Presidente de Nicaragua acusa a Trump de «crímenes horrendos» contra migrantes

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, acusó este miércoles al mandatario estadounidense, Donald Trump, de cometer «crímenes horrendos» contra los migrantes al deportarlos, separar familias y haber enviado a cientos de venezolanos a la megacárcel de El Salvador.

 

El gobierno de Trump expulsó a El Salvador desde marzo pasado a 252 venezolanos que acusó, sin presentar pruebas, de integrar la banda Tren de Aragua. El presidente de ese país centroamericano, Nayib Bukele, los recluyó en la prisión para pandilleros.

 

«Son crímenes horrendos», dijo el presidente nicaragüense en un acto por el Día del Trabajo en la plaza central de Managua, tras asegurar que Trump convirtió a El Salvador en «la cárcel de los inmigrantes».

 

Ortega, cercano aliado del presidente venezolano, Nicolás Maduro, calificó de «crimen de lesa humanidad» la separación de una niña venezolana de dos años de su madre durante su deportación de Estados Unidos.

 

«Es un crimen de lesa humanidad, igualmente todos los prisioneros que están por todos lados sin ley alguna», agregó en su discurso, junto a su esposa y cogobernante, Rosario Murillo.

 

Ortega, quien gobierna desde 2007 e impulsó la reciente reforma constitucional que eliminó la independencia de poderes en Nicaragua, criticó a Trump por actuar en su política antinmigrantes «en contra de las decisiones de los poderes judiciales de Estados Unidos».

 

«Está actuando [Trump] como que en Estados Unidos con su llegada al gobierno desaparecieron todos los poderes y el poder es él y él decide qué se hace y qué no se hace», afirmó el presidente nicaragüense.

 

Estados Unidos sancionó a 250 funcionarios de lo que calificó «dictadura» de Nicaragua el 18 de abril, cuando se cumplieron siete años de unas masivas protestas antigubernamentales que se saldaron con más de 300 muertos, según cifras de la ONU.

 

Nicaragua se halla bajo sanciones estadounidenses por la represión de esas protestas de 2018, que Ortega y Murillo consideraron un intento de golpe de Estado patrocinado por Washington.

 

Ortega, exguerrillero de 79 años que gobernó Nicaragua también en la década de 1980, es acusado por sus críticos y organismos humanitarios de instaurar una «dictadura familiar» junto a su esposa Murillo, de 73 años.