Método Montessori libera el potencial de nuestros niños
Víctor Caycho
Washington Hispanic
oda persona que visite la Montessori School of South Riding en su local ubicado en Stone Ridge, en Chantilly, un área del condado de Loudoun, Virginia, encontrará un ambiente escolar muy diferente al de una escuela primaria tradicional.
Aquí los alumnos no están distribuidos en salones ni separados por edades. Por el contrario, en un amplio y acogedor salón sin divisiones todos los niños, desde los 2 años y medio hasta los 6 años, se preparan y adiestran juntos, de tal manera que los mayores ayudan a los más pequeños, y éstos a su vez aprenden viendo a los de más edad.
Al frente de esta escuela se encuentra su fundadora y directora, Carmen Arenas, quien lleva décadas impulsando el método de María Montessori, una médica y educadora italiana que hace más de 100 años lo inició tras una investigación científica en la que observó cómo los niños interactúan el uno con el otro, aprendiendo a través del uso de materiales didácticos que ella también creó.
En esta escuela Montessori hay mucha vida práctica, que es el corazón de la clase Montessori”, añade la educadora.
Con orgullo, Arenas –quien nació en Lima, Perú, y que desde los 6 meses de edad fue llevada por sus padres a Chile-, mira a sus niños y señala con ternura que “éste es el único lugar donde ellos tienen a la misma profesora por tres o cuatro años”.
“Se gradúan a los 6 años y medio y de aquí pasan a una escuela elemental, ya muy bien preparados”, afirma.
Niños de 2 y medio años a 6 años desarrollan habilidades y conocimientos, así como independencia y mente matemática, bajo la atenta mirada de la directora Carmen Arenas y de sus auxiliares.
“En esta escuela Montessori hay mucha vida práctica, que es el corazón de la clase Montessori”, añade la educadora. Los alumnos tienen un jardín contiguo al salón, donde en primavera y otoño plantan yerbas, verduras, frutas y muchas flores, todo cultivado y cosechado por los niños.
También aprenden a preparar el desayuno o a sacar brillo al metal y a los zapatos, con materiales que luego lavan, llevan a una secadora y planchan para que otros niños los puedan usar. “A veces la gente viene y pregunta, ¿esa plancha realmente funciona? Y les respondemos, ‘sí, plancha de verdad’. Los niños hierven el agua para hacer café, cortan frutas con cuchillos de verdad, comen en platos de vidrio y beben en vasos de vidrio también. Todo es real, no hay nada de plástico”, expresa la educadora.
Recuerda que su hijo mayor nació prácticamente en una escuela Montessori de Oakton, Virginia. “A Nicolás lo tuve ahí desde bebé y recuerdo que cuando su papá lo veía lavando los vidrios decía ‘yo no quiero que mi hijo juegue a las casitas y tampoco que esté planchando’. Pero después él vio como toda esa coordinación, esa concentración, lo ayudó en la parte académica. Nicolás estuvo 4 años ahí, fue una experiencia maravillosa, años después entró a la universidad, se graduó y ahora está sacando su doctorado en química, y todo es a base de Montessori. Su papá ahora es el ‘fan’ número uno de todo lo que es Montessori. Mis tres hijos fueron a Montessori y todos son universitarios, muy independientes desde niños y con una mente matemática excelente”.
Los alumnos de la Montessori School of South Riding estudian juntos y trabajan en equipo utilizando materiales hechos a mano. Ellos ‘sienten’ los números y ‘ven’ desde la unidad hasta el millar, y hacen la relación.
La metodología
También explica que en la escuela Montessori de South Riding que ella fundó todos los materiales matemáticos son muy concretos. “Tenemos unidades que son pequeñitas, y los niños los tocan y sienten la unidad; la decena es una barrita que tiene 10 unidades; la centena es un cuadrado con 100 unidades, y el millar reúne 1000 unidades. Entonces ellos ‘sienten’ los números y ‘ven’ desde la unidad hasta el millar, y hacen la relación”, relata Arenas.
Dice que “la otra belleza” del método Montessori es que al niño le enseñan primero lo que es el mundo y dónde está nuestro planeta Tierra, luego sus continentes y océanos. “Seguidamente aprenden sobre el continente donde se encuentra Norteamérica, después Estados Unidos y el estado de Virginia. Vamos de lo grande a lo más pequeño, al revés de la educación tradicional”.
Desde niña
Carmen Arenas da a conocer que su madre chilena fue ‘parvularia’. “Es decir, siempre trabajó con niños. Ella murió cuando yo tenía 13 años, de cáncer. Para mi esa fue una mayor razón de querer ser como ella. Cuando terminé la secundaria ingresé a la universidad en Chile a estudiar Educación Parvularia. No sabía nada de Montessori. Era todo tradicional lo que me enseñaron”.
Al terminar la carrera, cuando tenía 19 años, ella llegó a los Estados Unidos, y a los 20 encontró trabajo. “Fue en una escuela Montessori. Ahí fue donde conocí esta belleza de programa, donde los niños de 3 a 6 años están todos en la misma clase. Y me encantó”.
Carmen Arenas también trabajó para una escuela Montessori en Oakton, Virginia, por 11 años, al que asistieron sus tres hijos. Hasta que la directora de esa escuela le ayudó a abrir su propio local.
“Ella es mi mentora, la que me ha ayudado hasta el día de hoy. Nuestra escuela Montessori ya tiene 11 años, asentada en la comunidad. Y sigo su ejemplo, porque ella ayudaba mucho a los padres de menores recursos económicos, y si no podían pagar la matrícula se las daba. Un tercio de alumnos de nuestrsa escuela son niños que tienen esas necesidades y siempre hay muchos hispanos. Como hispana también quiero ayudar a nuestra gente”.
Además, la escuela ha decidido cambiar el horario para ayudar a los padres de familia. “Hasta el año pasado el horario era de 9:00 a.m. a 3:00 p.m., pero al ver que muchas mamás trabajan, lo hemos extendido de 8:00 a.m. a 5:30 pm., todos los días, y por años corridos. Es decir, no pararemos en el verano”.
CON LA ACREDITACIÓN MONTESSORI
– La Montessori School of South Riding es la única en el condado de Loudoun, Virginia, que tiene la acreditación Montessori otorgada por la American Montessori International (AMI).
– “María Montessori nunca registró su nombre, pero su hijo Mario creó la acreditación, para seguir la filosofía de su mamá con ciertos rigurosos estándares”, explica su fundadora y directora la peruana Carmen Arenas.
– En todo el Norte de Virginia hay sólo 9 colegios que cumplen esos estándares, de los aproximadamente mil 500 que usan ese nombre.
– “Aquí en el condado de Loudoun, VA, hay más de 150 colegios Montessori pero el nuestro es el único que cumple con esos estándares”.
CÓMO ENROLAR A SU NIÑO
El periodo de enrolamiento para el año escolar 2016-2017 en este plantel es como sigue.
– Re-enrolamiento para actuales estudiantes; 1 de febrero al 1 de marzo.
– Enrolamiento para nuevos estudiantes: 1 de marzo al 30 de mayo.