Los ‘Bachaqueros’, un fenómeno político en Venezuela
José Maria Aristimuño P.
os venezolanos tenemos por costumbre ponerle a cada fenómeno político popular, un mote, nombre despectivo, El Chiripero de Rafael Caldera, que luego llego a la presidencia de la República, los Escuálidos, la oposición venezolana y ahora los Bachaqueros.
Los Bachaqueros no son más que pueblo en busca de comida salen de los hormigueros se organizan, una nueva forma de vida. Esto se debe a la deformación de los precios de los productos de primera necesidad, que no se ajustan a la realidad, esa diferencia del precio real en dinero, sirve para completar los otros rubros de la cesta básica.
La harina pan, el azúcar, y el jabón no son más que parte de la lista de productos a dólares subsidiados que vendidos en el mercado negro ayudan a completar la subsistencia.
¿Quiénes se benefician?
Los poseedores de dólares, una nueva burguesía que vive en Venezuela con la moneda fuerte afuera, debido al control de cambio imperante en Venezuela, les rinde, un dólar negro de Bs 1000, por ahora.
Todos estos productos por más elevados que los coloquen en la cadena siempre serán más económicos, es el mercado quien hace la vuelta. Es un nuevo tipo de misión Misión recolección, como fenómeno político mantienes a la población en ascuas movilizándose de un lado a otro, un pan y circo abierto, si esto aquí salió, esto allá, no me toca, es por número de cedula, no es por huella, es decir arreglársela como se pueda.
Caso único en el mundo cuando es el estado es quien detiene la producción de la nación, y ejecuta el paro, algo nunca visto pues no hay guerra ni se avizora, sino posiblemente una hambruna es un paro extraño, al fallar los servicios básicos, de manera reiterada, agua, y luz, y los productos básicos, quedan solo los balancines para extraer petróleo, se mueven y lentamente.
Causa: Ideología Barata, Lleva a la ineficiencia
Los bachacos avanzan, y rápido, van en escalada se comunican, el instrumento el celular, llegan en bandadas de motocicletas. Por derecho, las cedulas, la huellas, venden los turnos en las colas, la desesperación va en aumento, exigen que vendan directamente los productos encima de los camiones, o a la puerta de los camiones cava, luego es obvio que de ese desastre sobrevienen los saqueos y no estamos muy lejos de que irrumpan a la fuerza en los autos mercados, pues allí además hay otros productos. Del desorden sobreviene el caos, por la desesperación pues el coctel, escasez con inflación, conduce sin lugar a dudas al hambre colectiva, el caldo de cultivo para una explosión social de dimensione colosales.
Pareciera que la espiral es imposible de detener, la anarquía produce violencia y la necesidad despierta la irracionalidad.
La Historia jamás ha arreglado la economía.