Pentágono atribuye secretismo sobre cáncer de Austin a aspectos de protocolo
El Pentágono aseguró este lunes que las preocupaciones sobre la privacidad y aspectos de protocolo contribuyeron a mantener el secreto sobre el tratamiento contra el cáncer del secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, pero no se encontró evidencia de irregularidades o de encubrimiento intencional.
Austin no informó en semanas al presidente Joe Biden sobre su diagnóstico de cáncer de próstata, mientras que el comandante en jefe y el Congreso se enteraron hasta días después de la hospitalización de Austin el 1 de enero por complicaciones en su tratamiento.
«Nada de lo examinado en esta revisión da indicación alguna de mala intención o de un intento de ocultamiento», dijo el Pentágono en un resumen no clasificado de la revisión ordenada por la jefatura de gabinete del secretario de Defensa sobre las circunstancias alrededor de su ingreso al hospital el mes pasado.
Sin embargo, «las leyes de privacidad médica prohibían a los proveedores de servicios de salud compartir información con el personal del Departamento», que también «dudaban en inmiscuirse o compartir cualquier información que conocieran», según el reporte.
El resumen dice que hubo «ausencia de una metodología establecida para tomar… una decisión no planificada» de transferir la autoridad del secretario a su adjunto, lo que «puede haber contribuido a la falta de un intercambio completo de información sobre la situación».
Austin, de 70 años y soldado de carrera, fue sometido el 22 de diciembre a una cirugía menor para el tratamiento del cáncer, volviendo a casa el día siguiente.
Pero debió ser hospitalizado nuevamente debido a complicaciones que incluyeron náuseas y dolor severo el 1 de enero.
La Casa Blanca dijo que no fue informada sobre el ingreso al hospital de Austin hasta el 4 de enero, mientras el Congreso no lo supo hasta el día siguiente. Por su parte, el presidente Biden no se enteró del diagnóstico de cáncer hasta el 9 de enero.
Varios legisladores republicanos pidieron que Austin fuera sustituido, pero Biden lo mantuvo.
El secretario de Defensa fue internado de nuevo el 11 de febrero y tratado bajo anestesia general por problemas de vejiga.
Esta vez, fue de conocimiento público apenas dos horas después de la intervención y el Pentágono dijo que los responsables de la Casa Blanca, en el Congreso y en las fuerzas armadas fueron notificados. Austin salió de la hospitalización dos días después.