Chilena y argentina, amigas, militares y olímpicas

Washington Hispanic
AP

Una es argentina y la otra chilena. Las dos tienen casi la misma edad, son madres y militares. Y el jueves, las dos amigas consiguieron participar en unos Juegos Olímpicos de Invierno.

Cecilia Domínguez ocupó el 87mo sitio y Claudia Salcedo quedó 90ma y última en la prueba de 10 kilómetros de esquí de fondo. Sin embargo, ambas consideraron que tan sólo estar en Pyeongchang es un premio a su perseverancia y un logro que dedican a sus hijos.

“Estuvo muy pesada la pista, la sentí muy pesada, pero pude disfrutar de una competencia olímpica”, manifestó la chilena Salcedo.

“Prácticamente lo único plano era la meta, el resto del recorrido era subir y bajar”.

“Por suerte llegamos”, repuso la argentina Domínguez, quien se unió a Salcedo cuando hablaba con The Associated Press a unos pasos de la meta.

Luego, ambas accedieron gustosas a ofrecer la entrevista de manera conjunta. Después de todo, tienen mucho en común.

“Somos bien amigas, la verdad es que en estos deportes, cuando compites en el nivel internacional, no te encuentras con muchas que hablen español, así que nos hemos llevado bien desde que nos conocimos”, afirmó Domínguez.

Salcedo, de 37 años, tiene el grado de sargento. En las fuerzas militares de Chile, integró el equipo de biatlón, pero no logró clasificarse jamás a unos Juegos Olímpicos en esa especialidad. Fueron los 10 kilómetros los que le dieron el boleto a Corea del Sur.

Domínguez se desempeña como especialista en dibujo técnico para el ejército.

“También diseño casas, y le mando un saludo a todos mis clientes”, manifestó. “Ojalá que algún día diseñe una pista de esquí, para que Claudia y yo corramos juntas”.

La barilochense tiene una hija de 13 años, Morena. Los hijos de la andina, Valentina y Matías, tienen 10 y 8 años.

“Y las dos nos las arreglamos para hacer tres trabajos, el de militares, el de madres y el de deportistas, creo que por eso hay más mérito en esto”, consideró Salcedo. “Yo no sé lo que es el tiempo libre. Cuando llego del trabajo a la casa hacemos las tareas de la escuela, jugamos, preparamos cosas para el colegio. Les dedico esto a mis hijos, que andaban presumiendo a todos que su mamá iba a los Juegos Olímpicos”.

Orgullo total, pese a que ambas quedaron en la parte baja de las posiciones.

La medalla de oro fue para la noruega Ragnhild Haga y la de plata para la sueca Charlotte Kalla. El bronce quedó compartido entre la noruega Marit Bjoergen y la finlandesa Krista Parmakoski.