Activistas climáticos se quejan: «Adultos no nos escuchan»

La generación del cambio climático afirma que los gobernantes hablan demasiado, no los escuchan suficiente y actúan aún menos. Y están hartos.

“En lugar de hablar de cómo solucionar la crisis climática, pareciera que se está negociando cómo seguir contaminando, pero tratando de hacer algunas compensaciones”, dijo Mitzy Violeta, una activista indígena de 23 años de México. “Yo creo que hay cada vez más los movimientos juveniles nos damos cuenta de que la que la esperanza, que la solución no va a estar en los espacios internacionales” como la cumbre COP27 que se celebra estos días en Egipto.

“Nos molesta la falta de acciones”, dijo Jasmine Wynn, de 18 años y miembro del grupo ambientalista Treeage.

Los jóvenes, a los que les esperan décadas de clima más cálido y extremo, ven ante ellos un futuro que produce frustración y ansiedad, según más de 130 activistas entrevistados por AP. La mayoría de ellos dijeron creer que sus huelgas y protestas son efectivas. Pero últimamente, un puñado de activistas ha ido más allá de faltar a clase, para atacar obras de arte o depósitos de combustibles fósiles y neumáticos en acciones muy publicitadas.

Expertos y patrocinadores esperan que esas acciones más visibles vayan en aumento.

En una protesta más tradicional en la ciudad de Nueva York Truly Hort, de 14 años, dijo que tiene miedo del futuro. “Siempre he tenido todos estos sueños, y ahora es como ‘Dios, no puedo hacer eso’”.

El problema, señaló, es que los líderes hablan sobre lo que esperan hacer “pero no hay mucha gente tomando medidas».

En la misma protesta, Lucia Dec-Prat, de 16 años, también mencionó la ansiedad. “Una cosa es preocuparse por el futuro y otra distinta es salir y hacer algo al respecto”, dijo.

Pero las protestas sólo llegan hasta cierto punto, dijo Dec-Prat. “Sinceramente creo que los adultos no nos escuchan”.

Cuando se les preguntó por las conferencias climáticas, muchos de los entrevistados dijeron que gobiernos y organizaciones internacionales se mueven demasiado despacio contra el cambio climático. 

Una gran mayoría de los activistas se mostraron de acuerdo con Greta Thunberg, que describió las cumbres como un montón de palabras sin acciones, o “bla, bla, bla”, como dijo la activista sueca en un discurso.

“De modo que en lugar de hacer ruido para contribuir al bla, bla, bla, hagan ruido para pedir acciones. Creo que eso tiene que ser lo crucial”, dijo Jevanic Henry, de 25 años y residente en Santa Lucía, en el Caribe. “Nosotros impulsamos las acciones”.

“El dinero no importa porque no vamos a tener ningún sitio donde vivir”, dijo Aniva Clarke, activista de Samoa de 17 años. “Y ése es probablemente el mayor problema en el que muchos líderes mundiales no se están centrando”.

La científica de la Universidad de Maryland, Dana Fisher, que estudia el movimiento ecologista y a los jóvenes activistas, recordó que han declarado ante el Congreso de Estados Unidos y hablado ante Naciones Unidas y en cumbres climáticas anteriores.

“Los jóvenes han tenido mucho más que decir que en cualquier otro momento de mi vida adulta”, dijo Fisher. “Creo que muchos de ellos sentían que como fueron invitados y recibieron esas oportunidades, eso significaba que todo el mundo iba a dar un giro y cambiar su política”.

Y eso no es lo que ocurre, explicó, lo que les frustra.