Movilizan tropas a frontera sur

Víctor Caycho
Washington Hispanic

Bajo el argumento de que la seguridad de los Estados Unidos “está en peligro” a consecuencia de “un drástico aumento de actividad ilegal”, el presidente Donald Trump ordenó el miércoles 4 la movilización de tropas de la Guardia Nacional en la frontera sur.

La medida se tomó “para apoyar a la Patrulla Fronteriza en su misión de proteger a nuestro país y detener el flujo de la inmigración ilegal”, según destacó la Casa Blanca en un comunicado emitido el mismo día.

De inmediato, Trump dirigió un memorándum múltiple al Secretario de Defensa, al Secretario de Justicia y a la Secretaria de Seguridad Nacional, en el que señaló que la situación en la frontera “ha alcanzado un punto crítico” y que “el desgobierno que persiste en nuestra frontera sur es fundamentalmente incompatible con la protección, la seguridad y la soberanía del pueblo estadounidense”.

También explicó que había asignado a la Secretaría de Defensa la misión de apoyar las operaciones del Departamento de Seguridad Nacional en la frontera sur haciendo uso de sus poderes, “para poner fin a la inacción” y a las brechas legales existentes en las actuales leyes migratorias.

Al cierre de esta edición se conoció que las tropas están listas para el traslado y algunas ya se encuentran en camino, luego de las recientes coordinaciones que realizó Trump con los gobernadores de los estados fronterizos sobre el número de agentes de la Guardia Nacional que serán desplegados en cada circunscripción y sus ubicaciones.

En su memorándum, el mandatario recalcó que la misión de estas tropas es “detener el flujo de mortíferas drogas ilícitas” que ingresan de contrabando, y también a los pandilleros y otros criminales, así como a los inmigrantes ilegales que buscan entrar al territorio de los Estados Unidos.

La orden para desplegar un contingente de la Guardia Nacional hacia la frontera con México se basó en que “la seguridad de los Estados Unidos está en peligro por un aumento drástico de la actividad ilegal”, según enfatizó el presidente Donald Trump en un memorándum múltiple enviado el miércoles 4.

En el documento, el mandatario explicó que “grandes cantidades de fentanyl y otros opioides, así como peligrosas drogas ilícitas están fluyendo a través de la frontera sur e ingresan a nuestro país en niveles impresionantes, destruyendo las vidas de nuestras familias y seres amados”.

Añadió que a ello se suma la Mara Salvatrucha (MS-13), “y otras mortíferas pandillas transnacionales que explotan sistemáticamente nuestra insegura frontera sur para ingresar al país” y desarrollar sus operaciones ilegales.

Trump también indicó en el memorándum que se espera un fuerte incremento de los cruces ilegales en esta primavera y el verano, “que amenaza sobrepasar nuestras capacidades de aplicación de la ley de la nación”.

“La combinación de drogas ilícitas, la peligrosa actividad de las pandillas y la inmigración ilegal no sólo amenaza nuestra seguridad sino también mina nuestras leyes”, afirmó el memorándum presidencial.

Ya el presidente había estado “preparando” a la población sobre la radical medida desde el domingo 1, a través de sus conocidos tuits matutinos. Ese día alertó a la ciudadanía acerca de una “gran caravana” de migrantes centroamericanos que se dirigía a través de México con el propósito de ingresar al territorio de Estados Unidos.

“La gran Caravana de Gente desde Honduras, que está cruzando México y acercándose a nuestra Frontera de ‘Leyes Débiles’ debe ser detenida antes de llegar”, escribió Trump al día siguiente.

Ese mismo martes, la mencionada caravana –integrada por más de un millar de personas, muchos de ellos niños y en su mayor parte hondureños y salvadoreños-, efectivamente estaba en el estado sureño de Oaxaca y cruzaba territorio mexicano. Pero no se dirigía a la frontera con Estados Unidos sino al estado de Puebla, en el centro del país vecino.

Esas caravanas se denominan “Viacrucis de los Migrantes” y tienen como destino un simposio que se realiza anualmente en la zona sur de México desde hace diez años. Su propósito es protestar contra los secuestros, extorsiones, golpizas y asesinatos que padecen muchos inmigrantes centroamericanos al cruzar México.

Los corresponsales extranjeros que llegaron en busca de “la gran caravana” encontraron a familias con sus niños participando en improvisados partidos de fútbol y de vóley o preparando sus alimentos. Éstos se mostraron sorprendidos y hasta temerosos al conocer el envío de tropas de la Guardia Nacional de los Estados Unidos hasta la frontera, pero después sonrieron al explicárseles que esa zona estaba muy lejos.

Se conoció, eso sí, que algunas decenas de participantes en la caravana se apartaron y por su cuenta continuaron hacia el norte en dirección a la frontera mexicano-estadounidense, utilizando autobuses y camiones.

300,000
personas al menos, a razón de cerca de un millar cada día, “violan nuestra soberanía al cruzar ilegalmente la frontera”, sostuvo la Casa Blanca el miércoles 4 en el comunicado sobre el despliegue de la Guardia Nacional.

LO HICIERON BUSH Y OBAMA

• La Casa Blanca dio a conocer que no es la primera vez en la historia reciente que la Guardia Nacional es desplegada a la frontera sur.
• Señala que en el 2012 el entonces presidente Barack Obama autorizó una medida similar.
• Asimismo, cita que el presidente George W. Bush autorizó el despliegue de 6,000 miembros de la Guardia Nacional como parte de la Operación Jump Start, que arrestó a más de 173,000 inmigrantes ilegales, rescató a 100 personas e incautó más de 300,000 libras de drogas.