Guatemalteco demanda a empresa de Tennessee por explotación
Washington Hispanic
AP
n guatemalteco y dos de sus excompañeros presentaron una demanda federal contra una empresa de paisajismo de Tennessee a la que acusaron del tráfico de inmigrantes a los que obligaban a realizar trabajos forzados.
Mynor Chox aseguró que era tratado como sirviente y que fue amenazado con ser deportado si se quejaba de las condiciones laborales en la firma Outdoors Unlimited en Murfreesboro, a 56 kilómetros (35 millas) al sureste de Nashville, reportó el periódico The Tennessean (http://tnne.ws/2pmAfi1 ).
Chox, de 24 años, era un estudiante universitario que buscaba empleo durante las vacaciones de verano y consiguió una visa temporal H2-B que le permitía trabajar legalmente en Estados Unidos.
Señaló que cuando llegó a Murfreesboro fue obligado a vivir en un remolque en un lugar remoto con otras 10 personas. En el lugar había «pocos colchones pequeños y mugrosos» y todos compartíamos un solo sanitario, agregó.
Los hombres dijeron que eran trasladados a trabajar a diversos lugares seis días a la semana sin que tuvieran manera de ir a alguna tienda para comprar alimentos. También afirmaron en la demanda que trabajaban de manera rutinaria 60 horas o más a la semana pero no les pagaban el salario completo. La compañía de paisajismo les deducía 200 dólares al mes por alojamiento y servicios.
Varias semanas después de aceptar el trabajo, Chong grabó con su celular una confrontación con un supervisor no identificado de la empresa. En el video se ve cuando Chox indica al supervisor que tiene hambre y necesita dinero para comprar comida.
En el audio se escuchan obscenidades y en las imágenes se ve cuando el supervisor empuja y derriba a Chox en un camino de grava, lo insulta y se retira en un vehículo.
Chox y sus dos excompañeros de trabajo, Jorge y Julián Alvarado, demandan el pago de los salarios devengados que la compañía no les cubrió.
Un abogado de Outdoors Unlimited se negó a dar declaraciones sobre un caso en marcha y afirmó que las normas éticas se lo impedían.
Burke Skelton, dueño de la compañía y quien es mencionado en la demanda, no respondió un mensaje dejado en su oficina. La empresa tampoco respondió a un mensaje que se le envió el domingo ni atendió los dirigidos a sus cuentas de Twitter y Facebook.