Historia del Arte y Semana Santa: Obras fundamentales

Dentro de la Historia del Arte, ya sea por encargos eclesiales o de privados a los artistas, hizo que el arte religioso apareciera como punto de inicio de muchos artistas en occidente. 

Por lo tanto, como historiadores del arte no se podemos estar 100% ajenos al estudio de estas obras que forman parte de la cultura y evolución del arte. 

A lo largo de los siglos, artistas de todas las disciplinas han mostrado interés por el arte sacro. 

Hoy, en Artes Libertinas nos ponemos en modo Semana Santa, que conmemora anualmente la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús de Nazaret, relatada en la Biblia y que se celebra cada año en función de la primera luna llena de la primavera-otoño (hemisferio norte y sur respectivamente), con estas 9 obras destacadas, en este caso de la pintura y de la escultura, dedicadas a esta temática:

Entrada en Jerusalén, de Giotto

Domingo de Ramos: Jesús, montado en un burro y escoltado por sus discípulos, es recibido por los judíos con esperanza y alegría a su llegada a Jerusalén, con ovacionado con ramas de palma y olivo. 

 

En la obra de Giotto, todas las miradas se centran en Jesús, en una escena en la que contrasta la serena figura del Mesías, que bendice a su pueblo, con las reacciones de algunos habitantes; como los que se desvisten y ofrecen su túnica como alfombra para su entrada en la ciudad, o los que se encaraman en los árboles para ver mejor.

 

Cristo abrazado a la cruz, de El Greco

El Cristo abrazado a la cruz fue tema recurrente a lo largo de la carrera artística de El Greco, ya que era muy demandada por la sociedad de la Contrarreforma en Toledo. Jesús, mira al gris cielo con serenidad; mientras sujeta una cruz muy escorzada en su camino al monte Calvario el Viernes Santo.

 

 Su anatomía parece inspirada en los cánones escultóricos de Miguel Ángel, aunque el pintor modifica la anatomía alargando los brazos para adaptarlos a su propio estilo. En cuanto a los pliegues de su túnica, están modelados con luz y color muy al estilo de la escuela veneciana que tanto admiró.

 

Dentro de la Historia del Arte, ya sea por encargos eclesiales o de privados a los artistas, hizo que el arte religioso apareciera como punto de inicio de muchos artistas en occidente. Por lo tanto, como historiadores del arte no se podemos estar 100% ajenos al estudio de estas obras que forman parte de la cultura y evolución del arte. 

A lo largo de los siglos, artistas de todas las disciplinas han mostrado interés por el arte sacro. Hoy, en Artes Libertinas nos ponemos en modo Semana Santa, que conmemora anualmente la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Jesús de Nazaret, relatada en la Biblia y que se celebra cada año en función de la primera luna llena de la primavera-otoño (hemisferio norte y sur respectivamente), con estas 9 obras destacadas, en este caso de la pintura y de la escultura, dedicadas a esta temática:

La expulsión de los mercaderes del templo, de Giovanni Paolo Panini

La Expulsion de los mercaderes del Templo, 1724. Giovani Paolo Panini, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Cuando Jesús visita el Templo de Jerusalén, lo encuentra lleno de ganado y de cambistas de monedas. Se enfurece tanto por esa situación que hace salir al ganado y vuelca las mesas de los cambistas haciendo caer las monedas por el suelo, y los expulsa, caos total. 

Panini situó la acción en un espacio con columnas a la entrada del templo, un rico trabajo de perspectiva arquitectónica. Nos entrega una vista casi panorámica de la situación. Jesús, en lo alto de la escalera de acceso, destaca del entorno por el color de sus ropas, azul y rosa, junto con el halo resplandeciente alrededor de su cabeza. Al mismo tiempo, algunos mercaderes recogen apresuradamente sus objetos y huyen en distintas direcciones.

La última cena, de Leornardo Da Vinci

Este fresco no puede faltar cuando hablamos de obras relacionadas con semana santa. Una de las pinturas murales más famosas del mundo, se encuentra en el convento dominico de Santa María de las Gracias de Milán; realizado al temple y al óleo sobre yeso. 

El momento que refleja, es Jueves Santo, en el momento posterior a que Jesús anuncie a los apóstoles que uno de ellos le iba a traicionar, o sea, el shock de la noticia!. 

Leonardo detalla las distintas reacciones de cada uno de los discípulos; algunos se asombran o se espantan, otros se levantan porque no han escuchado bien. Destaca su construcción en perspectiva, convergiendo en Jesús, en el centro, todos los puntos de fuga; además de una curiosa composición en la que aparecen los apóstoles, aislados en forma de triángulo.

La coronación de espinas, de Van Dyck

La peculiaridad de la obra se encuentra en el anacronismo de que uno de los soldados porte una armadura de la época del pintor flamenco, este recurso pictórico se consideraba como una forma de acercar al espectador y posicionar el hecho en su época.Esta escena tuvo gran difusión en las artes, siendo representado por artistas como El Bosco, Tiziano o Caravaggio, entre otros. En el caso de este expresivo óleo de Van Dyck, unos soldados judíos visten a Jesús con una túnica que simula su realeza y le fabrican una corona de espinas para coronarlo, en tono de burla, como rey de los judíos; al tiempo que un perro, a sus pies, demuestra una pose agresiva. 



Crucifixión o Corpus Hypercubus, Salvador Dalí

La imagen de la crucifixión ha sido retratada por los más grandes artistas, pero aquí Dalí se van en otra línea y nos deja esta joya catalogada como. En esta pintura, Dalí utilizó su teoría del “misticismo nuclear”, una fusión de catolicismo, matemáticas y ciencia, para crear esta interpretación inusual de la crucifixión de Cristo. 

Levitando ante un hipercubo, una forma geométrica multidimensional, el cuerpo de Cristo es sano, atlético y no muestra signos de tortura; falta la corona de espinas y los clavos.

 La esposa del artista, Gala, se hace pasar por una figura devocional, testigo del triunfo espiritual de Cristo sobre el daño corporal, podría ser María madre, la riqueza de los ropajes nos hace pensar en un tratamiento similar al de artistas como Zurbarán o Murillo, y parece recortada. 

Varios elementos oníricos de la obra surrealista anterior de Dalí aparecen en esta pintura: una figura levitando, un vasto paisaje yermo y un tablero de ajedrez. El pintor español se basó en los estudios que Juan de Herrera realizó para el Monasterio del Escorial, en su Discurso sobre la forma cúbica; restando importancia a la simbología propia de la cruz y centrándose en la figura geométrica. 

Además, en el fondo se puede observar la localidad de Cadaqués, lugar en que el artista pasaba sus veranos y donde hoy se encuentra la Casa Museo Salvador Dalí.

La Piedad, de Miguel Ángel

 

Esta conmovedora y magnífica obra escultórica, contemplable desde cualquier ángulo, que representa el momento en el que una joven, bella y piadosa Virgen María sostiene a Cristo, ya muerto, que intencionadamente aparenta mayor edad que su madre. 

 

Ésta intención se enmarca dentro del ideal renacentista; una María Madre eternamente joven y bella. A sus 24 años (sí, 24…), fue la primera de las muchas veces que Miguel Ángel abordaría este tema iconográfico; y como la obra era tan espléndida y él era tan joven algunos dudaron de su autoría, por lo que, en un ataque de furia, grabó a cincel su nombre en la escultura, siendo su única obra firmada.

 

DATO CURIOSO: más que curioso, un ataque que sufrió la obra:

El 21 de mayo de 1972 (día de Pentecostés) la imagen sufrió un atentado cuando un geólogo australiano de origen húngaro, llamado Laszlo Toth, golpeó en apenas unos pocos segundos el rostro y uno de los brazos de la Virgen con un martillo en quince ocasiones, mientras gritaba ¡Yo soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos! rápidamente fue reducido y detenido.
La estatua sufrió graves daños, sobre todo en la figura de la Virgen, rompiendo su brazo izquierdo y el codo, quedando también su nariz prácticamente destruida, así como los párpados. 

La restauración se inició casi de inmediato, después de un período de estudio, y se llevó a cabo mediante la reintegración de los fragmentos originales, así como una pasta hecha de pegamento y polvo de mármol. Se llevó a cabo en unos laboratorios cerca de los Museos Vaticanos, gracias a la existencia de dos réplicas en la provincia de Lampa, en Puno, Perú, y una en el cementerio de Medellín; Antioquia, Colombia.

 Fue posible reanudar el trabajo con fidelidad, sin alteraciones arbitrarias por parte de los especialistas del Vaticano que llegaron a Puno para fotografiar y tomar medidas de las copias y así facilitar la reconstrucción de la famosa escultura.


El autor de este atentado, reconocido enfermo mental, se mantuvo en un manicomio italiano por un año y luego regresó a Australia. Desde entonces, la Piedad está protegida por una pared de vidrio especial a prueba de balas. (Vía Wikipedia)