Firma de EEUU en Irak ignora contrabando, riesgos para F-16
Ingrid Vargas
Washington Hispanic
na empresa estadounidense que cobró casi 700 millones de dólares del gobierno estadounidense para proteger una base aérea con cazas F-16 en Irak, hizo la vista gorda ante el contrabando de alcohol, robos, violaciones a las normas de seguridad y denuncias de tráfico sexual.
Después despidió a los investigadores que descubrieron los problemas, según una investigación de la Associated Press.
Documentos y entrevistas con dos antiguos investigadores de la firma y con media docena de trabajadores actuales o pasados de Sallyport Global describen situaciones en la base aérea iraquí de Balad que, en el mejor de los casos, suponen violaciones contractuales, y que de comprobarse serían ilegales.
Los investigadores despedidos, Robert Cole y Kristie King, aseguran que hallaron pruebas de que los empleados de Sallyport estaban implicados en tráfico sexual. Los trabajadores de la base solían introducir rutinariamente alcohol de forma ilegal en cantidades tan grandes que en una ocasión llegaron a afectar al movimiento de un avión sobre la pista.
Las irregularidades abarcan incluso la sede de la empresa en Reston, Virginia, según los investigadores y otros ex empleados entrevistados por la AP. Dicen que lo que descubrieron no fue informado al gobierno estadounidense sino hasta que un auditor comenzó a hacer preguntas.
Los investigadores fueron despedidos abruptamente el 12 de marzo y sacados de Irak. Dicen que se aprestaban a interrogar a ejecutivos de la empresa que consideran sospechosos de haber cometido irregularidades.
“Sentí que nos sacaron tan rápido porque pensaban que sabíamos demasiado”, dijo King. “Cuando finalmente comprendimos que estaban ocultando todo esto al gobierno estadounidense, fue sorprendente”.
En una declaración escrita a la AP, Sallyport dijo que respeta todas las reglas de la base, asiento de un escuadrón de aviones F-16 que son vitales en las operaciones de la coalición internacional que combate a la organización Estado Islámico.
Indicó que la firma cumple “un papel importante pero poco conocido en la guerra” contra Estado Islámico, según dijo su jefe de operaciones Matt Stuckart, quien aseguró que la empresa “se toma muy en serio cualquier sugerencia de irregularidades”.
Los informantes afirman que se llevaba alcohol a escondidas en los aviones y que el personal que controlaba los vuelos y los cargamentos a menudo estaba borracho.
Steve Anderson, quien trabajaba en la logística de los vuelos, dice que sus superiores le pidieron que firmase documentos que sabía habían sido falsificados para ocultar cargamentos de alcohol y de armas. Los aviones llevaban tanto cargamento que en una ocasión una nave se inclinó hacia adelante mientras estaba estacionada en la pista, según Anderson.
Cuando expresó su preocupación por lo que sucedía, se le insinuó que se buscase otro trabajo, señaló Anderson, cuya posición fue eliminada al poco tiempo.
Se dice que en una ocasión el conductor de un camión perdió el control de su vehículo, el cual fue a parar a una zona vedada del aeropuerto y se detuvo a 45 metros de un F-16. El incidente no fue reportado
Una vez desapareció una camioneta para transporte de personalidades, la cual fue recuperada varios días después.
Mientras investigaban el contrabando de alcohol, Cole y King descubrieron la presencia de prostitutas que se hacían pasar por personal de limpieza, según los informantes.
Ambas investigaciones fueron suspendidas antes de ser completadas, de acuerdo con los denunciantes.
Stuckart dijo que las denuncias de prostitución no tenían sustento.
“Es absurdo pensar que la empresa pondría fin a una investigación de algo tan importante”, manifestó.
A esa altura, Cole y King investigaban denuncias de que los ejecutivos de Sallyport estaban falsificando documentos con las horas de trabajo y que había gente que cobraba por no hacer nada.