La administración de Biden promulga nueva norma laboral

La administración Biden promulgó el martes una nueva norma laboral que tiene como objetivo evitar la clasificación errónea de los trabajadores como “contratistas independientes”, una medida que podría reforzar tanto las protecciones legales como la compensación para muchos miembros de la fuerza laboral estadounidense.

La regla del Departamento de Trabajo, que la administración propuso hace 15 meses , reemplaza un estándar desechado de la era Trump que rebajó el estándar para clasificar a los empleados como contratistas. Dichos trabajadores no reciben protecciones de salario mínimo federal ni califican para beneficios laborales, como cobertura médica y días de enfermedad remunerados.

Los cambios han sido vistos durante mucho tiempo como noticias especialmente malas para empresas como Uber y DoorDash, pioneras de la llamada economía de los conciertos, en la que las empresas dependen esencialmente de ejércitos de conductores independientes, repartidores y otros para brindar servicios sin las protecciones laborales tradicionales. Algunos trabajadores por encargo dicen que prefieren las cosas de esta manera, ensalzando la libertad de establecer sus propios horarios y horarios. Pero otros se quejan de explotación por parte de las empresas.

Los mercados financieros parecieron ignorar las noticias filtradas sobre el acuerdo el lunes. Las acciones de Uber y Lyft, que cayeron un 10% y un 12% respectivamente cuando la administración dio a conocer las reglas propuestas en octubre de 2022, subieron un 2,5% y un 5,8% el lunes. Las acciones cayeron alrededor de un 1% antes de la campana de apertura del martes.

Un cambio significativo en las nuevas reglas, que entrarán en vigor el 11 de marzo, tiene que ver con la forma en que el Departamento de Trabajo (y los jueces federales) deciden si los trabajadores han sido clasificados adecuadamente como contratistas independientes. En particular, se exigirá a los empleadores que consideren si los trabajos realizados por dichos trabajadores son parte integral del negocio del empleador.

Esto podría afectar a las empresas basadas en aplicaciones que dependen casi exclusivamente de trabajadores independientes. En tales casos, esa disposición podría inclinar la balanza hacia la clasificación de esas personas como empleados regulares en lugar de contratistas.

La nueva regla ordena a los empleadores a considerar seis criterios para determinar si un trabajador es un empleado o un contratista, sin predeterminar si uno prevalece sobre el otro. Los criterios también incluyen el grado de control por parte del empleador, si el trabajo requiere habilidades especiales, el grado de permanencia de la relación entre trabajador y empleador y la inversión que realiza un trabajador, como los pagos del automóvil.

La norma, sin embargo, no tiene el mismo peso que las leyes aprobadas por el Congreso o las legislaturas estatales, ni especifica si alguna empresa o industria específica debe reclasificar a sus trabajadores. Básicamente, simplemente ofrece una interpretación de quién debería calificar para las protecciones bajo la Ley de Normas Laborales Justas de 1938.