denuncias de abusos ocurridos en varias de las escuelas que administra en todo el mundo.

Cuando se produjo el encuentro entre Varela y Mac Conastair, en 1977, este colegio socialmente conservador había pasado a ser una especie de refugio para los hijos de los ricos.

Varela dice que decidió confrontar a los directivos del Newman en relación a su caso tras escuchar que el colegio planeaba añadir una corona al león de su escudo de armas en honor a Macri, quien egresó de allí en 1976 y fue elegido presidente en el 2015.

“En lugar de una corona dorada, deberían pensar en una corona de espinas en recuerdo de aquellos alumnos que sufrieron actos aberrantes”, sostuvo Varela.

Agregó que el rector del colegio, Alberto Olivero, se reunió con él, le ofreció terapia psicológica y trató de convencerlo de que no hiciese pública su denuncia. El colegio se negó a comentar el tema e indicó que todo lo que tenía que decir figura en comunicados.

Frustrado con la actitud del centro educativo, Varela habló con el diario La Nación en diciembre del 2016 y comenzó a escribir sobre el tema en Facebook.

En febrero sonó su teléfono. Del otro lado estaba el papa Francisco, quien le expresó su solidaridad y le ofreció disculpas en nombre de la iglesia. “Estoy con usted, rezamos por usted”, le dijo, según relata Varela. “Tiene que ser consciente de que es un eslabón muy importante en una cadena que está rota”.

El Vaticano no confirma y desmiente esas llamadas, aunque dice que son parte de la tarea pastoral del pontífice.

Varela afirma que una veintena de ex alumnos se pusieron en contacto con él y describieron abusos similares a manos de Mac Conastair, un pasionista, y de al menos otro sacerdote de los Hermanos Cristianos del colegio. Al menos cuatro ex estudiantes dijeron a la Associated Press haber sufrido o sido testigos de abusos. Los dos religiosos involucrados en estas denuncias han muerto.

Pedro Ellis declaró a la AP que tenía unos 14 años cuando Mac Conastair lo llamó a su habitación para darle una charla sobre educación sexual. “Con la excusa de chequear cómo estaba mi aparato reproductor, me hizo desnudar de forma entera”, manifestó. “Me acostó boca abajo en la cama de él, y me tocó primero las nalgas y sin decirme nada me introdujo uno o dos dedos en mi recto”.

Ellis, quien hoy tiene 52 años, dice que está analizando la posibilidad de pedir una compensación económica por el abuso.

Julio Castaño dijo que el capellán, a quien consideraba un “representante de Dios en la tierra”, lo llamó a su habitación en 1979, cuando tenía 12 años, y le pidió que se provocara una erección. Luego lo toqueteó.

Señaló que decidió hablar del tema porque “hay una necesidad de sanar, sacar para afuera, sacar esa mochila de encima y la esperanza de que esto sirva a más gente…que no se repita”.

Otro ex alumno afirmó que el hermano John Derham lo sentó en su falda en la biblioteca de la escuela y lo besó en la boca. Un cuarto ex alumno, Guillermo Newbery, de 68 años, dijo a la AP que vio cómo Derham hacía sentar a los alumnos en su falda durante las clases. “Vi caricias que eran excesivas… Llamaba a dar la lección a los chicos bonitos y los sobaba mientras estaban sentados en sus faldas; los acariciaba, era algo muy molesto e improcedente”, sostuvo.

Newbery dijo que le contó a los padres lo sucedido en 1963 y que ellos hicieron la denuncia ante la Asociación de Padres del colegio. Derham falleció en 1986.

Cuando Varela ventiló su denuncia en la prensa, Olivero envió una carta a la comunidad del Newman y reconoció el abuso de al menos un estudiante hace 40 años.

Se colocó una copia de la carta en el ingreso al colegio. Sin dar nombres, dice que “el Instituto de Hermanos Cristianos pide disculpas sin reservas a todos aquellos exalumnos que, en esos años, pudieron haber sido lastimados como resultado del comportamiento inadecuado e injustificable de este sacerdote, quien oficiaba de capellán del colegio”.

El director de los Hermanos Cristianos en América Latina, Hugo Cáceres, le envió una carta a Varela expresando “su mensaje de solidaridad y compasión cristiana a todas las víctimas de abusos que tuvieron lugar hace más de 30 años en el Colegio Cardenal Newman”.

Cuando se produjo el abuso de Varela, el rector era John Burke, un irlandés que estuvo a cargo del Newman de 1979 a 1996. Posteriormente fue designado miembro de la comisión de los Hermanos Cristianos para el bienestar de los niños en Europa.

Burke confirmó que supo de la denuncia del abuso en 1980, pero que no supo la identidad de la víctima hasta que Varela hizo su denuncia pública.

“Hacia el final del año escolar de 1980, me informaron de una denuncia de comportamiento inadecuado del capellán del colegio hacia un alumno cuya identidad no se conocía o no me fue revelada”, manifestó Burke en una declaración a la AP.

No estaba claro cómo se enteró Burke del caso, aunque Varela dijo que en una ocasión le habló del asunto al hermano Desmond Finnegan, quien le aconsejó que no dijese nada y que rezase por el capellán.

En un extraño giro, Burke dijo que pidió asesoría sobre el caso a un juez de menores que resultó ser el padre de Varela.

“Entiendo su sorpresa al oír que yo había hablado con su padre sobre el cura”, le escribió Burke a Varela en junio del 2016. Varela dijo que su padre falleció sin haberse enterado de que la víctima del abuso había sido su propio hijo.

Burke le dijo a AP que tomó “inmediatamente medidas que considero apropiadas para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los alumnos en la escuela y de toda persona que entrase en contacto con el capellán”.

Las medidas incluyeron “la expulsión inmediata del capellán dispuesta por su superior religioso y el obispo de la diócesis”.

Documentos obtenidos por la AP indican que Mac Conastair fue transferido a la vicaría de San Cayetano, pero no se sabe si tuvo contacto con otros menores antes de morir en 1997.

Expertos en abusos por parte de sacerdotes dicen que las medidas tomadas por Burke fueron significativas porque en la década de 1970 la iglesia no tenía reglas como las actuales para lidiar con estos delitos.

“Da la impresión de que al menos John Burke tomó algunas medidas y el obispo sacó al cura del colegio”, expresó Maeve Lewis, directora ejecutiva de la organización defensora de víctimas de abusos One in Four. “Eso pasó aquí (en Irlanda) todo el tiempo y nadie acudió a su obispo”.

A Varela, no obstante, le frustró que Burke, el colegio y la hermandad cristiana no reconocieran públicamente los “aberrantes abusos sexuales y psicológicos”.

“No soy la única víctima del Colegio Newman. Eso lo sabemos los dos”, le escribió Varela a Burke en octubre del 2016. También criticó al ex rector por no haber hablado del abuso al tomar la palabra durante la cena anual de exalumnos de ese mes, a la que asistió Macri.

Un video publicado online por la asociación de ex alumnos del Newman hace cinco años muestra a Burke hablando de Derham y diciendo que era “la persona más extraordinaria”.

En marzo del 2017 la iglesia organizó una misa para ofrecer disculpas a Varela y a cualquier otra víctima.

“La Iglesia ha pedido perdón y yo renuevo ese pedido de perdón aquí, en mi Diócesis, a todas aquellas personas que han sido víctimas de abusos siendo niños o jóvenes, por miembros de nuestra jerarquía”, expresó el obispo de San Isidro Oscar Ojea en su homilía.

En Argentina, dos curas y otros tres individuos fueron detenidos el año pasado, acusados de abusos sexuales de más de 20 alumnos en el Instituto Antonio Provolo para niños con problemas auditivos. Uno de los religiosos había sido acusado de abusar de estudiantes en una escuela de Provolo en Verona, Italia, y la denuncia llegó incluso al papa Francisco en el 2014, pero el Vaticano no tomó medidas en su contra.

El Colegio Champagnat, fundado por los Hermanos Maristas en el centro de Buenos Aires, informó hace poco que un hermano habría abusado de un alumno hace 38 años. Esa escuela de elite, entre cuyos ex alumnos figura el expresidente Fernando de la Rúa, dijo que el hermano había continuado sus labores directivas en la escuela en la década pasada. Acotó que comenzó una investigación y que la persona en cuestión, que no fue identificada, fue enviada a un asilo para “hermanos ancianos y enfermos”.
Varela dijo que espera más de la iglesia.

Uno se pregunta, afirmó, “¿por qué, por qué estos tipos están sueltos?”.