«RRR» representa un punto de inflexión para el cine indio
La industria del cine de India es una de las más vastas y variadas del mundo — de hecho no es una sino muchas separadas, incluyendo Bollywood, Tollywood y otras — pero pocas de las cerca de 2.000 películas que produce cada año llegan a tener impacto entre el público occidental.
“Tenemos una larga tradición narrativa en la India. Probablemente, tenemos las historias más antiguas y coloridas”, dijo el director S.S. Rajamouli. “No poder cruzar fronteras ha sido una decepción”.
Eso ha cambiado enfáticamente con su película “RRR”, una epopeya de acción de tres horas en idioma télugu que no solo se ha convertido en uno de los mayores éxitos de India, sino que escaló las listas de popularidad en las taquillas de Estados Unidos antes de encontrar una audiencia aún más amplia en Netflix. Durante nueve semanas consecutivas, “RRR” se ha clasificado entre las 10 películas más vistas en lengua no inglesa en el servicio de streaming. Doblada en hindi y subtitulada en 15 idiomas diferentes, es la cinta más popular de la India en Netflix y figura entre las 10 más vistas en 62 países.
Para muchos, “RRR”, basada en la mitología hindú y los luchadores por la libertad que resistieron el colonialismo británico, es su primer encuentro con Tollywood, la industria del cine en télugu, o con el cine indio en general. Lo que muchos han visto es un filme repleto hasta el tope con escenas de acción exageradas, grandes números de baile y una energía que los taquillazos de Hollywood rara vez igualan. Las motos hacen malabares. Se arrojan tigres. Los tirantes se utilizan como un accesorio de baile sorprendentemente flexible.
“Nunca es suficiente para mí”, dijo Rajamouli en una entrevista reciente desde Hyderabad. “Lo único que es demasiado es que mi productor entre y diga: ‘Nos estamos sobrepasando en nuestro presupuesto, tienes que parar en alguna parte’. Eso es lo único que me detendrá. Si tengo la oportunidad, lo haré aún más grande y más salvaje, sin duda. Me gusta ver películas así y obviamente me gusta hacer películas así».
“Hasta el borde, nada menos”, agregó.
Ese estilo de apostar el todo por el todo se ha ganado el respaldo de algunos de los cineastas más taquilleros de Hollywood. James Gunn y Scott Derrickson, quienes han dirigido películas de Marvel, han elogiado “RRR” desde que comenzó a transmitirse en streaming.
El éxito de “RRR” se produjo mientras Netflix enfrentaba la pérdida de suscriptores y la caída del precio de sus acciones que pusieron en debate su modelo de negocios. Pero un aspecto menos discutible de la plataforma es su capacidad para fomentar éxitos globales en otros idiomas. Primeros estrenos cinematográficos, como la surcoreana ganadora del Oscar a la mejor película “Parasite” («Parásitos»), ya han derribado lo que el director Bong Joon Ho llamó “la barrera de una pulgada” de los subtítulos. En Netflix, “RRR” llega tras el éxito de series mundiales como la coreana “Squid Game” y la francesa “Lupin”.
“Francamente, no esperaba este tipo de recepción de Occidente”, dijo Rajamouli. “En el país y entre la diáspora india en todo el mundo es lo que esperábamos, pero la recepción de Occidente fue una completa sorpresa para mí. Siempre pensé que las sensibilidades occidentales son diferentes de mi tipo de películas. Principalmente, atiendo a las sensibilidades orientales o indias”.
Pero si bien “RRR” tiene ciertos aspectos de Hollywood que hacen que no sea tan distinta de una película de superhéroes, está profundamente arraigada en el mito indio y la realidad actual. “RRR” son las iniciales de “Rise Roar Revolt” (Levántate, Ruge y Rebélate), pero también se refiere a Rajamouli y sus dos actores protagónicos, N.T. Rama Rao Jr. y Ram Charan. Ambos pertenecen a dinastías de actores que antes eran más como rivales. Esta es la primera película en la que aparecen juntos, que es un poco como un encuentro de Al Pacino y Robert De Niro, si además fueran hijos de Marlon Brando y James Dean.
Charan y Rao interpretan a los revolucionarios indios de la vida real Alluri Sitarama Raju y Komaram Bheem, respectivamente, que se unen en la India controlada por los británicos en la década de 1920. Al regresar a los orígenes de la India moderna, “RRR” inevitablemente se relaciona con la India de hoy, donde, como en muchos otros países en los últimos años, el nacionalismo ha ido en aumento. Desde que fue elegido en 2014, el primer ministro Narendra Modi ha envalentonado a la mayoría hindú de la India, a veces a expensas de la minoría musulmana.
Rajamouli, de 48 años, se ha convertido en uno de los directores más importantes del país durante el mismo período. Lanzó su epopeya de dos partes “Baahubali” en 2015 y su secuela de 2017 es el mayor éxito de taquilla del país. (Ambas también están disponibles en Netflix). Pero el subtexto político de esas películas ha resultado preocupante para algunos.
“En ‘Baahubali’, aunque parece no tener conexión con el presente político, lo que destaca es una forma musculosa de hinduismo que es la peor manifestación del nacionalismo de derecha”, dijo Rini Bhattacharya Mehta, un profesor de la Universidad de Illinois que ha escrito varios libros sobre cine indio. “El machismo hindú jingoísta y nacionalista. En la historia, se proyecta en el pasado mitológico”.
“Baahubali” fue un triunfo en télugu que señaló que Tollywood, en el sur de la India, quizás había superado a Bollywood como la principal fábrica de películas del país. En “RRR” — la cinta en télugu más cara jamás realizada, con un presupuesto de 72 millones de dólares — Rajamouli hace malabares con las tradiciones télugu y la estética del canto y el baile de Bollywood en lo que Mehta considera una película panindia. Aparecen personajes musulmanes, aunque no en papeles principales.
En este sentido, puede que “RRR” no sea muy diferente de los éxitos de taquilla estadounidenses. La película más importante de este verano en Estados Unidos, “Top Gun: Maverick”, tampoco escatima en patrioterismo. Rajamouli ha escuchado a los críticos, pero no está de acuerdo con sus interpretaciones.
“Entiendo ese punto de vista. A veces siento que solo están cegados”, dijo. “Personalmente, yo soy ateo, no creo en Dios, no creo en ninguna religión. Pero entiendo el poder del espiritismo. Para mí, el espiritismo es una emoción. Y escribo historias llenas de emociones”.
Seguramente, muchas de las referencias y conexiones culturales en “RRR” pasarán desapercibidas por la mayoría de los espectadores occidentales. Pero el puro entusiasmo de su realización no se pierde en la traducción, y eso puede significar más cruces culturales para Tollywood e India en el futuro.
“El cine de la India ha tenido una vida y un ciclo diferentes. Si mantenemos la mente abierta, podemos ver esto como la llegada de algo”, dice Mehta. “Solo el tiempo puede decirlo. Tendremos que ver si esto es realmente una nueva tendencia y se harán más películas como esta. El cine indio o télugu podría seguir así, o esto podría ser algo único”.
Mientras tanto, Rajamouli trabaja en su próximo proyecto. A menudo le preguntan si le gustaría alguna vez hacer una película de Hollywood o Marvel, pero su enfoque es hacer películas indias para India y más allá.
“Debido al éxito de ‘RRR’ con el público occidental, trato de hacer una película para todo el mundo, no solo para la India”, dijo. “Pero no trataría de buscar las sensibilidades occidentales y tratar de emparejar y cambiar mi historia según eso. Creo que nunca funcionaría”.