La esposa del presidente sirio Bashar al Asad, Asma, padece una leucemia

Asma al Asad, esposa del presidente sirio, padece una leucemia, informó este martes el gobierno, casi cinco años después de que la primera dama anunciara que había superado un cáncer de mama.

«La primera dama, Asma al Asad, fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda», indicó la presidencia siria en un comunicado en el que precisó que la esposa del mandatario Bashar al Asad se someterá a un tratamiento.

Asma al Asad, de 48 años, se someterá a un «protocolo de tratamiento especializado» que requiere distanciamiento social, añadió el comunicado que señaló que la primera dama «se retirará temporalmente de todos los compromisos directos».

En agosto de 2019, la esposa del presidente sirio anunció que estaba «totalmente curada» de un cáncer de mama.

Suele aparecer, según las imágenes en las redes sociales, visitando a heridos de guerra o realizando actividades caritativas, como cuando acompañó al presidente sirio durante sus recientes visitas al extranjero.

Calificada de «Rosa del desierto» por la revista estadounidense Vogue antes del estallido de la guerra en Siria en 2011, Asma al Asad fue duramente criticada por su silencio ante la represión sangrienta de las manifestaciones prodemocráticas y luego de la rebelión.

Más de medio millón de personas muerto desde el levantamiento pacífico de 2011, que degeneró en una guerra civil y dividió Siria.

Nacida en 1975 en el Reino Unido, trabajó como ejecutiva de inversiones y se presentó a la opinión pública como defensora de los derechos progresistas y antes de la guerra civil siria fue considerada como una cara moderna de la dinastía Al Asad.

En 2000 Bashar sucedió a su padre, Hafez al Asad, tras su muerte y Asma intentó modernizar la imagen de la primera dama siria antes del estallido de la guerra.

Fundó la organización benéfica Syria Trust for Development, con sede en Damasco, una de las pocas organizaciones de este tipo autorizadas a trabajar en las zonas controladas por el gobierno.

En los últimos años también consolidó su influencia en la comunidad empresarial siria, según sus detractores.

Después de que el gobierno de Al Asad reprimiera brutalmente las protestas antigubernamentales en 2011, lo que desencadenó la devastadora guerra civil que ha dejado más de medio millón de muertos, Asma es duramente criticada por apoyar a su marido.

Fue objeto de sanciones estadounidenses desde 2020 en el marco de la «Ley César», junto con otras personas y entidades, entre ellas el presidente sirio y numerosos miembros de su familia.

Fue presentada por el entonces Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, como «una de las más famosas beneficiarias de la guerra en Siria».

César es el seudónimo de un exfotógrafo de la policía militar siria que desertó en 2013 con 55.000 imágenes que ilustran la brutalidad y los abusos cometidos en las cárceles sirias.