Ancianos aprenden a hacer compras en línea, por pandemia
En noviembre, Paula Mont hizo algo nuevo: la mujer de 86 años, que no había salido en casi un año de la comunidad de adultos mayores donde vive, se fue de compras… por internet.
Mont utilizó una iPad equipada con lápiz óptico para ayudarse porque tiene las manos temblorosas, a fin de comprar un piano de cola para su bisnieta. Lo escogió entre más de una decena de modelos del instrumento en Amazon.
“¡Se siente fabuloso, lo encontré!», dijo Mont.
El internet se ha convertido en un vínculo crucial con el mundo exterior durante la pandemia y al que millones de personas no tienen acceso todavía. Entre los adultos mayores, la falta de internet incluso les ha impedido vacunarse.
Sin embargo, la pandemia también ha motivado a muchos que permanecen aislados en casa o son incapaces de abandonar sus comunidades de adultos mayores a aprender algo a lo que quizá se han resistido hasta ahora: cómo comprar víveres u otras cosas en línea.
Las personas de 65 años o más gastaron el año pasado casi 187 dólares por mes en línea, un incremento de 60% sobre el año previo, según Checkout Tracking, de la firma investigadora de mercado NPD Group. Esas personas continúan gastando menos que la población total, que gasta alrededor de 238 dólares al mes, pero son el grupo etario de mayor crecimiento entre los compradores en internet.
Ir de compras es una de las muchas actividades que los mayores de edad estadounidenses tienen que hacer ahora por internet, como concertar citas con su médico y socializar a través de la firma de servicio de videotelefonía FaceTime. El uso del internet se ha convertido en una necesidad porque las personas ancianas enfrentan mayor riesgo de infección, así que es más peligroso que ellas salgan.
La transición al internet no siempre ha sido sencilla, y los niños y el personal especializado a menudo tienen que venir al auxilio, una experiencia que puede ser tanto gratificante como difícil.
Barbara Moran, directora de programas sociales de la comunidad para adultos mayores Atria Senior Living, donde vive Mont, afirma que una de las mayores dificultades que enfrentan los residentes con sus dispositivos es que están acostumbrados a oprimir, no a tocar, como si estuvieran utilizando un teléfono que emite tonos al toque. A menudo Moran tiene que repetir sus recomendaciones.
“Mentiría si no dijera que a veces me siento frustrada”, dijo Moran, quien se sienta al lado de Mont, con mascarillas y guantes, en el comedor de la instalación para impartirle sesiones semanales de cómo hacer compras.
Los minoristas y servicios de entrega que efectúan sus actividades por internet confían en que las personas mayores de 65 años mantengan sus hábitos de compras en línea. Freshly, que entrega alimentos preparados, ha agregado opciones de porciones más chicas y bajas en sodio dirigidas a adultos mayores; el servicio de entrega de comestibles Instacart creó una línea de apoyo telefónico; el servicio de entregas Shipt, de Target decidió cancelar su tarifa de 99 dólares al año a algunos adultos mayores de bajos ingresos.
Diane Shein, de 73 años, de Bonita Springs, Florida, recurrió a Instacart y Whole Foods, propiedad de Amazon, para comprar sus comestibles debido a la pandemia.
“No estoy segura de cuánto cuesta, pero no importa”, dijo Shein. “Es muy sencillo y seguro”.
El presidente de Instacart, Nilan Ganenthiran, auguró que la venta de comestibles en línea será una “nueva normalidad” para los adultos mayores, incluso cuando termine la pandemia.
Sin embargo, persisten muchas barreras, desde las dificultades para utilizar la nueva tecnología hasta los altos precios para el acceso.
Las personas de 65 años y más tienen menos probabilidad que los jóvenes de tener internet en casa o un teléfono inteligente. Casi 22 millones de personas, 42% de los estadounidenses de 65 años y más, carecen de banda ancha en casa, según un estudio de 2021 de la organización sin fines de lucro Older Adults Technology Services (Servicios de Tecnología para los Adultos Mayores). Los adultos mayores negros y latinos de bajos ingresos tienen más probabilidades de estar excluidos, según el estudio.
“Les estamos pidiendo que se queden en casa y todavía muchos adultos mayores no están conectados”, dijo Lauren Cotter, de Community Tech Network (Red Tecnológica Comunitaria), una organización sin fines de lucro de San Francisco que adiestra a residentes de bajos ingresos en uso de la tecnología y les entrega gratis tabletas y dispositivos para internet inalámbrico.
Quienes poseen los dispositivos e internet pueden tener dificultades en cómo utilizar una aplicación o temen dar información personal porque les preocupan los estafadores. Los fraudes en compras por internet a estadounidenses alcanzaron el año pasado 245,9 millones de dólares, según la Comisión Federal de Comercio. Y las compras de comestibles por internet, que incluyen propinas y cargos por entrega, cuestan más que ir a las tiendas.
La pandemia también ha expuesto las limitaciones del internet, que a menudo no es muy apto para personas con discapacidades o una población que envejece y tiene problemas visuales y auditivos.
Iris Berman, de 93 años, que vive en un centro de vida asistida en San Francisco, solía comprar sus zapatos en línea. A medida que su vista se agravaba, su hijo Ed Berman, que trabaja en tecnología, la ayudaba compartiendo virtualmente la pantalla de ella. Durante la pandemia, él asumió totalmente las compras de su madre cuya pérdida de visión era muy grave.
“Ninguna de esas páginas web funcionan bien cuando son ampliadas”, afirmó Ed.
Después, está el simple hecho de que los adultos mayores no crecieron con el internet así que las cosas no se les dan tan intuitivamente como a los que sí lo han hecho.
Lynnette White, de 72 años, compra en línea o con su iPhone ropa y artículos para el hogar en Amazon y Target, pero le parece que otras aplicaciones, como la de comestibles Safeway, son muy difíciles para navegar. Cuando intenta verificar su carrito de compras se encuentra de nuevo al inicio. Dijo que le parece frustrante que haya demasiados pasos.
Sin embargo, a White le gusta aprender nuevas habilidades y sus nietos, a los que envía tarjetas de Amazon como regalos, lo aprueban.
“Están muy impresionados de que a mi edad esté emocionada de la tecnología”, declaró White.